“Actuamos con la mayor conciencia posible avisando a la población”
Lourdes Martínez Túnez es una profesional que ejerce como médico de familia en la localidad granadina de Armilla
La crisis sanitaria provocada por el coronavirus lleva golpeando la vida de las personas más de un año. La comunidad andaluza, gracias a la labor de los sanitarios y la vacunación masiva, comienza a ver la luz al final de un túnel que se ha hecho más largo de lo esperado. Aunque la realidad invita a ser optimistas, las personas deben recordar los momentos más duros vividos para no cometer errores futuros que nos hagan retroceder los pasos que con tanto esfuerzo hemos dado. Para ello, este diario ha contado con el testimonio de Lourdes Martínez Túnez, almeriense de 40 años de edad, que ejerce la medicina familiar desde 2009 en el centro de salud de la localidad granadina de Armilla.
Aunque todo explotó en ese fatídico mes de marzo, Martínez cuenta que a finales de febrero, concretamente el día 28 de dicho mes y ya con 43 casos confirmados de coronavirus, “estaba de guardia con el director del centro y por la noche lo llamaron para constituir un gabinete de crisis”. El tiempo corría en contra de una población a la que “se iba avisando, concienciando y haciendo recomendaciones”. Tras meses en los que los profesionales se enfrentaban a algo desconocido, “las consultas empezaron a restringirse para los casos más imprescindibles y se promovían las teleconsultas”, una herramienta que ha sido fundamental en la lucha contra la pandemia.
Lourdes recuerda resentida los muchos errores que se cometieron en el inicio de la epidemia. Entre ellos, destaca las manifestaciones del 8-M, “me pareció muy imprudente, no solo a mí, sino a mis amistades y compañeros de trabajo, que el día 8 de marzo se organizase la manifestación, sabiéndose ya las recomendaciones y que había casos en Madrid y la rapidez de propagación. Para tener esa opinión objetiva no hace falta ni ser sanitario”. Esa imprudencia por parte del Gobierno hizo que se diera rienda suelta a un virus que ha dejado miles de muertos y que aún sigue dando coletazos en una sociedad que parece no darse cuenta de la gravedad y los momentos complicados que todavía se viven en los hospitales de todo el país. Los aplausos quedaron atrás, pero los sanitarios siguen día a día luchando por salvar muchas vidas.
La sanitaria también echa la mirada atrás y explica todos los problemas que tuvieron en relación al material sanitario y la escasez de herramientas para poder llevar a cabo su trabajo de la mejor manera posible. Por ejemplo, algo tan básico como las mascarillas llegaban a cuenta gotas y se producían incluso peleas en los ambulatorios por las mismas. En aquellos momentos, lo mejor para Lourdes era quedarse en casa si era posible, “mi pareja también es sanitaria y trabaja en un hospital, pero decidimos restringir las vivistas de familiares y seres queridos y nos recluímos en casa”. Asegura que por quel entonces pilares tan básicos como su madre, aislada en su pueblo natal, y su hermana, “lo entendieron perfectamente ya que si pretendía que la gente se concienciara lo primero que debía hacer era no desplazarme yo”. En esta situación, las tecnologías han sido fundamentales para no perder el contacto con los allegados, “nos limitábamos a llamadas telefónicas”, llamadas que daban fuerzas para seguir en la temible brecha del coronavirus que tanto daño ha hecho.
Tanto Lourdes Martínez como sus compañeros son héroes y heroínas sin capa, personas que con pocas armas han conseguido, poco a poco, ir doblegando a un virus que pronto desaparecerá pero que seguiría muy presente si no es por la labor de unos profesionales que piden más conciencia por parte de la sociedad y más apoyo e impulso por parte de unas instituciones públicas que, por momentos, no han sabido darles el lugar que se merecían. Llega la época estival, momentos en los que disfrutar y más tras todo lo vivido. Aún así, no está mal recordar que durante más de un año hemos estado a merced de un agente extraño que está contra las cuerdas gracias a los sanitarios.
Manifestaciones Las manifestaciones que se llevaron a cabo el 8-M fueron muy imprudentes según los sanitarios