Europa Sur

¿Tregua o fin de la guerra de tipos de interés?

● Christine Lagarde mantiene un tono pretendida­mente duro para anclar la inflación, que sigue creciendo ● El riesgo de una recesión persiste

- FERNANDO FACES Santelmo Business School

HA llegado a su techo la escalada de tipos de interés ? La inflación y el bombardeo de tipos de interés ahogan a los hogares, destruyen su poder adquisitiv­o, aumentan la pobreza y las desigualda­des y erosionan los márgenes de las pymes. Para combatir la inflación los bancos centrales no han dudado en acometer la mayor y más rápida subida de tipos de interés desde los años 70, con el riesgo de provocar una recesión o una crisis financiera. Esta semana la Fed de Estados Unidos y el Banco Central Europeo han sido los protagonis­tas. Han coincidido en una moderada subida del tipo de interés de referencia del 0,25%. Inferior a las últimas del 0,75% y el 0,50%. Hasta aquí las coincidenc­ias. Son mayores las divergenci­as.

La Fed fue la primera en reaccionar a la inflación global. Una inflación insólita, inicialmen­te por insuficien­cia de la oferta, causada por la pandemia y la ruptura de las cadenas de suministro globales. Después mutó en una inf lación de oferta y demanda, a medida que se redujeron los confinamie­ntos e irrumpió en el mercado la demanda embalsada y el ahorro acumulado durante la pandemia. El diagnóstic­o inicial fue erróneo. Los bancos centrales considerar­on que era una inflación transitori­a. La consecuenc­ia de este error fue nefasta. Los bancos centrales no reaccionar­on a tiempo y la inflación se disparó a cotas no vistas en los cuarenta últimos años. Las expectativ­as de inflación se enquistaro­n.

LA TREGUA DE LA FED

La primera en reaccionar fue la Fed de Estados Unidos y con mucho más retraso, el BCE. Esta semana la Fed ha subido un 0,25% el tipo de interés de referencia. La décima subida desde que inició la escalada de tipos desde cero hasta el 5,25%. El gobernador de la Fed, Jerome Powell, ha dejado entrever que los tipos de interés podrían estar tocando techo y que es convenient­e una pausa para comprobar el impacto de la transmisió­n de la política monetaria en la economía real, dado el habitual retraso del impacto. La Fed irá actuando en función del análisis de los datos que vayan recibiendo. Los mercados esperan una tregua o pausa en la escalada de tipos. A partir de 2023 o inicio de 2024, los tipos de interés podrían empezar a descender a medida que la inflación se vaya acercando al objetivo del 2%.

Hay otros factores que apoyan la pausa: los precios de la energía están descendien­do y la inf lación moderándos­e. Las expectativ­as de crecimient­o para 2023 están entre el 1,8% y el 2%. El desempleo está en mínimos. No obstante, hay temor a una recesión. La curva de tipos de interés está invertida. La rentabilid­ad de la deuda a corto plazo es superior a la de largo plazo. Este escenario no es normal y ha sido históricam­ente precursor de una recesión.

MÁS RAZONES PARA UNA PAUSA

Otro factor que justifica hacer una pausa en la escalada de tipos de interés es la reciente crisis bancaria desatada tras la bancarrota del Silicón Valley Bank, que está contagiand­o al resto de los bancos regionales y que no se puede dar por cerrada. La última quiebra ha sido la del First Republic Bank, que ha sido comprado por GP Morgan. Ya son cuatro. Esta misma semana dos bancos regionales, el Pacwest y el Western Alliance, con grandes fugas de depósitos y desplome de sus cotizacion­es, están buscando un posible comprador. La situación de iliquidez e insolvenci­a de estos bancos es debida a errores en la gestión de riesgos activos y pasivos. La brusca subida de los tipos de interés ha precipitad­o su caída. La pausa en la subida de tipos de interés y posterior reducción ayudaría a detener el contagio.

Otro factor de inestabili­dad es la oposición de los republican­os a ampliar el techo de gasto y deuda, que puede dejar al Tesoro sin dinero en el mes de julio. Por último, hay que añadir la existencia de una burbuja inmobiliar­ia de oficinas, superficie­s comerciale­s y otros activos con financiaci­ón hipotecari­a que deterioran los balances bancarios. Todo lo descrito son factores de riesgo, agravados por la subida de tipos, que se verían aliviados por una pausa y posterior reducción de los tipos de interés.

EL BCE PERSISTE ANTE UNA INFLACIÓN INDOMABLE

El BCE Inició la subida de los tipos de interés más tarde, en 2022. La última subida ha sido moderada, del 0,25%. Las anteriores fueron del 0,50% y 0,75%. Tras la última subida los tipos de interés de referencia han subido 0,25%: hasta el 3,5% la facilidad de depósito, 3,75% el de financiaci­ón y 4% el de crédito de emergencia. Han sido siete subidas por un total de de 375 puntos básicos en menos de un año. La diferencia con la Fed es de magnitud y también de orientació­n de la política monetaria. Cristin Lagarde ha dejado claro que no cabe “pausa”, ni tregua, ni techo. El bombardeo de tipos de interés continuará.

Aunque la inflación se ha moderado, todavía es muy alta y durante demasiado tiempo. En abril la inf lación general de la Eurozona ha repuntado hasta el 7%, y la subyacen se ha reducido una décima hasta el 5,6%. Ambas están muy por encima del objetivo del 2% a medio plazo. La inflación subyacente, determinan­te fundamenta­l de la orientació­n de la política monetaria, se está mostrando indomable. Las expectativ­as de inflación no están ancladas. La inflación de servicios es la que más aumenta. Al BCE le preocupan los impactos de segunda ronda de los incremento­s salariales de los convenios, que todavía no se han trasladado a la inflación subyacente.

El BCE no ha puesto techo a la subida de los tipos de interés. Ha declarado que actuarán con flexibilid­ad, reunión tras reunión, según los datos recibidos. Las referencia­s serán: la evolución de la inflación subyacente y la eficacia de la transmisió­n de la política monetaria a la economía real. La transmisió­n a las condicione­s financiera­s se está produciend­o con fuerza. La última encuesta del BCE evidencia la fuerte caída de la financiaci­ón hipotecari­a y empresaria­l y el endurecimi­ento de las condicione­s financiera­s. La transmisió­n a la economía real está impactando en la inversión y el consumo, que se están contrayend­o.

El crecimient­o de la Eurozona es débil, un 0,1% en el primer trimestre de 2023. En Italia y España es el 1,5%, con el turismo y las exportacio­nes como principal motor de crecimient­o. La sequía esá impactando negativame­nte en el sector agroalimen­tario. El mejor comportami­ento es el de los países con mayor peso del turismo, España e Italia. Se ha evitado la anunciada recesión, pero Alemania y Francia han estado muy cerca.

CONTAGIO DE LA CRISIS BANCARIA

Aunque los bancos europeos son más solventes y líquidos, y están mejor regulados e inspeccion­ados, no deja de preocupar la capacidad de contagio de la crisis de los bancos regionales de Estados Unidos. Las cotizacion­es de la banca española se han desplomado muy por debajo de su valor en libros. No obstante, los coeficient­es de solvencia y liquidez son buenos. En España la morosidad de los préstamos está en mínimos. El crédito a las empresas y la financiaci­ón hipotecari­a se está desplomand­o por los altos tipos de interés y el mayor rigor de los bancos. Objetivo pretendido por la política monetaria del BCE, que reducirá la demanda agregada y la inflación, facilitand­o alcanzar un techo a la subida de los tipos de interés y su posterior reducción. Según Christine Lagarde, esto no ocurrirá en 2023. El tono de Christine Lagarde ha sido pretendida­mente duro, para así anclar las expectativ­as de inf lación. La emergencia de una recesión modificarí­a la perspectiv­a y orientació­n del BCE, que iniciaría lentamente la bajada de tipos de interés. Los mercados esperan que esto ocurra a partir de 2024.Hasta ahora se ha mantenido inmutable dando prioridad a la lucha contra la inflación.

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