‘ En cuanto pisas la calle, te invade la maravillosa sensación de estar conduciendo un coche ilegal’
bello y resulta un extraordinario ‘centro de gravedad’, en términos estéticos, para el cockpit. Lo cierto es que es bastante duro y adherente al tacto, como si estuviera moldeado en Blu-Tack. Conducir con guantes de piloto nunca es agradable, pero se trata de un volante claramente diseñado para usarlos, con una superficie pegajosa que transmite una sensación extraña cuando lo agarras con tus propias manos. Afortunadamente, la anchura de las asas y la curvatura de los surcos en los que asientan los dedos tienen las dimensiones correctas, de manera que la ergonomía del volante parece sensacional a pesar de su diseño extraterrestre.
En el volante hay once botones y dos selectores giratorios, cada uno con tres posiciones, pero de momento sólo voy a utilizar el botón de arranque. Lo pulsas dos veces para encender la electrónica del coche. Y después, pisas el freno y lo pulsas una tercera vez para arrancar. El propulsor se despierta de forma instantánea gracias al motor eléctrico del P1, que hace las veces de arrancador y consigue poner al 3.8 a girar inmediatamente, comenzando a derramar un intenso y grave bramido por los escapes, fabricados en inconel y titanio. Sí, existe un e-mode 100% eléctrico, pero hay demasiado poco tiempo como para entretenernos usándolo y mil razones para ignorarlo. Lo siguiente que hago es pulsar el botón Active para encender los dos mandos giratorios. El izquierdo afecta al comportamiento del ESP, mientras que el derecho controla la suspensión. Hoy dejaremos ambos en el modo más permisivo. ¿Desconectar el control de estabilidad? Creo que eso puede esperar a otro día; uno con más tiempo y un circuito… ¿no te parece?
Las pequeñas y gruesas levas de cambio están montadas en un balancín tras el volante, como ocurre en los McLaren de calle. Puede que el recorrido sea un poco más largo de lo esperado, pero el tacto es maravillosamente mecánico. Aunque la dirección gira muy poco, consigo salir del garaje e incorporarme a una mini-glorieta