Imaginación para acelerar la vacunación
● Estudian aplicar una sola dosis o mezclar dos de diferentes preparados
La población está ansiosa por que esto, la pandemia –un concepto que se ha hecho ya innombrable–, pase de una vez por todas. La idea, la fantasía, no acompaña a los hechos cuando de lo que se trata es de completar la campaña de vacunación universal. Si hay quienes tenían en mente una especie de Blitzkrieg (guerra relámpago) han comprobado, desolados, que el proceso vacunal apenas iguala a un modesto torneo medieval.
Los obstáculos que están impidiendo una fulgurante campaña de vacunación son principalmente tres: la escasez en el suministro de vacunas, la particular inestabilidad de dos de los preparados para desplazarse y la indicación de la fórmula de AstraZeneca para una población menor de 55 años.
Tomarse la carrera de la inmunización como una carrera contra reloj –que es lo que demanda la economía– es en este momento utópico, un objetivo que no puede sino generar frustraciones en las personas con tendencia a la fe. Las limitaciones de las vacunas actualmente autorizadas, en lo tocante a su naturaleza y su escasa distribución, las autoridades competentes no hacen sino recurrir a la imaginación para transformar el paso de tortuga en un caminar trotón.
Si el consejero de Salud, Jesús Aguirre, ha propuesto al Ministerio más margen de desplazamiento de las vacunas de Pfizer, hay otras propuestas que están examinándose para acelerar sustancialmente el proceso. Aparte de extraer el mayo número de dosis posibles de los viales disponibles –los “culillos”, que diría aquél–, hay planteamientos para administrar una sola dosis en aquellas las fórmulas que presenten unos niveles de inmunidad efectiva suficiente entre los vacunados y, atentos, la mezcla de más de un preparado entre una y otra dosis.
Los ensayos están actualmente en marcha y quienes los promueven van en serio, muy en serio. Hay mucho en juego: la salud mental de la gente y, sobre todo, la economía.