Juanma Moreno defiende que el PP debe “resintonizar con los catalanes”
● El presidente de la Junta asegura en el Círculo de Economía de Barcelona que los corredores ferroviarios Central y Mediterráneo son compatibles y hay fondos para ambos
El PP de Cataluña debe “resintonizar” con los catalanes. Esto es lo que el presidente de la Junta, Juanma Moreno, opina sobre la reciente debacle de su partido en las elecciones de esta comunidad, donde los populares sólo han conseguido tres escaños que fueron superados por Vox y Ciudadanos.
Moreno defendió ayer en Barcelona que su partido debe situarse en el centro, aunque indicó que Pablo Casado lo está haciendo. En una conferencia pronunciada en el Círculo de Economía de Barcelona, el dirigente andaluz defendió algo que no gusta a los empresarios catalanes, que los corredores ferroviarios mediterráneo y central “son compatibles”. “La guerra entre las comunidades autónomas ha hecho daño a los corredores”, dijo al respecto. Éstas son las dos líneas económicas que atravesarán España, hay intereses diferentes, muy enfrentados, por establecer cuál de estos ejes se construirán antes. El Mediterráneo es el de las comunidades catalana, valenciana y murciana, es el más avanzado, baja por el litoral del poniente español, entra en Andalucía, llega a Almería, pero las Béticas complican hasta el extremo lo que sería una buena conexión y salida del puerto de Algeciras. Por eso, el puerto andaluz defiende el corredor Central, que va hasta Madrid y sigue después por Zaragoza hasta Francia.
Moreno intervino ayer en el Círculo de Economía, la plataforma más importante del empresariado catalán, para defender su modelo territorial de España. Y el asunto del corredor ferroviario era inevitable, por cuanto Cataluña y Valencia aprietan para que la línea prioritaria sea la mediterránea para, entre otras razones, dejar a Algeciras en un segundo término. Moreno sostuvo en el foro económico que ambos modelos son compatibles, porque, en su opinión, hay fondos económicos suficientes ahora para ambos.
Fue casi el único asunto en el que discrepó en el Círculo de Economía, que es el lugar empeñado en rebajar la tensión en Cataluña y tender nuevos puentes con el resto de España. El otro fue el de la batalla fiscal que la comunidad de Madrid ha abierto con sus rebajas de impuestos. Estos empresarios entienden que Madrid, beneficiado de la capitalidad, se puede permitir bajar impuestos, pero eso provoca una competencia con el resto de comunidades y, sobre todo, supone menos recaudación para el común.
Moreno apoyó esta política fiscal de Madrid. Y utilizó el argumento de que su Gobierno también ha bajado los impuestos en Andalucía y puede seguir haciéndolo. Puede desequilibrar tanto que el Ejecutivo central maneja la opción de imponer una armonización fiscal entre comunidades autónomas para que no se superen determinados saltos entre territorios. Según Moreno, no se puede impedir a los gobiernos está autonomía fiscal.
El Círculo de Economía difiere, Cataluña ha dejado de ser la comunidad más rica, sabe que la cohesión territorial es la fiscal, y reclama a Madrid que no haga lo que anteriores gobiernos de la Generalitat pedían con ahínco. La soberanía fiscal.
Más allá de eso, el presidente de la Junta coincidió en la necesidad de que España se plantee una reforma territorial con una financiación autonómica mejorada, aunque sujeta a la eficacia. Según defendió, Andalucía recibe dinero recaudado en Madrid y en Cataluña, pero se gana el derecho al gasto porque lo ejecuta bien. En este sentido, subrayó que su Gobierno cerró el año fiscal con el cumplimiento de los objetivos de déficit y de deuda. Fue la única administración autonómica que ha cumplido con los tres requisitos que marca Hacienda.
En el plano político, Moreno admitió que echa de menos “el catalanismo moderado”, del que sentía cierta admiración “por su pragmatismo”. “Ha desaparecido, prácticamente no hay nadie”, señaló.
En este foro barcelonés intervinieron otros presidentes autonómicos, como el valenciano Ximo Puig y el líder del PP, Pablo Casado. Moreno defendió que la gobernanza es un buen camino, aunque afeó al Gobierno central que no la aplique, a pesar de presumir de ello.