Bentley Continental GT prototipo
El nuevo Conti GT va a ser un animal muy distinto a su predecesor, con el que no comparte ni un tornillo. Sus creadores, que aseguran haberle dado mucha más importancia al tacto deportivo, nos han dejado echarle un vistazo a lo que están cocinando.
LOS CONTORNOS SON ciertamente familiares. Como también lo es el burbujeo aristocrático de su enorme W12 girando al ralentí. Pero el tacto de conducción es absolutamente inesperado para tratarse de un producto firmado por los chicos de Crewe. Tras 14 años en el mercado, el Bentley Continental GT había ido madurando hasta convertirse en un producto enormemente refinado… al menos, si lo comparamos con aquellos primeros mostrencos de 2003. Pero la cruda realidad es que la plataforma de un Volkswagen Phaeton puede exprimirse sólo hasta cierto punto, definido por los límites de la física. De manera que, por fin, Bentley le ha metido mano de verdad al Continental GT, y ha fabricado un coche nuevo. Uno completamente nuevo.
Bentley es propiedad del Grupo Volkswagen, de forma que no nos debe extrañar que bajo la chapa y el camuflaje de lo que hemos conducido se encuentre una variante de uno de sus kits modulares de plataforma. En concreto, se trata de la MSB… tres siglas alemanas que pueden resumirse en un nombre: Panamera.
Sin embargo, los señores de Bentley no se han limitado a cortar con una radial un par de largueros. Aseguran que el Porsche Panamera y el Continental GT han sido desarrollados conjuntamente, y que la interacción entre ambos proyectos ha ido mucho más allá de asegurarse de que se podría construir una versión coupé a partir del chasis de la berlina de Porsche, reduciendo la batalla en nada menos que 20 centímetros.
Como resultado, este Continental GT se beneficia de algunas innovaciones del Panamera, como su caja de doble embrague PDK, su tracción total con eje delantero conectable mediante un embrague
multidisco, y gran parte de su sistema de infoentretenimiento de última generación. Según Bentley, el chasis también incorpora ciertos refuerzos que han resultado imprescindibles para obtener el grado de silencio y aplomo que demandan los clientes de la marca británica.
Como te puedes suponer, la nueva plataforma es mucho más sólida, rígida y ligera que la de su anciano predecesor. En cuanto a las dimensiones exteriores no ha habido grandes cambios, pero tiene aspecto de coupé más proporcionado. Se ha reducido el voladizo delantero, se ha instalado el motor bastante más retrasado, y la línea de cintura ahora es mucho más alta. La impresión que transmite, incluso en el caso de estos prototipos severamente maquillados para disimular el diseño final del coche, es la de ser un vehículo más dinámico, ligero y deportivo.
La distribución de peso también ha mejorado, pasando del 58:42 que ofrecía el ‘viejo’ Conti GT a un más razonable 52:48. Además, el coche es unos de 100 kilos más ligero. Vale, eso significa que sigue pasando de las dos toneladas… pero es que el pellejo de no sé cuántas vacas y la madera de nogal pesan lo suyo.
El motor W12 va a seguir siendo la piedra angular de la gama. En esencia, se trata de una actualización del propulsor que mueve al Bentayga. Aún no hay cifras oficiales, pero podemos esperar que entregue unos 675 CV y 900 Nm de par. Como comentábamos, ahora está conectado a la caja PDK de Porsche y, en condiciones normales, manda todo el par a las ruedas traseras, mientras que las delanteras comienzan a recibir fuerza a medida que la van necesitando. Desde el punto
‘Aún no hay cifras oficiales, pero podemos esperar que entregue unos 675 CV y 900 Nm de par’