“Estamos cansados, pero aun así el virus no nos ha derrotado”
José Benito Zaya Ganfornina es el responsable de UCI del Hospital Costa del Sol en la provincia de Málaga
Humanización Una simple videollamada con los seres queridos daba muchas esperanzas a los pacientes ingresados
LA crisis sanitaria provocada por el coronavirus lleva golpeando la vida de las personas más de un año. La comunidad andaluza empieza a ver los primeros síntomas de lo que para muchos es la cuarta ola, una ola provocada por las masificaciones durante toda la Semana Santa. Entre medidas, acertadas o no, por parte de un Ejecutivo que intenta erradicar los brotes de coronavirus y reza por la llegada de un gran número de vacunas, los de siempre, los sanitarios, comienzan a armarse de valor para lo que puede venir en las próximas semanas.
Una de las provincias que más dificultades ha tenido en el pasado año ha sido Málaga. En torno a la Costa del Sol se han vivido momentos críticos con un virus que galopaba a sus anchas por todo el territorio dejando a su paso innumerables contagios, ingresos hospitalarios y, por desgracia, muertes. Aun así, si la crisis sanitaria no ha llegado a más en Málaga ha sido por la labor encomiable de todos los profesionales sanitarios que trabajan en sus hospitales, personas que han arriesgado su integridad por salvar la vida de miles de personas e intentar dar motivos de esperanza a enfermos y familiares que veían como sus seres queridos podían no volver jamás a casa.
El personal de las unidades de Cuidados Intensivos ha tratado este año los casos de coronavirus más graves. Por ello, desde Grupo Joly y la Fundación Unicaja se les quiso reconocer hace unos meses su labor en los premios Malagueños de Hoy y, por extensión, a todos, absolutamente a todos los trabajadores de la sanidad de la provincia. Andalucía puede estar orgullosa de contar con profesionales como el jefe de la UCI del Hospital Regional, Guillermo Quesada; la jefa de la UCI del Clínico y directora médico de este hospital, María Antonia Estecha; el director de Cuidados Intensivos del comarcal de Antequera, Mehdi Zaheri Beryanaki; y el responsable de UCI del Hospital Costa del Sol, José Benito Zaya Ganfornina. Estos sanitarios, junto a sus compañeros en el día a día, han conseguido frenar una pandemia que aunque ahora parezca que llega a su fin, si lo hace es gracias a la labor de los mismos, el esfuerzo que han puesto para salvar vidas en todo momento.
Pudimos hablar con el responsable de UCI del Hospital Costa del Sol, José Benito Zaya Ganfornina, una persona muy humana que quiso destacar el trabajo que llevaron a cabo todas las categorías, todos los niveles asistenciales y todas las especialidades en la lucha contra esta pandemia y en un momento en el que “todo era incertidumbre, una incertidumbre que generaba un virus desconocido”. Para Ganfornina, en los momentos más críticos fue fundamental “tratar de adelantarse en lo que aprendimos con la primera ola, un momento de la crisis que nos ayudó a saber cómo actuar en las siguientes olas que se han ido produciendo en estos meses”. El responsable de UCI del Hospital Costa del Sol recalcó un concepto fundamental, “la humanización”. En momentos en los que los pacientes despertaban tras semanas muy duras, sedados e intubados, “una videollamada era esencial para que pudieran interactuar con sus familiares en lo que ha sido una labor humana que se ha ido reforzando durante todo el año”. Por último, quiso hacer ver que todo el sector sanitario “está cansado porque no hemos pestañeado. Aun así, el virus no nos ha derrotado”.
Las vacunas parece que llegarán en grandes cantidades a partir de este mes de abril. Además, Pedro Sánchez ha confirmado que el 70% de la población pronto recibirá las dosis y el toque de queda es algo que no se extenderá más allá de mayo. Aun así, las promesas y las cavilaciones no sanan. Lo cierto y verdad es que los únicos que seguirán en pie de guerra serán los sanitarios españoles que tienen en Andalucía y, en concreto, en la provincia de Málaga, un escuadrón que ha estado a la altura en momentos que nadie querría haber vivido.
“Todas las categorías, niveles de asistencia y especialidades han llevado a cabo una labor esencial en un momento de incertidumbre. Fue fundamental adelantarnos con lo aprendido en la primera ola, que nos ayudó a saber cómo actuar en las siguientes. No hemos pestañeado, estamos cansados, pero aun así el virus no nos ha derrotado”.