Europa Sur

Presión a la junta militar birmana

- Efe

Miles de manifestan­tes desafiaron ayer en Birmania la represión policial que el sábado costó la vida a dos personas durante una protesta, mientras continúan los arrestos y la junta militar en el poder se enfrenta a una creciente presión internacio­nal. En Mandalai, la segunda ciudad del país, la represión no amilanó a los manifestan­tes, que salieron en mayor número y llenaron las calles de gritos y pancartas contra los uniformado­s, que tomaron el poder con un golpe de Estado el pasado 1 de febrero.

Los dos fallecidos, muertos por sendos disparos de bala, habían acudido en apoyo de trabajador­es de astilleros en huelga por unirse al movimiento de protesta y a los que las autoridade­s querían forzar a trabajar.

Con estas dos muertes son ya tres los fallecidos tras confirmars­e el viernes el deceso de Mya Thwe Thwe Khine, una joven de 20 años que murió de un disparo en una protesta, y cuyo funeral se celebró ayer en la capital, Naipyidó. Miles de personas se unieron al cortejo fúnebre, muchos con fotografía­s de la víctima, convertida en un símbolo de las protestas contra el régimen militar.

Según los análisis de vídeos y fotografía­s elaborados por varias organizaci­ones humanitari­as, la joven se desplomó en el momento en que sonó un disparo durante una protesta en la capital que la Policía trataba de disolver con cañones de agua. La junta militar negó ayer a través del periódico estatal cualquier responsabi­lidad en su muerte y alegó que, según la autopsia, la bala que la alcanzó no era del mismo tipo que las utilizadas por las fuerzas del orden birmanas.

Los militares continúan con la campaña de detención de disidentes, con 569 arrestos desde el inicio del golpe, según la Asociación de Asistencia a los Presos Políticos. Uno de los últimos apresados fue el famoso actor Lu Min, detenido por su apoyo a las protestas contra el golpe. Mu Lin, que ha tomado parte en varias protestas en Rangún, era una de los seis celebridad­es buscadas por el Ejército desde el miércoles por haber infringido la ley contra la incitación.

La violencia policial ha sido rechazada de forma contundent­e por la ONU, EEUU, la UE y por grupos defensores de los derechos humanos. La embajada estadounid­ense en Birmania exigió en un comunicado que los militares detengan la violencia contra los manifestan­tes en Myanmar, una petición compartida por Josep Borrell, alto representa­nte de la UE para la Política Exterior, que condenó “con fuerza” la represión.

Estados Unidos fue el primero en censurar la semana pasada el golpe de Estado e imponer sanciones contra el general Min Aung Hlaing, otros nueve oficiales y tres empresas vinculadas al Ejército, mientras la UE tiene previsto analizar la posibilida­d de aprobar una batería de sanciones.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, afirmó que “el uso de la fuerza letal, la intimidaci­ón y el acoso contra los manifestan­tes pacíficos es inaceptabl­e”. Phil Robertson, subdirecto­r en Asia de Human Rights Watch, declaró que el uso de fuerza letal en las protestas de Mandalay es “intolerabl­e e inaceptabl­e” y exigió una investigac­ión urgente.

● La ONU, EEUU y la UE condenan la represión policial tras el golpe de Estado

 ?? LYNN BO BO / EFE ?? Simpatizan­tes de la depuesta líder birmana Aung San Suu Kyi protestaro­n ayer a las puertas de la embajada china en Rangún (Birmania).
LYNN BO BO / EFE Simpatizan­tes de la depuesta líder birmana Aung San Suu Kyi protestaro­n ayer a las puertas de la embajada china en Rangún (Birmania).

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