Luis Gonzalo dibuja con técnicas y manos nuevas el arte precolombino
● El pintor jerezano afincado en Cádiz ingresa en la Real Academia Hispano Americana con un discurso marcado por sus investigaciones para el uso pictórico del textil y la cerámica
El pintor jerezano Luis Gonzalo González ingresó ayer como académico correspondiente en la Real Academia Hispano Americana de Ciencias, Artes y Letras con un discurso basado en su propia experiencia investigadora y pictórica, en su fructífera estancia en la Universidad ecuatoriana de Loja para partir del arte precolombino y de la riqueza cultural y antropológica del pueblo Saraguro y culminar en sus propias técnicas pictóricas, patentadas, basadas en el textil y la cerámica. ‘El retrato precolombino para un siglo XXI’, título del discurso, resume a la perfección la intención del maestro Gonzalo, que entregó a la academia una donación de su obra. El escritor Enrique Montiel, también académico, fue el encargado de contestar a su discurso, en un acto celebrado en la Facultad de Medicina de Cádiz y que fue cerrado por Felicidad Rodríguez, directora de la Hispano Americana.
“Este trabajo que mostramos –comenzó su discurso Luis Gonzalo– es un resumen de las investigaciones elaboradas sobre el arte precolombino, y como muestra de este siglo XXI se hace entrega, donación, a la Real Academia Hispano Americana de una plaqueta cerámica donde se aplica por primera vez la patente nacional e internacional sobre cerámica y la reintegración de tejidos naturales. Los retratos Saraguro son tejidos naturales con pigmentaciones aplicadas directamente sobre cerámica y maderas”.
Reveló también Luis Gonzalo la raíz de su fascinación por la cultura precolombina y, en concreto, por este pueblo indígena cuya pervivencia actual lo convierte en uno de los pocos que ha sobrevivido a la colonización española y a sus siglos posteriores: “Mi vocación precolombina, confieso, comenzó a gestarse con mi primera tesis doctoral. Me introduje en la vida preazteca y su capacidad plástica y derivé sobre otro lenguaje de transmisión dentro de la imagen. Pasó un tiempo, y me trasladé a Loja, Ecuador, donde descubrí al pueblo Saraguro, con idéntica idiosincrasia de algunas vivencias muy cercanas a mis inquietudes entre la plástica, la humanística y las ciencias”.
“He procurado revivir a esos pueblos –continuó el nuevo académico Gonzalo– desde la propia estética de rasgos, dibujos y perfiles, y combinarlos con los escritos que tenemos respecto a lo que fue el Ecuador originario. No obstante, el origen del Ecuador se remite a épocas mucho más antiguas que se pueden conocer por los hallazgos arqueológicos encontrados en el territorio nacional”.
En su investigación antropológica, arqueológica y pictórica basa Luis Gonzalo su traslación en el retrato de aquel arte precolombino a las manos y técnicas del siglo XXI: “Personajes anónimos en el tiempo, donde el color y la esencia de la propia etnia estudiada completan visualmente los rasgos plásticos de la población preinca, del siglo XXI, precolombina. Desde esta perspectiva, otras disciplinas como el diseño, la semiótica y el arte actual pueden ser una herramienta que permite ahondar en el estudio de los diferentes motivos decorativos presentes en estos objetos. He traído el concepto antropológico del retrato anónimo, pero con una visión real de un mundo lleno de sabores, perfiles y nuevas sensaciones, ante el color, las formas y los matices de sus etnias”.
Y a modo de resumen concluyó Luis Gonzalo: “Este trabajo ha tenido un marcado acento didáctico e investigador; en él se ha incluido las experimentaciones que se han realizado dentro del campo del diseño gráfico en el mundo precolombino y que se han aplicado a un siglo XXI de avances y de memoria histórica, aplicado al tema textil o la cerámica. Desde la experimentación del diseño hemos desarrollado la formación de un concepto general o abstracto sobre grafismo-imagen y simbología-técnica que han pasado por unas etapas que han garantizado su efectiva adquisición”.
Luis Gonzalo Pintor y académico
Confieso que mi vocación precolombina comenzó a gestarse con mi primera tesis doctoral”