Abengoashares denuncia que la banca y los fondos han “expoliado” Abengoa
La sindicatura cifra en más de 3.000 millones de euros los gastos financieros cargados a la multinacional desde 2016, con comisiones e intereses que los accionistas consideran “usureros”
daba la voz de alarma sobre la necesidad de inyectar urgentemente ayudas públicas a la compañía a través del ICO y el Cesce, el entonces presidente y su consejo de administración tenían acordado un incentivo de 58 millones de euros si culminaban con éxito el último plan de reestructuración, pensado nuevamente para favorecer los intereses de la banca acreedora y los fondos buitre, y no pensando en la viabilidad de la compañía, ya que nunca les ha importado”.
Como otra prueba de ello citan el entramado de sociedades intermedias con sede en el paraíso fiscal de Luxemburgo, creadas para facilitar y ocultar todos estos movimientos en los planes de reestructuración.
Los integrantes de la sindicatura de accionistas relacionan además este “expolio” con la próxima resolución del arbitraje que el grupo tiene puesto contra el Reino de España por la retirada de las primas a la generación de energías renovables. A finales de este mes finalizará el proceso de arbitraje ante la Cámara de Comercio de Estocolmo, en la cual Abengoa podría recibir hasta 1.200 millones de euros si el laudo le es favorable y concede las cantidades que reclama. Los propietarios temen “que la banca acreedora y los fondos buitre ya tengan planeado apoderarse de esa cantidad para seguir desangrando a la compañía mediante algún plan todavía no haya dado a conocer”.
Frente a la realidad actual de Abengoa, en concurso con una deuda bruta del grupo de casi 6.000 millones, los accionistas contraponen las palabras del director general de recursos humanos de Abengoa, Álvaro Polo, que en una entrevista comparó a la filial operativa de la compañía con un Ferrari.
Abengoashares no le quita la razón al directivo, que recuerdan que acaba de ser premiado como consejero de esa filial, pero matizan que “Abengoa es un Ferrari, con matrícula sevillana y marca España. Su motor son los 14.000 empleados y 90.000 familias ahorradoras de accionistas lo empujan con fuerza e ilusión en grandes proyectos repartidos por todos los rincones del mundo”. Por ello proclaman que “los accionistas y los trabajadores” seguirán “luchando juntos hasta conseguir salvar Abengoa de las oscuras intenciones de la banca acreedora y de los fondos buitre.