BMW X4 M40i
Mezclar con acierto conceptos tan dispares como ‘todo camino’ y ‘deportivo’ es casi imposible. Bueno, quizá cogiendo algunas piezas del M3...
Lugar de la prueba: Puerto de Galapagar –Madrid–
AAUNQUE NO SOY MUY fan de este tipo de todo camino deportivos, creo que me acabaría acostumbrando al X4 M40i. Es uno de los que más me ha convencido entre sus rivales, que no son muchos, por cierto. El Porsche Macan GTS es el mejor, pero cuesta 12.300 euros más. Jaguar ofrece otra propuesta con el precioso F-Pace 3.0 V6 S/C, sin embargo, no resulta tan brioso como este BMW. Y Audi dispone del SQ5 Plus, un rápido todo camino cuyas pretensiones racing se ven algo limitadas por el hecho de que su motor sea diésel. Francamente, si se trata de colmar las aspiraciones deportivas de quien compre un coche de este tipo, el X4 M40i, por 73.500e, es uno de los modelos más capacitados.
La fórmula para conseguir estar entre los mejores es aparentemente sencilla: utilizar componentes mecánicos del brillante motor de los BMW M3 y M4 en la gestación de un ‘súper GPS: 40°33’09.6”N 3°57’29.8”W X4’. Porque, una vez más, una marca, y de nuevo alemana, ha transformado en deportivo un modelo que no ha sido diseñado para tal fin. Y, tratándose de un planteamiento tan complicado, es una buena forma de acometerlo –ver técnica–.
Viendo el resultado obtenido en el todo camino X4 M40i, parece un trabajo bien hecho. No es un M ‘de verdad’, sino que sigue la línea de otros modelos de la marca, como el M140i, que es un M ‘sólo en parte’. Sin embargo, estéticamente es todo lo ‘gordo’ que se podría esperar: paragolpes específicos más agresivos, faldones laterales, ensanche en las aletas, doble escape, llantas de 19” y este color específico azul Long Beach en combinación con detalles grises en las defensas y en los retrovisores. Dentro, hay unos asientos deportivos y los correspondientes volante y pomo del cambio con la inscripción M. No están los botones para la regulación independiente de la suspensión, la dirección y la respuesta del motor; en su lugar, dispone del selector de mandos de modos de conducción – Eco Pro, Comfort, Sport y Sport+–, una prueba inequívoca de que este coche no se encuadra dentro de la gama M, sino que es más bien una versión potente y deportiva del X4.
Sin embargo, al arrancar el motor, el sonido evidencia que no se trata de un X4 estándar. Emplea una mecánica 3.0 de seis cilindros sobrealimentada mediante un turbocompresor twinscroll. Parte de la base del propulsor del X4 35i, pero desarrolla 360 CV y 465 Nm, es decir, 54 CV y 65 Nm más. Con esta ganancia, puede acelerar de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos, una cifra sobresaliente para un automóvil de esta categoría.
En los primeros kilómetros, no se siente nada especial respecto a un X4 normal. El cambio automático de convertidor de par y ocho velocidades calca el sutil funcionamiento del equipado por cualquier otro X4. Tampoco resulta más ruidoso o incómodo que un X4 35i –y eso que dispone de una suspensión más deportiva–. Sin embargo, hay unos cuantos cambios en el chasis, así que es necesario abordar una ruta más exigente y sinuosa.
Aquí es donde comienzan a vislumbrarse las mejoras aplicadas en el M40i. Con el modo Sport+ activado, se endurece la amortiguación y la dirección, además de abrir unas válvulas que tiene el escape para que suene –y petardee– con más bravura. La suspensión electrónica tiene un reglaje específico y cuenta con muelles helicoidales más firmes. A decir verdad, la diferencia de dureza no es notoria, sin embargo, las más gruesas barras estabilizadoras y la mayor caída negativa que presentan las ruedas delanteras –el ángulo que exhiben respecto a su eje vertical, levemente más abiertas que de costumbre– aportan un agarre en curva notablemente mayor. En