Representaciones no figurativas en el arte paleolítico del sur peninsular
● La cueva del Vencejo-moro es uno de los enclaves más singulares de la zona, donde los motivos figurativos se relacionan con los abstractos
E Larte rupestre prehistórico o la representación pictórica de motivos en la prehistoria agrupa todas estas representaciones en dos grandes bloques: las representaciones figurativas y las no figurativas o abstractas. Hacemos primero una pequeña ref lexión para dejar claro el mundo figurativo dentro de las representaciones pictóricas en la prehistoria. El concepto de figurativo, según la real academia de la lengua, dice “que es representación o figura de otra cosa”, por lo que se entiende que esa representación sería reconocida por nuestra mente, por ejemplo y siendo algo obvio la representación de un caballo o ciervo, cumple perfectamente la definición antes expuesta, entendiéndose que lo representado es conocido para nosotros, en este caso una caballo o ciervo. Pero ¿qué pasa cuando el autor de las representaciones prehistóricas plasmó en las paredes de las cuevas o abrigos, algo no reconocible? En este caso entraríamos en el bloque de representaciones rupestres abstractas o no figurativas.
Si hablamos de arte rupestre paleolítico sin estar en ningún contexto especial, a cualquier persona se le viene a la mente automáticamente los bisontes de Altamira o imágenes de las principales cuevas de la península ibérica, pero siempre se trata de motivos figurativos, como ya hemos referido, o sea bisontes, caballos, ciervos, osos, etc. Pero en el arte rupestre paleolítico no solo se realizaban representaciones figurativas, existen una serie de motivos que siempre han estado ahí, pero han pasado desapercibidos, no siendo hasta hace aproximadamente una década, que empezaron a ser observados y tenidos en cuenta. Estas grafías, a simple vistas no son tan vistosas como los ya nombrados motivos figurativos, por tratarse de simples trazos, manchas, soplados, discos, puntos, zigzag, etc. Pero toman algunos de estos motivos una relevancia especial dentro de todo su conjunto, simplemente por ser de una cronología posterior a las grafías figurativas realizadas en el paleolítico superior.
Haciendo un pequeño repaso para explicar el porqué de la antigüedad de estas grafías, nos tenemos que trasladar a las últimas investigaciones relacionadas con las dataciones de Uranio/torio, pues mediante este método se pueden datar las costras y formaciones de calcita que se encuentran en contacto directo y cubren a veces las representaciones rupestres. El fundamento científico se basa en “dos isótopos del uranio, U-238 y
U-235, que decaen a formas estables mediante complejas cadenas que incluyen la formación del torio. Por tanto, el método mide el desequilibrio existente entre la porción de Uranio U-238 y U-235 y la de Torio” (Science, febrero de 2018) (Lámina 1), que se han realizado en procesos geológicos (velo de calcita), que cubrían varios de estos motivos, manchas, discos, soplados, etc.
Se obtienen dataciones muy antiguas en estos procesos geológicos que cubren los pigmentos de estas grafías, lo que nos da como resultado que, si las concreciones calcíticas arrojan fechas antiguas, cabe pensar que el pigmento cubierto por estos procesos geológicos es más antiguo. Como ejemplo, tenemos las dataciones publicadas en la revista Science, en las que se realizaron muestreos en tres cavidades de la península ibérica: Ardales (Málaga), Maltravieso
(Cáceres) y La Pasiega (Cantabria). Se obtuvieron en la cueva de Ardales dataciones que oscilan entre 45.500 a los 65.500 años, realizándose estas dataciones sobre calcitas que cubrían manchas de pigmentos en cortinas estalagmitas, y en la cueva de La Pasiega, sobre la calcita de un signo lineal, se obtuvo una fecha de 64.800 años.
Después de esta pequeña reflexión sobre las dataciones de Uranio/torio, aplicadas a los procesos geológicos que se han formado sobre estos motivos, y viendo las fechas que se arrojan sobre este tipo de grafías no figurativas, tenemos claro que algunas de las representaciones rupestres que se reparten por la cavidades y abrigos del extremo sur peninsular podrían estar también dentro de este ámbito de antigüedad. Si hacemos una comparación crono-estilística de estos elementos gráficos con el conjunto de motivos repartidos por el resto de la península ibérica, obtenemos un gran número de grafías abstractas o no figurativas.
Hablamos siempre de grafías que de una forma directa o indirecta se relacionan con las claramente figurativas paleolíticas de nuestras cavidades en el extremo sur peninsular. Actualmente no podemos datar este tipo de grafías presentes en la zona del Estrecho por el método de Uranio/torio, debido al soporte de arenisca donde se han representado, no formándose por esta razón mineralógica el velo de calcita, necesario para poder
La Jara, Atlanterra, Las Palomas o el Tajo de las Abejeras son otros lugares de interés
No es posible datar hoy este tipo de grafías por el método de Uranio/torio
extraer la muestra y datarla. De ahí, tener que basarnos en una datación crono estilísticas como anteriormente se ha comentado.
El extremo sur peninsular y concretamente la provincia de Cádiz, hasta hace un par de décadas, no había destacado por el arte paleolítico, pues este se consideraba casi exclusivo de las cuevas profundas, empezando a ser conocido en la zona por los descubrimientos que se han realizado en diferentes abrigos y covachas, como por ejemplo, cueva del Vencejo Moro, donde se localizan principalmente grabados de équidos, el abrigo del Realillo por su caballo pintado en rojo, Abejeras II por sus motivos figurativos de équidos y sus manos aerografiadas en negativo, Cuevas de las Palomas, donde en el abrigo de Palomas I se localizan varias grafías de équidos y agrupaciones pareadas de puntiformes, y ce