Al Qaeda vive sus horas más bajas diez años después de la desaparición de Ben Laden
Diez años después de la desaparición de su líder, Osama ben Laden, la organización terrorista Al Qaeda ha pasado a un segundo plano en la mayoría de las zonas del mundo donde tiene presencia, frente al ascenso de su facción disidente, Daesh.
Según los expertos consultados por Efe, la disidencia del Daesh es uno de los sucesos más importantes que le ha sucedido a Al Qaeda, como un reflejo de tensiones de liderazgo y prioridades dentro de la idea única de la yihad global.
La última década ha estado marcada por la revisión de su ideología y la muerte de decenas de sus líderes veteranos procedentes de la guerra de Afganistán, en acciones antiterroristas o en la lucha que libra contra el Daesh en determinadas zonas del mundo.
El único ámbito donde Al Qaeda mantiene una actividad creciente es en el propagandístico, con una constante presencia mediante vídeos, boletines, revistas y redes sociales con los que hace predicación, pedagogía e incitación a atentados.
Al frente de Al Qaeda se encuentra hoy, supuestamente, el cirujano cairota Ayman al Zawahiri, de 70 años, por cuya captura EEUU ofrece 25 millones de dólares. Al Zawahiri sigue difundiendo discursos de predicación y de incitación al terrorismo desde su refugio, que podría encontrarse en algún lugar de la frontera entre Afganistán y Pakistán.
En el continente africano, el protagonismo de Al Qaeda es cada vez menor, en beneficio del Daesh; la extensión de Al Qaeda en el Magreb Islámico a la zona del Sahel y la consiguiente creación del Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GAIM) en 2017 tampoco consiguió frenar el declive de la organización.