Seat Ateca 2.0 TDI 150
Seat se suma a la moda SUV con el Ateca, un modelo creado sobre la plataforma MQB que gusta, pero no sorprende.
Lugar de la prueba: Barcelona GPS: 41.277508, 1.652692
IIR A PROBAR el Ateca es como acudir a ver la película Titanic: sabes de sobra cómo va a acabar antes siquiera de entrar al cine. La diferencia, la gran diferencia, es que aquí el barco no se va a hundir. Ni mucho menos. Más que nada porque el Ateca, además de entrar de lleno en el segmento que más está creciendo en ventas –el de los SUV–, tiene motivos más que suficientes para convertirse en una seria alternativa al Nissan Qashqai, Hyundai Tucson, Kia Sportage y compañía.
Sin embargo, aún no me he subido al coche y tengo la sensación de que casi podría escribir esta prueba. Porque debajo de la carrocería de cinco puertas y 4,36 m de largo, subyace el chasis de un Seat León convenientemente adaptado a las nuevas circunstancias. También emplea parte de sus motores. Y no sólo eso. Basta con abrir la puerta y ponerte a sus mandos para descubrir que, salvo por el botón eléctrico del freno de mano y el mando giratorio para elegir los modos de funcionamiento del coche –Eco, Normal, Sport e Individual–, tampoco hay diferencias frente al León. Voy sentado un poco más alto, algo que hace que mis piernas cuelguen un poco más que en su hermano. Pero nada más. Sí destaca por espacio en las plazas traseras y en maletero, que con 510 litros –485 l en el caso de las versiones con tracción total– ofrece una buena capacidad de carga.
Me pongo en marcha y, de nuevo, no hay sorpresas. El motor diésel 2.0 TDI de 150 CV sigue respondiendo con la fuerza de