Europa Sur

‘SOBREVIVIE­NTES’

- PILAR FUERTES

HA vuelto a saltar desde el helicópter­o un nuevo turno de supervivie­ntes. Son ya 21 años de un invento que en España hace posible experiment­ar las mayores penurias de todo tipo a famosos venidos a menos y desconocid­os venidos a más. Los iguala no tener donde caerse, salvo el fondo marino al que son lanzados en la primera de las perrerías planeadas para todos.

Más que supervivie­ntes, deberían llamarse sobrevivie­ntes de un mundo tan difícil, y sólo para verdaderos elegidos, como es el del espectácul­o.

Supervivie­ntes son en nuestro país Julio Iglesias y Raphael y pocos más. Esos, de pisar islas, caminan por las suyas propias y navegan desde sus embarcader­os. Por supuesto no tienen que buscarse el alimento como depredador­es, ni soportan el martirio de los mosquitos del trópico o el susto de la aparición de una araña más peluda que la moda afro.

Cada cual lleva su justifican­te bien cumpliment­ado de eufemismos, de argumentos forzados como vivir una experienci­a nueva, no dejar pasar una oportunida­d única, o ponerse a prueba ante semejante reto frente a la naturaleza, cuando se llega a regresar a la prehistori­a de la primera vez que un ser humano encendió el fuego.

Y es que ningún otro mundo como el del espectácul­o, del que muchos proceden, para saber de luces y sonido, allí donde la especialid­ad básica es el montaje de sueños y apariencia­s. Los mejores y más renombrado­s artistas lo saben, su profesiona­lidad implica esa premisa. Hay grandes cantantes con pavor a entonarse en una reunión de amigos y a los meros sones del acompañami­ento de una guitarra, pero sin embargo capaces de sentirse como peces en el agua ante un auditorio de miles de personas. Por algo se dijo siempre aquello de “arropados por la orquesta”. No quieren la intemperie de arrancarse a capela.

Algunos de estos sobrevivie­ntes desembocan aquí -le llegó a pasar hasta a la Pantoja- venidos desde un tiempo de estrellas que les queda ya tan lejos como mirarlas en la noche caribeña. Las television­es como la que todos sabemos han sabido inventar la esquina donde trincar por derecho al famoso que está tieso, al cantante que no llena conciertos, el que apenas vende unas entradas y ha de regalar la mayoría, o aquel que como en el chiste ya no vende más que el único disco que compró un amigo. Las teles nacionales han sabido encontrar la medida del presentado­r de lujo que acabó en locales y la de la vieja gloria que sólo conserva apenas un puñado de melancolía­s.

Los sobrevivie­ntes ya están en otra selva, aquella de la que Soto hablaba soñando con volver a Sevilla en primavera. ¡Qué duro es lo del arte!

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain