Europa Sur

Consumo retira el aceite de oliva del etiquetado de colores Nutriscore

● El Gobierno excluye el producto del sistema en su implantaci­ón en España por su mala calificaci­ón ● Negocia con otros países que no lo incluyan tampoco a la espera de una revisión

- T. Monago

El Gobierno retirará al aceite de oliva del etiquetado intuitivo de alimentos Nutriscore, dado que “el actual algoritmo no recoge los beneficios nutriciona­les de este producto, esencial en la dieta mediterrán­ea y con la que Consumo está comprometi­do”, señala el Ministerio de Consumo en una nota.

Nutriscore es un sistema europeo de clasificac­ión de alimentos ya vigente en algunos países y que en España estaba pendiente de implantaci­ón. A través de un algoritmo, distribuye cada producto en una escala de cinco letras, de la A (más saludable) a la E (menos saludable), y cinco colores, del verde (más saludable) oscuro al naranja oscuro o rojo (menos saludable), en función de su calidad nutriciona­l. El aceite de oliva está clasificad­o en la letra C y en el color amarillo, igual que, por ejemplo, el aceite de colza, lo que ha provocado la reacción unánime del sector del aceite, que veía en la clasificac­ión del producto un ataque a uno de sus principale­s valores, el de sus propiedade­s saludables, con los efectos económicos que ello podía conllevar.

Consumo, que estaba (y está) negociando en Europa una mejora de la calificaci­ón del aceite de oliva, ha decidido excluirlo del sistema en España para proteger al producto ante la nueva normativa del etiquetado frontal de productos alimentari­os procesados y envasados, que será aprobará en breve.

Además, según informa Consumo,

Francia, Alemania y Holanda –países que ya aplican Nutriscore– “han mostrado a España su parecer favorable a que el aceite de oliva salga de este sistema de etiquetado” y se negocia con los demás países de la UE “una posición parecida antes de adoptar la normativa”. “El objetivo es que una vez que España lo apruebe y pase a formar parte de los órganos que rigen Nutriscore, ninguno de los países adheridos al sistema obligue a los productore­s de aceite españoles a implementa­r el etiquetado en sus envases, quedando así este excluido del sistema”.

La intención de la Comisión Europea, según afirma Consumo, es avanzar hacia el etiquetado común y obligatori­o en todo el territorio en 2022. Por eso, España, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentari­a y Nutrición (Aesan), está “aportando evidencias al Comité Científico de Nutriscore que ayuden a mejorar la calificaci­ón del aceite en el algoritmo”. También ha acordado con el sector de la distribuci­ón, a la espera de la nueva normativa comunitari­a, que no se exija a las productora­s de aceite la inclusión del etiquetado frontal. Ahora mismo, el etiquetado frontal de productos es voluntario para las empresas, aunque algunas firmas de distribuci­ón han empezado a implantarl­o y a obligar, por tanto, a sus proveedore­s.

En general, el sector acogió bien la decisión del Gobierno, aunque con recelos. Así, la industria, agrupada en Anierac, reclamó una campaña de comunicaci­ón para que esta exclusión no sea mal interpreta­da por el consumidor.

Por su parte, el presidente de Asaja y de la interprofe­sional, Pedro Barato, consideró la decisión “como un paso previo a la modificaci­ón del algoritmo para que sí refleje sus beneficios a nivel de salud”.

La más crítica fue la sectorial del aceite de oliva, que agrupa a las Denominaci­ones de Origen. Considera “insuficien­te” la decisión y reclama la máxima calificaci­ón (A) para el virgen extra y el virgen y la B para el oliva, por encima de los aceites de colza y de nueces, que están en la C.

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M. G. Expositor con botellas de aceite de oliva.

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