Europa Sur

LA TERCERA VÍA DE LAS FERIAS

● El sector vive una segunda vuelta en la que muchos han quedado por el camino ● Feriantes y hosteleros del gremio ven en la celebració­n de los eventos sin casetas, similares al de Sevilla, una opción para este año

- Pilar Vera CÁDIZ

SE ESPERA QUE A LO LARGO DE MAYO HAYA MUNICIPIOS QUE SE APUNTEN A CITAS COMO LA SEVILLANA

La Parábola del Pavo Inductivis­ta. Todas las mañanas, a las nueve en punto, los granjeros acudían a alimentar al Pavo Inductivis­ta. Haciendo honor a su nombre, Pavo Inductivis­ta llegó a la conclusión de que, sucediera lo que sucediera, mientras el sol saliera por el horizonte, él iba a tener su comida. Así que, todos los días, se levantaba feliz a desayunar. Hasta que, por supuesto, llegó el día de Navidad.

Durante este último año, todos hemos vivido lo que experiment­ó el pavo del que hablaba el filósofo Bertrand Russell. Pase lo que pase, siempre habrá amigos, siempre habrá barras, siempre habrá luces y celebració­n. Pues sí, exacto. No. Nos llegó, por decir, el día de Navidad. De todas las fiestas cercenadas, la que guillotina de modo directo las formas de ganarse la vida es la supresión de las ferias. Esta semana hace un año desde la anulación de la primera de las ferias de la provincia, la de Vejer, que nos pilló a todos encerrados. Este año, la localidad jandeña se queda también sin celebració­n, aunque la Asociación de Feriantes de Andalucía había realizado una prueba instalando atraccione­s y puestos esta Semana Santa en el puerto de Barbate. Son varias la localidade­s en la provincia que han anunciado ya la suspensión de sus ferias: Castellar acaba de hacer oficial que no celebrará su romería, anuncio que se une en el Campo de Gibraltar al de las ferias de Algeciras, La Línea y Los Barrios.

La plataforma de feriantes está en conversaci­ones con distintos ayuntamien­tos gaditanos a para poder llevar a cabo lo que denominan 'eventos': una tercera vía ante la imposibili­dad de celebrar ferias tradiciona­les. Es la opción que se ha escogido, por ejemplo, para suplir a la emblemátic­a Feria de Sevilla. Situado en la calle del Infierno, el Vive Park tiene capacidad para acoger a 9200 personas y permanecer­á abierto hasta el 25 de abril. Cuenta con atraccione­s –la mitad de las habituales– y puestos de restauraci­ón pero, por supuesto, no hay casetas. A abrazarse, a casa.

Jerez, que se encuentra entre los ayuntamien­tos consultado­s por la asociación, “está valorando la opción”, y los feriantes confían en que durante el mes de mayo más consistori­os “se unan a la propuesta”, afirma el representa­nte de la asociación en Cádiz, Francisco Jiménez. El sector ve en la posibilida­d una válvula de oxígeno ante un año que les ha sido, como es de suponer, catastrófi­co. A la ausencia de ingresos directos por imperativo mayor, se ha unido la inoportuni­dad del momento. Tanto feriantes como hosteleros del gremio se dan de alta por temporada: es decir, inician actividad alrededor de Semana Santa y la suelen cerrar en octubre, “tras la celebració­n de la última feria en Andalucía, la de Jaén”, comenta José David Martín, presidente de la Asociación Andaluza de Empresario­s

de Hostelería de Feria.

La declaració­n del Estado de Alarma a mediados de marzo de 2020 les impidió a la mayoría darse de alta, por lo que no pudieron luego acceder a las ayudas para autónomos. Tampoco podían alegar cese de actividad. “Y es el banco el que decide dar un préstamo ICO –continúa Martín–, así que algunos no han cogido ni eso”. La única opción, señalaban ambos representa­ntes del sector, sería crear una red de ayudas directas, pero ninguna administra­ción, afirman, se ha mostrado receptiva. El colectivo de feriantes redactó un manifiesto en el que se recogían una serie de medidas para paliar el desplome del gremio. Entre ellas, el aplazamien­to inmediato de pago de impuestos (sin intereses) hasta doce meses después de la entrada en la normalidad, líneas de crédito específica­s, la suspensión de la cuota de autónomo o la inclusión de todos los trabajador­es que pudieran acreditar su pertenenci­a al sector en la solicitud de ayudas por cuenta propia, aunque en ese momento no se encontrara­n dados de alta en RETA.

Los portavoces describen una situación angustiosa. La Asociación Andaluza de Hosteleros de Feria representa a un total de 98 empresario­s procedente­s, sobre todo, de las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva, que acumulan ya veinte meses sin trabajar. Si alguien tenía una segunda vivienda, la ha vendido. Quien tenía ahorros, los ha fundido. “Muchos se están dando de baja porque no pueden seguir pagando la hipoteca de las naves, vehículos y demás. Otros se están reinventad­o”, comenta Martín, que precisamen­te acaba de inaugurar un bar. Esta opción, la de recolocars­e en un negocio de hostelería convencion­al, es la elegida por la mayor parte de empresas del ramo que representa, aunque también los hay que se han ido a la obra o de temporeros, “esperando que esto pase y se pueda retomar la actividad”. En total, calcula que podrán perderse un 40% de las empresas del sector.

Respecto a los feriantes, de la audiencia que realizaron para retomar algún tipo de actividad este año, sólo pudieron acudir a hacer la prueba el 60%, señala Francisco Jiménez: “También porque es que te arriesgas mucho, tienes que activarlo todo con una incertidum­bre absoluta”.

“Para nosotros – prosigue–, el principal problema es la inversión. Tenemos un negocio itinerante que es mucho más costoso de mantener que un negocio estable, ya que en este último el gasto principal en general lo has hecho al principio, de una vez. Nosotros necesitamo­s mucha infraestru­ctura para poder movernos de una feria a otra, con gastos fijos de vehículos y herramient­as, más allá de algunos aparatos”.

El escenario es tal que José David Martín piensa que el año que viene hay ferias que peligran por “falta de profesiona­les. Se volverá a un concepto de feria antigua, de una familia que monta su caseta –indica–. Llevar ahora ocho casetas, como hacemos, sería inviable: entre otras cosas, porque no hay personal”.

Este año, a pesar de los pronóstico­s respecto al cada vez más acelerado ritmo de vacunación, no cree que se vaya a celebrar feria alguna: “Y, al que la haga, le va a costar dinero: la gente tiene mucho miedo”.

Por eso la posibilida­d, insiste, pasa por montar eventos con restriccio­nes, como el sevillano, “y darnos la opción de trabajar, que es lo que queremos, pero no en cualquier circunstan­cia y perdiendo más dinero”.

 ?? R.R. ?? Atraccione­s de hace dos años, en la Feria del Carmen en San Fernando.
R.R. Atraccione­s de hace dos años, en la Feria del Carmen en San Fernando.
 ?? D.C. ?? Operarios colocan hileras de farolillos.
D.C. Operarios colocan hileras de farolillos.

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