ASÍ HACE TOYOTA LA ‘MAGIA’
La clave es el empleo de un engranaje ‘epicicloidal’, con tres ejes de entrada que funciona como una bifurcación para el movimiento. De esta forma, el giro del motor térmico se reparte entre el generador y el propulsor eléctrico, que está engranado de forma permanente a las ruedas. Eso permite ajustar el régimen del propulsor térmico modificando la velocidad de giro del pequeño generador. Aunque Toyota denomina a esta transmisión CVT o Continuous Variable Transmisión, no tiene nada que ver con el sistema de poleas de diámetro variable que emplean los ciclomotores y algunos cambios de marcha como el Multitronic de Audi.