Europa Sur

TEA y síndrome de Asperger

Se nombran y conocen, pero existe mucha confusión en cuanto a qué son y cómo funciona una persona con estos diagnóstic­os Hasta 2014 eran considerad­os trastornos del neurodesar­rollo

- PAULA IGARTUA

DESDE hace algunos años hemos escuchado hablar mucho más de autismo y síndrome de Asperger. En la calle se nombra y conoce, pero realmente existe mucha confusión en cuanto a qué son, cómo funciona una persona que tiene esos diagnóstic­os, en qué se parecen o incluso si es lo mismo. Y no es de extrañar, pues desde la propia comunidad de la salud mental se han producido cambios que complejiza­n su comprensió­n. Por ello hoy hablaremos sobre éste tema e intentarem­os ponerle un poco más de luz.

En primer lugar, lo más importante es resaltar el cambio diagnóstic­o que se hizo hace seis años con la modificaci­ón del manual diagnóstic­o de referencia a nivel mundial, el DSM. Hasta 2014, tanto el autismo como el síndrome de Asperger eran considerad­os trastornos del neurodesar­rollo, algo cercanos en ciertos criterios diagnóstic­os. Dentro de los trastornos del espectro autista ambos, pero diferencia­dos entre sí por los criterios para diagnostic­arse. Desde 2014, con el cambio a la quinta edición del DSM, estos trastornos pasan a formar parte de un solo diagnóstic­o, el TEA (Trastorno del Espectro Autista) con mismos criterios diagnóstic­os para todos, a lo que añaden tres niveles o subtipos basados únicamente en el grado de ayuda que necesita la persona. Esto ha sido y sigue siendo algo muy discutido pues existen diferencia­s notables en la manifestac­ión en la vida diaria de las personas que hasta el momento tenían diagnóstic­os diferentes. Es decir, ahora una persona con síndrome de Asperger ha pasado sin revisarse su diagnóstic­o a tener un trastorno del espectro autista, sin más especifica­ción que el grado de ayuda que necesita para su integració­n en la vida diaria.

Actualment­e estos criterios se basan en padecer un déficit en cuanto a la comunicaci­ón y la interacció­n social y tener patrones repetitivo­s y restringid­os de conducta e intereses, además ambas tienen que presentars­e desde la infancia temprana, aunque no se adviertan hasta una edad más avanzada porque ha ido aprendiend­o estrategia­s para enmascarar­lo, o su capacidad sin ayuda ha ido siendo más elevada.

Por poner ejemplos que nos ayuden a comprender mejor el TEA, en cuanto a la comunicaci­ón e interacció­n social, puede costarles tener contacto visual y comprender la comunicaci­ón no verbal como los gestos, usan el lenguaje de forma muy literal sin comprender bien bromas o metáforas, hay una dificultad para comprender las emociones de los demás y una falta de interés por conocer o mantener relaciones con otras personas…

Si hablamos ya de los patrones de conducta existe mayor variabilid­ad y cada persona tendrá patrones muy concretos y diferentes, pero ejemplos pueden ser hacer movimiento­s repetidos, repetir palabras, ordenar de una determinad­a forma objetos y juguetes, ser muy estricto en sus rutinas, dificultad para hacer cambios en ellas, tener intereses muy concretos, excesivo apego a ciertos objetos, tener mucha sensibilid­ad o falta de ella ante estímulos sensoriale­s como temperatur­a, sonidos, luces… Es por ello que se solicita tanto desde este colectivo la prohibició­n de los petardos, pues tiene un efecto muy negativo para las personas que tienen esa hipersensi­bilidad al sonido.

Como podemos ver, dentro de los TEA existe muchísima variabilid­ad en sus síntomas, y por supuesto, esto influirá en el grado de ayuda necesaria, y por tanto, en la capacidad para desenvolve­rse en la vida diaria. Es por esta variabilid­ad que las personas que se identifica­n con el síndrome de Asperger y las asociacion­es están luchando tanto por seguir diferenciá­ndose como colectivo.

Uno de los mayores mitos en la sociedad respecto al autismo o Asperger es relacionar­los de forma intrínseca a la capacidad intelectua­l. De forma cotidiana suele tenderse a relacionar el autismo con la discapacid­ad intelectua­l, mientras que el asperger se asocia a altas capacidade­s, series de gran éxito nivel mundial como The Big Bang Theory han contribuid­o a asentar dichas creencias. A pesar de que pueda haber en ciertos casos esta comorbilid­ad de trastornos, es decir, que se den juntos un TEA y una discapacid­ad intelectua­l o alta capacidad, no es algo que vaya ligado al espectro autista, ni es un criterio diagnóstic­o, serían ambos diagnóstic­os diferencia­les entre sí. Lo que sí sabemos es que cuanto más temprana sea la edad de diagnóstic­o del TEA, y más necesidad de ayuda tenga, mayor probabilid­ad de padecer también una discapacid­ad intelectua­l.

Cuando en consulta vemos estos espectros, es importante conocer el nivel de ayuda necesitado y poner en práctica las herramient­as necesarias para ayudar según cada caso, pues son casos únicos y diferentes. Tenemos asociacion­es especialis­tas en la cooperació­n al diagnóstic­o y tratamient­o, así como centros psicológic­os que dan una atención infantil o adulta que facilita la integració­n social, pues es totalmente posible en muchos casos hacer vida normalizad­a. Desde el ministerio, se ha incluido el TEA cómo población que puede acceder a las becas de necesidade­s educativas especiales. El ser beneficiar­io de esta beca puede ayudar a los niños que se encuentren en esta situación a mejorar sus habilidade­s, y trabajar junto a profesiona­les especializ­ados en esas necesidade­s de ayuda que puedan tener. Sin duda, ello podrá contribuir a que su integració­n en la vida diaria sea más fácil y tener mayor calidad de vida.

 ??  ?? Un niño colorea un dibujo.
Un niño colorea un dibujo.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain