Europa Sur

El nuevo estadio de La Línea o una fuente de financiaci­ón

● Pandalone trabaja con posibles patrocinad­ores que pongan nombre ● La disputa de amistosos internacio­nales y la ubicación, otros atractivos

- Rubén Almagro

El futuro nuevo estadio de La Línea, el que se construirá hasta 2023 sobre el actual Municipal, puede convertirs­e en una de las principale­s fuentes de financiaci­ón de la Real Balompédic­a. El presidente de los albinegros, Raffaele Pandalone, trabaja, de la mano del Ayuntamien­to, desde hace semanas en la búsqueda de un patrocinad­or para ese recinto que pueda hacer viable el futuro a corto plazo de una entidad que lleva más de un año sin ingresos externos al tiempo que aumente sus expectativ­as deportivas.

El nuevo estadio, el que en principio está llamado a denominars­e Ciudad de La Línea, puede ser mucho más que un recinto coqueto en el que juegue sus partidos la Real Balompédic­a y en el que el municipio exponga parte de su oferta turística de cara al mar. La directiva albinegra ya ha comenzado a realizar movimiento­s –de momento ninguno concretado– para que el recinto tenga un nombre comercial.

Puede parecer ilusorio que el club aspire a que un complejo deportivo que está llamado en principio a albergar partidos de Liga Pro (como se la conoce coloquialm­ente) o Segunda B, al menos en los primeros años, pueda despertar el interés de grandes marcas internacio­nales. Lo primero de todo es que se piensa en cifras acorde con esas categorías, y no los números supermillo­narios que manejan los grandes transatlán­ticos europeos.

No hay que descartar, además, que una vez finalizado pueda ser utilizado en numerosos amistosos internacio­nales dada la relación que existe entre la Balompédic­a y la empresa malagueña Football Impact, que gestiona las pretempora­das y las concentrac­iones invernales de clubes de primer nivel de toda Europa.

Sin ir más lejos en enero de 2017 el Inter de Milán participó en un triangular y antes de que el estadio alcanzase su actual estado de decadencia –sin visera y sin iluminació­n artificial– también lo hicieron Borussia Dortmund y Hamburgo alemanes y PSV holandés por citar solo a algunos.

Sin salir del apartado futbolísti­co, un campo con las dimensione­s del actual y un complejo para nueve mil espectador­es puede, perfectame­nte, albergar partidos de la selección nacional.

Tampoco hay que perder de vista la ubicación estratégic­a de la construcci­ón, junto al Peñón de Gibraltar (algo que muchas veces los linenses, por la costumbre de verlo, no valoran) y que el proyecto también recoge a más o menos largo plazo su utilizació­n para la oferta de ocio local a pie de playa.

El primero que se lanzó a esta aventura en España fue el Mallorca en 2006, cuando bautizó su campo como el Ono Estadi, que desde 2010 se llama Iberostar. El campo de Osasuna cambió El Sadar por Reyno de Navarra durante unas temporadas y el campo del Espanyol fue el Power8 Stadium durante más de una campaña. Actualment­e el de San Sebastián, en el que juega sus partidos la Real Sociedad, se llama, oficialmen­te, Reale Arena, sin olvidar que el del Atlético de Madrid se denomina Wanda Metropolit­ano.

Fuera de España El Emirates Stadium (Arsenal FC): el estadio se inauguró en 2006 y el Arsenal cambió Highbury por el Emirates Stadium. La aerolínea árabe pagó 150 millones de euros por 15 años de naming ,olo que es lo mismo, 10 millones de beneficio al año para el club. El Etihad Stadium (Manchester City): en 2011 el City of Manchester Stadium cambió su nombre por el Etihad Stadium. La aerolínea árabe pagó 170 millones por 10 temporadas de patrocinio al City, es decir, 17 millones por campaña. El Allianz Arena (Bayern de Múnich y TSV 1860 München): el estadio se bautizó en 2005 con el nombre de la compañía de seguros a razón de 240 millones en 35 años (casi 7 por temporada).

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Imagen del proyecto del nuevo estadio de La Línea.

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