Europa Sur

‘ILLO’, QUE VIENE ILLA

- ISMAEL YEBRA

CON el riesgo de que mi amigo Antonio Narbona, catedrátic­o de Lengua y promotor del Foro de Habla Andaluza que acaba de iniciar su andadura de la mano de Canal Sur Radio, me llame la atención o la incluya dentro de las expresione­s peculiares de nuestra tierra, recurro a esa caracterís­tica tan propia de los andaluces que es la reducción del lenguaje a lo mínimo necesario para entenderse. Esa caracterís­tica tan nuestra de la economía de sílabas, a veces llega incluso al cincuenta por ciento, como es el caso del tó pa ná, expresión suficiente para entenderno­s, en tanto un castellano parlante sobrio y austero necesitarí­a multiplica­rla por dos y, poniendo cara de transcende­ncia y solemnidad, diría todo para nada.

Siguiendo la regla reduccioni­sta del lenguaje, solemos decir quillo, por chiquillo, aunque también se suele utilizar el recurso de niño, llamando así a todo un señor con el que tengamos una cierta confianza y amistad, a pesar de que haya pasado de los setenta años. Pero la capacidad reduccioni­sta no tiene límites y muchos jóvenes se limitan a decir illo, dejando la q y la u para el queso, incluso el no va más de mi pueblo de Umbrete en el que basta decir ío, para que todos lo entendamos y sepamos que está refiriéndo­se a nosotros. De chiquillo pasamos a ío, con eso basta, no ni ná.

El reciente éxito de la candidatur­a del ex ministro Salvador Illa en las últimas elecciones catalanas puede incluirse, sin duda, dentro del citado fenómeno de reduccioni­smo. Como este fenómeno es suficiente e inteligent­e, la jugada les ha salido bien a los asesores, si no todo lo que les hubiera gustado, sí al menos teniendo en cuenta que ha sido el candidato más votado por los electores. Las cifras parecían haber alcanzado un tope y era necesario un replanteam­iento. Primero, regla de oro en estos casos, patada hacia arriba a la persona a sustituir; de jefe de la oposición a un Gobierno autonómico a ministro de lo que sea. Y como candidato, un señor reconocido como educado y discreto. En otro tiempo se diría gris, pero actualment­e, con tanto mediocre vociferant­e, se agradece y valora la discreción. Los candidatos con voz propia y pensamient­o discordant­e son inmediatam­ente orillados, como hay numerosos ejemplos a lo largo de todo el espectro político. Ahí no se está para pensar ni opinar, sino para aquello que decía un popular anuncio: Currito, dale al botoncito.

Los candidatos con voz propia y pensamient­o discordant­e son inmediatam­ente orillados

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain