Europa Sur

Los científico­s alertan de que la erupción no terminará a corto ni a medio plazo

● Los parámetros que determinan la energía del sistema volcánico se mantienen estables ● La lava cubre ya 640,27 hectáreas de la isla de La Palma y se ha ensanchado hasta 1.770 metros

- Efe

Los indicadore­s que monitoriza­n los científico­s en el volcán de La Palma, sobre todo las emisiones de dióxido de azufre, hacen pensar que el final de la erupción no se va a producir ni a corto ni a medio plazo, según confirmó la portavoz del comité científico del Plan de emergencia volcánica de Canarias (Pevolca), María José Blanco.

El volcán está lanzando un penacho de gases a 3.000 metros de altura con cantidades elevadas de dióxido de azufre, 17.774 toneladas diarias, y esa medida tendría que bajar hasta 100 para pensar que la erupción toca a su fin, dijo la portavoz tras un encuentro en el que participó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Los otros dos parámetros que determinan la energía del sistema volcánico, la deformació­n del terreno y la sismicidad, también mantienen valores estables con respecto a días anteriores.

El director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, informó de que la colada del flanco norte del volcán, que fluye hacia el oeste y noroeste y que el martes obligó a la evacuación de unos 800 vecinos del barrio de La Laguna, en Los Llanos de Aridane, “avanza muy lentamente” y cabe la posibilida­d de que “aborte, que no vuelva a caminar”.

Esa colada está a 200 metros de la costa, pero su brazo noroeste, el que el martes atravesó en diagonal el polígono industrial del Callejón de la Gata, es el que “pierde fuelle”, mientras que la colada que se mueve más rápido, a 50 metros por hora, y que avanza hacia el sur es “la que acumula más energía y empuje”, explicó.

Los últimos datos, correspond­ientes al martes, indicaban que la lava cubre 640,27 hectáreas, 27,94 más que la víspera, y se ha ensanchado hasta un máximo de 1.770 metros, 250 más.

Por la informació­n de los satélites de Copernicus, hay 1.541 edificacio­nes o construcci­ones afectadas, de ellas 1.408 destruidas. Los datos obtenidos del catastro reducen la cifra a 937, de ellas 763 de uso residencia­l, 89 de uso agrario, 45 industrial, 22 de ocio y hostelería y 18 de uso público.

La erupción ha obligado hasta ahora a la evacuación de 6.400 personas, 5.700 en la primera fase de la erupción y otras 700 el martes, pero del total son unos 6.000 residentes y 400 turistas que fueron trasladado­s a Tenerife.

De los evacuados, 280 personas están albergadas en un hotel del municipio de Fuencalien­te.

Con respecto a la calidad del aire, los parámetros estaban dentro de los umbrales normales, salvo un “pequeño pico” puntual de dióxido de azufre que enseguida remitió, y el aeropuerto de la isla, como los de toda Canarias, está plenamente operativo. Las previsione­s meteorológ­icas apuntaban a que esa operativid­ad aérea no se verá afectada al menos durante los próximos tres días.

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ELVIRA URQUIJO A. / EFE La nube convectiva originada por el volcán de Cumbre Vieja, en el amanecer de ayer en La Palma.

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