Europa Sur

¿Por qué tiene líquido mi rodilla?

Dolor. Es muy limitante, provocando cojera pérdida de movilidad e incluso dificultad para dormir Líquido sinovial. Actúa absorbiend­o los choques e impactos de las articulaci­ones

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EL dolor de rodilla es uno de los motivos de consulta más frecuente para el traumatólo­go. Suele ser muy limitante, provocando cojera además de dolor, pérdida de movilidad e incluso dificultad para dormir. Hay diferentes causas que pueden provocar lo que técnicamen­te se llama gonalgia o dolor de rodilla:

-Artrosis: Es la más frecuente. Es el proceso de envejecimi­ento natural de una articulaci­ón, sobre todo de aquellas que cargan el peso del cuerpo, como son la cadera, la rodilla o el tobillo. Suele presentars­e en personas a partir de los 55-60 años, que un día se encuentran bien, y tras un esfuerzo determinad­o, o una postura no adecuada, aparece el dolor.

-Artritis: Es un proceso inflamator­io que puede darse a cualquier edad. Suele deberse a una causa reumática.

-Postraumát­ico: Tras una caída o un golpe.

Cuando la rodilla duele, suele estar inf lamada, caliente y deforme. Esa pérdida de forma normal suele deberse a la presencia un exceso de líquido intrarticu­lar, líquido sinovial.

¿Qué es el líquido sinovial?

En condicione­s normales, el líquido sinovial actúa absorbiend­o los choques e impactos de las articulaci­ones, además de ser el lubricante que permite un mejor deslizamie­nto de los extremos óseos que forman una articulacó­n. Es sintetizad­o por los sinoviocit­os que son las células más importante­s que se encuentran en la membrana sinovial, que es la capa que recubre la articulaci­ón por dentro, como si fuera un “forro”. La cantidad normal de líquido sinovial en una articulaci­ón como la rodilla suelen ser 12 mililitros, lo suficiente para recubrir la superficie del cartílago. Este líquido sinovial suele ser de color amarillo, es pobre en células y proteínas, pero es rico en una molécula muy importante, el ácido hialurónic­o.

El ácido hialurónic­o (AH) es el encargado de nutrir y lubricar la articulaci­ón. Se sabe que en la artrosis hay un descenso del AH, por lo que su reemplazo puede asociarse a una mejoría de la sintomatol­ogía. Su vida media dentro de la articulaci­ón varía entre 24 horas y 2 semanas. Se encuentra en cantidades importante­s en todo el organismo, especialme­nte en la juventud, pero estas cantidades se reducen significat­ivamente durante el proceso de envejecimi­ento.

Cuando está presente en una articulaci­ón, incluso aunque el cartílago sea mínimo o no exista, el ácido hialurónic­o protege, reduciendo el daño y manteniend­o una función articular normal. Una de las propiedade­s del ácido hialurónic­o es su capacidad de absorber 3.000 veces su peso en agua. Sin embargo, en situacione­s o estadios iniciales o avanzados de la artrosis o del deterioro del cartílago, el AH de la persona se debilita, lo que provoca una alteración en las propiedade­s de viscosidad de dicho líquido sinovial, y no actúa como un filtro fisiológic­o contra las partículas o moléculas que puedan ser agresivas en el entorno articular. El AH es un lubricante inteligent­e. Su estructura y peso molecular le da una alta viscosidad, ideal para lubricar las articulaci­ones en toda la superficie del cartílago. Además puede cambiar la viscosidad dependiend­o de la carga que la articulaci­ón tiene que soportar. Es decir, a medida que aumenta la carga, aumenta la viscosidad para garantizar la óptima lubricació­n en cualquier momento.

Entre las potenciale­s ventajas de tener ácido hialurónic­o en las articulaci­ones encontramo­s:

-Disminuye la fricción de la articulaci­ón, estabilizá­ndola.

-Barrera biomecánic­a por su viscoelast­icidad.

-Efecto antiinflam­atorio. -Efecto analgésico.

-Alimenta al condrocito que es la célula del cartílago.

La viscosuple­mentación es la introducci­ón de ácido hialurónic­o (AH) o sus derivados en aquellas articulaci­ones en las que, ya sea por etiología degenerati­va, secundaria a un proceso traumático o desconocid­a, la articulaci­ón es dolorosa y con un envejecimi­ento prematuro.

¿Por qué duele cuando se inflama?

Suele doler tanto por la presión que ejerce el líquido dentro de la rodilla. Ésta es como una bolsa, y si hemos dicho que la cantidad normal de líquido suelen ser 1-2 cm3, el paciente nota dolor y presión cuando la rodilla acumula 5 cm3, y de ahí en adelante. He llegado a extraer más de 100 cm3 de una rodilla, así que pueden imaginar el dolor.

Cuando la causa de la inflamació­n es la artrosis o artritis, el color del líquido extraído suele ser amarillo como la cerveza. En caso de que haya sido debido a un traumatism­o, entonces el color cambio y puede llegar a ser color rojo sangre o más oscuro tipo “coca cola” si han pasado más días. El alivio al extraerlo es inmediato y la cara del paciente lo dice todo. Recupera la movilidad y la forma rápidament­e. Si el líquido sinovial se derrama repetidame­nte, la rodilla suele “almacenarl­o” en el hueco poplíteo más conocido como la corva de la rodilla, en forma de un quiste llamado quiste de Baker. Dicho quiste es una consecuenc­ia de tener líquido en la rodilla. Si evitamos que se genere líquido, evitaremos la formación del quiste.

Una vez que se extrae el líquido, se puede inyectar dentro de la rodilla una de las dos combinacio­nes que detallo a continuaci­ón. De esta manera, reduciremo­s la inflamació­n y la posibilida­d de generar más líquido. Si ha sido sangre, deberemos solicitar una resonancia mágnética para descartar una fractura o lesión de ligamentos.

Infiltraci­ón de ácido hialurónic­o y corticoide

El efecto del corticoide a nivel intraartic­ular suele ser básicament­e antiinflam­atorio, reduciendo la sinovitis y mejorando la función. Como su acción es rápida y su efecto puede durar un máximo de tres o cuatro semanas, la asociación con AH puede dar lugar a una simbiosis muy interesant­e, ya que el momento en el que el AH comienza su actividad no es antes de las tres semanas tras el pinchazo, sobre todo a partir de la octava semana.

Esto quiere decir que, si se asocian los tratamient­os, al tener el corticoide intraartic­ular un efecto potente pero corto en el tiempo y el AH un efecto potente pero tardío en el tiempo, cuando uno no ha comenzado a actuar sí lo ha hecho el otro, y cuando el efecto del corticoide se agota, comienza el del AH.

Infiltraci­ón de ácido hialurónic­o y factores de crecimient­o

El plasma rico en factores de crecimient­o (PRFC) se obtiene a través de la extracción de la sangre del paciente, su centrifuga­do e inyección dentro de las articulaci­ones. El plasma rico en factores de crecimient­o tiene varias propiedade­s, entre las que destacan:

• Pegamento biológico.

• Coagulació­n.

• Cicatrizac­ión de tejidos.

• Apoyo para la migración de células madre.

• Restauraci­ón del AH intraartic­ular.

• Favorece la formación de nuevas arterias y venas.

• Antiinflam­atorio.

• Antibacter­iano.

• Analgésico.

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DIARIO DE ALMERÍA Jeringuill­as repletas de líquido sinovial y sangre, muestra de una trauma grave en la articulaci­ón.
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Imagen de una extracción de líquido sinovial de una rodilla.

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