GT90
NUNCA FUE UNA REALIDAD. Ford presentó el GT90 en el Salón de Detroit de 1995 como “el coche más poderoso del mundo”, pero sólo existió esa unidad, cancelando posteriormente cualquier plan de fabricación. Compartía algunos elementos con el Jaguar XJ220 –suspensión, transmisión...– y los paneles de su aristada carrocería estaban fabricados en fibra de carbono. Bajo el capó trasero se ubicaba un motor 6.0 V12 con cuatro turbos Garrett que desarrollaba 720 CV y con el que era capaz de alcanzar 407 km/h.
El GT90 no llegó a pasar la fase de prototipo y nunca fue considerado una reinterpretación del GT40 –tampoco el GT70 de rallyes de 1970–, ya que sus parecidos estéticos y mecánicos eran escasos. Sin embargo, sirvió a Ford para presentar su nuevo lenguaje de diseño ‘multi-anguloso’.