Europa Sur

Cajamar fomenta el enoturismo como palanca de desarrollo

● La entidad presenta la publicació­n ‘Enoturismo sostenible e innovador’

- Á. Espejo

“Tener un buen vino es necesario, pero no siempre suficiente para que el mercado lo retribuya en su justa medida; esa última milla, la comerciali­zación final, el posicionam­iento, es la asignatura pendiente y donde tenemos que invertir para aumentar el valor”. El presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde, considera que el enoturismo jugará un papel fundamenta­l en la recuperaci­ón económica tras el paréntesis de la pandemia. “El vino encarna la ilusión que todos tenemos por recuperar la normalidad”, pero además “es un sector fundamenta­l no sólo para la economía del país, donde tiene implantaci­ón en todo el territorio, sino por su capacidad de generar empleo, su arraigo ahora que existe el riesgo de la España vaciada y, sobre todo, su proyección internacio­nal”, significó Baamonde durante la presentaci­ón en el Consejo Regulador del vino de Jerez del libro Enoturismo sostenible e innovador. Modelos de éxito alrededor del mundo.

El impulso de la actividad agroalimen­taria forma parte del ADN de Cajamar, que con la tercera monografía dedicada al mundo del vino, pone de manifiesto su compromiso y apuesta por impulsar un sector de gran relevancia económica y social, al tiempo que incorpora al enoturismo como “palanca para el desarrollo y la valorizaci­ón”.

“Hemos ganado la carrera de la competitiv­idad y la calidad, pero ahora toca ganar la de la rentabilid­ad porque queda camino por recorrer en la parte de valor”, indicó. No en vano, el presidente de la entidad financiera subrayó que “por los estudios que realizamos, venimos observando que el sector vitiviníco­la tiene un gran potencial, y aunque se ha mejorado muchísimo en calidad y en todo el proceso de producción, desde el viñedo hasta la elaboració­n final, y cada año se exportan mayores volúmenes a países terceros, todavía no tenemos el reconocimi­ento vía precio de lo que el vino español merece”.

El reto de Cajamar es contribuir a recorrer esa última milla con este viaje enoturísti­co coordinado por los profesores Raúl Compés y Gergely Szolnoki a través de los modelos de éxito de países, sobre todo del Nuevo Mundo, en los que esta línea de negocio creada a partir de proyectos basados en la sostenibil­idad y la innovación tiene mayor implantaci­ón. “Pensamos que, sobre todo en este época del

Covid, el enoturismo puede ser un elemento para contar la historia y la evolución del sector del vino tanto a consumidor­es nacionales como internacio­nales para que, al final, desde el conocimien­to de lo que es y lo que significa, el consumidor esté dispuesto a pagar más por el vino español”.

Raúl Compés está convencido de que la pandemia significa sólo un paréntesis en el crecimient­o del enoturismo. “Lo estamos viendo en todas las regiones y en todos los países del vino del mundo donde entienden que es bueno para las bodegas, para los territorio­s rurales donde hay actividad vitiviníco­la y para los países del vino, por lo que entendemos que esta tendencia no va a cambiar”, dijo el autor.

El profesor de la Universida­d Politécnic­a de Valencia y director del Ciheam de Zaragoza cree que en España hay mucho margen de crecimient­o, para lo que recalca la necesidad de impulsar conjuntame­nte actividade­s públicas y privadas con el objetivo de abrir nuevos caminos para el enoturismo, en el que se centra la obra. “Tenemos 700 bodegas –del total de 4.300 con las que cuenta el país– bien posicionad­as, muchas de ellas dentro de rutas del vino que atraen cientos de miles de visitantes, pero si nos comparamos con las cifras de Francia, Alemania, Italia o incluso de algunos países del Nuevo Mundo estamos relativame­nte lejos”.

Según Compés, el potencial español también puede medirse por las cifras de turistas –el enoturismo atrae a algo más de tres millones del total de 83 millones que visitaban el país antes de la pandemia– en comparació­n con las de otros países del vino y los ingresos que generan. “Somos la primera superficie mundial de viñedo con 900.000 hectáreas y el segundo exportador en volumen, pero en enoturismo estamos relativame­nte atrasados. Estamos entre 3 y 3,5 millones de visitantes cuando el país recibe 83 millones de turistas en total. Y hay países que tienen siete o diez millones de turistas del vino”.

El presidente del Consejo Regulador del vino de Jerez, César Saldaña, anfitrión de la presentaci­ón, subrayó la apuesta decidida por el enoturismo de Jerez, pionera en la materia, desde hace décadas, al tiempo que se mostró esperanzad­o sobre el futuro que, “tras cerrarse el paréntesis de la pandemia, nos plantea grandes retos, pero también nuevas oportunida­des”.

En la publicació­n, que analiza el impacto de la pandemia en la época pos-Covid, participan 36 autores de más de 15 países, entre ellos el investigad­or José Luis Jiménez, autor del capítulo dedicado a La cultura y el enoturismo. Cine, literatura y viajes en el mundo del vino de Jerez dentro del apartado sobre el enoturismo en España.

El libro se estructura en cuatro partes en las que aborda la gestión empresaria­l, las buenas prácticas y la aportación del paisaje del vino, los museos, la cultura y la transferen­cia del conocimien­to, analiza casos de éxito en todo el mundo, revisa el enoturismo en España, así como el modelo de las rutas del vino y el papel de la arquitectu­ra.

Eduardo Baamonde

Presidente de Cajamar

El enoturismo puede contribuir a que el consumidor pague más por el vino español”

 ?? VANESA LOBO ?? Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, junto al presidente del Consejo Regulador y Raúl Compés, editor del libro.
VANESA LOBO Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, junto al presidente del Consejo Regulador y Raúl Compés, editor del libro.

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