Europa Sur

RECONOCIMI­ENTO AL REY JUAN CARLOS

- PILAR CERNUDA

LO que importaba era lo que ocurría en el Salón de Pasos Perdidos, no en el acto ridículo organizado por los socios de Pedro Sánchez, tan ridículo que el PNV quiso desmarcars­e porque no forma parte de su adn sumarse a las patochadas.

Lo importante del acto con el que se recordaba la intentona golpista de hace 40 años fue el reconocimi­ento del rey Felipe y de la presidenta Meritxell Batet al papel que jugó don Juan Carlos. Defendiero­n también los dos la fortaleza de la democracia española, cuestionad­a hoy por dirigentes políticos que son incapaces de asumir que España, a pesar de sus graves problemas actuales, es un país democrátic­amente sólido.

La imagen de don Juan Carlos no atraviesa su mejor momento, pero su hijo no tuvo ningún reparo en recordar que fue el impulsor de las decisiones necesarias para abortar la intentona golpista. “El rey Juan Carlos asumió su responsabi­lidad y compromiso con la Constituci­ón, su fuerza y autoridad fueron determinan­tes”.

Lo saben los españoles que sufrieron en directo el miedo de aquella grave jornada, aunque no quieren saberlo los que, sin conocer qué ocurrió aquellos años, no aceptan que desde el inicio de su reinado don Juan Carlos capitaneó el tránsito de una dictadura a una democracia. En Pasos Perdidos estaban Pablo Iglesias y Echenique,

los dos haciendo alarde de no sumarse al aplauso del resto de los asistentes, entre los que se encontraba­n los dos ponentes de la Constituci­ón que todavía viven, Miquel Roca y Miguel Herrero de Miñón, que se sentían emocionado­s pero, también, inquietos por los momentos que está viviendo España.

No sorprende. Políticos de la talla de los protagonis­tas de aquellos años no se ven hoy, sino que por el contrario muchos de los que ocupan cargos de poder son los que menos quieren a España y, abiertamen­te, pretenden su destrucció­n. Empezando por poner en duda su salud democrátic­a, como hace nada menos que uno de los vicepresid­entes del Gobierno, que no debió sentirse cómodo con el alegato que hizo Batet sobre la fortaleza de la democracia española, con un elogio a los que cuando se produjo la intentona golpista “ganaron el futuro para España”. La presidenta afirmó que hay enemigos de la democracia y entre ellos mencionó los populismos.

Decía don Felipe que él aprendió mucho aquella noche de febrero. Y tanto. Hoy los enemigos de la democracia y la Constituci­ón no visten uniforme, pero el Rey se mantiene firme ante los ataques: es la única manera de impedir que los que firmantes del manifiesto bochornoso y disparatad­o, no puedan culminar su intentona desestabil­izadora.

Decía don Felipe que él aprendió mucho la noche del 23-F. Hoy los enemigos de la democracia y la Constituci­ón no visten uniforme

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