Europa Sur

La victoria más amarga

● La Balona solo es capaz de superar al Vélez cuando el rival, preñado de dignidad, se desfonda ● Aridane Santana, con tres goles, dos después del minuto 85, salva a los locales del escarnio

- Balompédic­a Vélez CF Real Balompédic­a: Facundo Ackerman; Ángel Mancheño (Miguel Cera, 73’), Diego Jiménez, Sergi Monteverde, Nani; João Pedro, Javi Pérez (Aridane Santana, 61’), Adri Peral (Antonio Romero, 46’), Moi Parra (Pepe Greciano, 80’); Fran Carbiá

Se atribuye nada menos que a (Don) Vicente del Bosque la frase “el éxito sin honor es el mayor de los fracasos”. Se permuta el término éxito por el de victoria y cuela perfecteme­nte. La Real Balompédic­a derrotó a un Vélez CF en descomposi­ción desde diciembre y se coloca a cinco puntos de la cuarta y quinta plazas y ya con unos tranquiliz­adores seis de renta sobre el descenso. Un 3-1 llega, generalmen­te, acompañado de grandes loas. Y el hat-trick de un delantero (Aridane Santana) que podría pasar por el más discutido de la historia si no fuese porque el recuerdo de Gerard Oliva está demasiado reciente llenaría horas de radio y espacios en las webs de la zona. Pero, de verdad, no salen los elogios.

Y no salen porque la realidad es que la Balona venció por aplastamie­nto a un rival cuajado de chavales que comenzaron la temporada en Segunda y Tercera Andaluza, que entrena cuando entrena y como buenamente puede, al que el último cuarto de hora le costaba, literalmen­te, mantenerse en pie. Un Vélez que demostró toda la vergüenza torera que le ha faltado a esta Balona durante gran parte de este curso. No cabe orgullo alguno a los linenses por esta victoria. Hay triunfos que dejan peor sabor de boca que una derrota. Segurament­e porque entre las infinitas enseñanzas que dejó (Don) Gabriel Navarro Baby en su largo caminar por esa centenaria entidad es que a veces, muchísimas veces, este bendito deporte es bastante más que un resultado.

Dijo Fernández Rivadulla (que después de un mes al fin celebró un triunfo) en su desembarco que quería una Balona “alegre, de la que su afición se sienta orgullosa”. Pues después del primer tiempo se escucharon improperio­s de todo tipo. Orgulloso, lo que se dice orgulloso, no se veía al público. Al final tampoco demasiado, pero por lo menos estaba menos enfadado. Ante un rival desgarrado por su situación que daba una sensación de dignidad que producía envidia (nada sana) la Balompédic­a era incapaz no

2-1

ya de marcar, sino de crear peligro. Tanto es así que el primer sobresalto fue un mal despeje de Diego Jiménez que tuvo que sacar Facu Ackerman de cualquier manera. Por entonces empezaron a escucharse los murmullos.

La Balona no tenía ni fútbol ni actitud ni nada. Estrellaba su manejo cansino del esférico en un multitudin­ario repliegue de los de la Axarquía, una fórmula como otra cualquiera, cargada de amor propio, para poder siquiera competir.

Hasta el 41’ no lo intentó el equipo de casa, que ya por entonces había escuchado música de viento. Lanzó Javi Pérez y Jesús Moreno se vino arriba con una certera parada.

Y en estas llegó el 45. Esta vez no fue un córner, pero si un balón parado. Un saque de banda en concreto. Jankulovsk­i la puso dentro del área, Nani (que lleva una rachita...) despejó entre mal y peor y el esférico se fue justo donde estaba Dani Cosano. Sin nadie que le flotase, que le entorpecie­se siquiera un poquito. No se sabe muy bien qué leches está trabajando el equipo de La Línea en este tipo de jugadas. Porque es una semana, y otra y otra. El chavalín -uno de los que comenzó la temporada en el B- empaló como si no hubiese un mañana y puso por delante a los malagueños, justo antes del intermedio.

Da igual lo que vino después. El ridículo ya era mayúsculo. Si ese primer tiempo lo hace la Balona con Mere en el banquillo el portuense igual no empieza ni la segunda parte en el cargo.

Tras el intermedio Fernández Rivadulla buscó en los cambios las soluciones. Dio entrada a Pitu y Antonio Romero (que jugó sus mejores 45 minutos en muchísimo tiempo) por Adri Peral y Nando Copete, que se habían cubierto de gloria (como tantos otros) en los primeros cuarenta y cinco minutos. De algo sirvió

 ?? FOTOS: ERASMO FENOY ?? Diego Jiménez felicita a Aridane Santana después de uno de los goles del canario.
FOTOS: ERASMO FENOY Diego Jiménez felicita a Aridane Santana después de uno de los goles del canario.
 ?? ??
 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain