MAL COMPORTAMIENTO
VEO indignado en las redes el caso de un instituto en el que se prohíbe leer un libro del profesor Carlos Taibo, dicen que a instancias de unos padres (y madres) y de la Inspección. La voracidad por la ignorancia lleva algunos a morder a sus propios hijos (e hijas), pero es difícil de convencer de su estulticia a quien se cree hablando desde la poltrona de la verdad, esta tontería conceptual que causa más muertes que todas las bombas juntas.
Pero no podemos evitar que haya totalitarios en todos los sectores, o sí, porque en la Función Pública debería quedar claro que cuando se mete la pata: la calle está (debería estar) esperando. Claramente hablamos de la Inspección, que debe velar por que los fundamentos de nuestras leyes se cumplan, por orden, arrancando de la propia Constitución.
La libertad de expresión, de pensamiento, entiendo que sea difícil de articular con menores de edad, siempre cabe la discursión, pero con un alumnado que toma decisiones sobre su cuerpo a partir de los dieciséis años, que concluyó su etapa educativa
“La voracidad por la ignorancia lleva algunos a morder a sus propios hijos e hijas”
obligatoria y que elige hacer estudios superiores... se están formando aún, pero ¿no es una falta de respeto decirles qué pueden o no ver, leer, discutir, oír? Quizá en el curso siguiente estén abriendo en canal un cadáver para una Facultad ¿y se les controla la información?
Estos progenitores necesitan una inspección pero de los Servicios Sociales, quizá no estén en condiciones de ejercer su papel educador fundamental, ¿es trato con dignidad hacer esto o deberían preocuparse, con todos sus peregiles ideológicos, por fomentar el espíritu crítico y que decidan los jóvenes qué se creen o qué no? Los funcionarios que han corroborado la petición deberían perder sus plazas ya, ¡ya!, la Inspección está para que el Derecho a la Educación en toda su diménsión se cumpla, para estimular y asesorar al profesorado desde su alta (supuesta) cualificación profesional, no para burocratizar y ser correa de azote de politicastros que, a veces, han intervenido para que ocupen esas plazas, no son una solución a la crisis educativa: están en el cogollo del problema.
Pero, y perdonen mi tono cabreado, si lo que cuentan el profesor Zaragozá y Carlos Taibo es así, ¿cómo es posible que los sindicatos y el profesorado no haya convocado una jornada de protesta con un paro absoluto de toda la Enseñanza estatal? Mucha queja de la desvergüenza del alumnado, pero el mal comportamiento y la falta de civismo se dan más en otros sectores pudendos.