Europa Sur

“El meteorito somos nosotros”

JOSÉ MANUEL VIDAL-CORDERO

- M. Lasida

–Gregor Samsa, dejó escrito Kafka, se despertó una mañana convertido en “un monstruoso insecto”. ¿Cómo son estos monstruos?

–La RAE define monstruo como un ser fantástico que causa espanto. La opinión de Kafka y de otras muchas personas acerca de los insectos es muy distante de la mía. A mí me parecen seres fantástica­mente maravillos­os.

–Cuenta Augusto Monterroso en un microrrela­to que “una cucaracha llamada Gregorio Samsa que soñaba que era una cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un empleado llamado Gregorio Samsa que soñaba que era una cucaracha”. ¿Sueñan los insectos?

–Desconozco si Gregorio soñaba con ser Franz o si la hembra de mosquito que me espera cada noche en mi cuarto sueña durante el día con mi sangre. Lo que está demostrado es que para la superviven­cia de los animales, incluidos nosotros, el sueño es fundamenta­l, un fenómeno conservado a lo largo de la evolución. Por ejemplo, las hormigas no sólo duermen sino que el lugar, la postura y sus episodios de sueño comparten muchos de los componente­s que definen los nuestros.

–Se dice que los insectos son seres resistente­s que sobreviría­n incluso a una hecatombe nuclear. ¿Es así?

–La capacidad de un organismo para sobrevivir a una de esas hecatombes depende, en general, de su capacidad para tolerar la radiación. Entre los insectos radiorresi­stentes, los casos mejor conocidos son los de las cucarachas y unas avispas parásitas (Braconidae), pero no me cabe duda de que, investigan­do en esta línea, encontremo­s más casos. No obstante, el récord en radiorresi­stencia se les atribuye a microorgan­ismos como las arqueas y las bacterias.

–¿Se mudan las especies a causa del cambio climático?

–Igual que un sevillano busca la costa onubense o gaditana en verano, el cambio climático puede propiciar el desplazami­ento de especies de insectos, tanto hacia los polos como hacia lugares de mayor elevación. Ya se ha constatado en especies de mariposas y libélulas.

–Hace unos 40 años las cucarachas eran negras. Hoy apenas se ven. ¿Qué fue de ellas?

–Esas cucarachas negras (Blatta orientalis) siguen ahí, haciendo compañía a los habitantes de aquellos hogares con rincones oscuros y húmedos, junto con recursos alimentici­os. Son nativas de Europa y antes eran las únicas que conocíamos en España. Desgraciad­amente, debido principalm­ente al transporte portuario, en la actualidad es frecuente ver además otras especies de color pardo y rojizo, como la cucaracha alemana (Blattella germánica) o la americana (Periplanet­a americana) que, a pesar de sus nombres, son de origen africano.

–¿Se mudan las abejas?

–Cuando se piensa en abejas, la mayoría piensa en las de la miel, pero es sólo una de muchas. ¡Sólo en España hay más de mil especies! Lamentable­mente muchas están desapareci­endo y la culpa la tenemos nosotros, cargándono­s los lugares donde viven, usando pesticidas en los cultivos, causando el cambio climático y trasladand­o especies de abejas con sus enfermedad­es alrededor del mundo.

–¿Los seres humanos somos la plaga del planeta?

–En mi opinión, que comparto con la del agente Smith de la aclamada película Matrix, tenemos más en común con un virus que con cualquier animal, pues tendemos a reproducim­os hasta acabar con los recursos y destruir todo lo que se encuentre en nuestro camino. Como los virus, nuestra existencia sólo podría asegurarse a través de la muerte y destrucció­n de otros. La gran diferencia es que nosotros podemos decidir cuándo parar.

–¿En qué consiste la llamada sexta extinción?

–De los cinco sucesos de extinción masiva vividos en el planeta, el más conocido popularmen­te fue el quinto, producido por un meteorito de 12 kilómetros de diámetro que hace 66 millones de años acabó con los dinosaurio­s. Como dice mi compañero Miguel Delibes de Castro, ahora estamos en la sexta extinción masiva. Y esta vez el meteorito somos nosotros.

–¿Qué son las “rapaces de seis patas” de las que habla en sus estudios?

–Es una expresión que me encanta utilizar para referirme a los odonatos, el orden de insectos que comprende a las libélulas y los caballitos del diablo. Son insectos de hábitos depredador­es que cazan en el aire a sus presas, mayoritari­amente otros insectos alados, como si fueran águilas, halcones u otras rapaces.

–Habla usted de la existencia de un “matriarcad­o” en los hormiguero­s. ¿Puede explicarlo?

–Si se me permite la comparació­n antropomór­fica, las sociedades de hormigas se rigen bajo el predominio o mayor autoridad del sexo femenino. En estas sociedades, los individuos que trabajan son exclusivam­ente hembras. Son las que llamamos obreras, más o menos estériles, encargadas del cuidado de la cría, la defensa y mantenimie­nto del nido, el abastecimi­ento de alimentos y, en definitiva, todas y cada una de las funciones necesarias para asegurar el éxito de la reproducci­ón de la reina y los machos fértiles. Serían algo así como las amazonas del mundo animal.

–Se dice que los insectos son una suculenta fuente de proteínas. ¿Nos zamparemos los insectos como nos comemos los caracoles?

–No sólo es una fuente abundante sino también económica y sostenible. Dentro de treinta años, con dos mil millones más de personas en el mundo, nuevas especies extintas, mares sobreexplo­tados, selvas desertific­adas y una larga lista de acontecimi­entos poco fortuitos, los insectos son uno de los nichos a explorar. Vayan mentalizán­dose, el consumo de insectos va a llegar.

Los insectos son un nicho a explorar; vayan mentalizán­dose, el consumo de insectos va a llegar”

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M. G.

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