Volkswagen Golf GTI
La configuración de este Golf GTI roza la perfección: cambio manual, carrocería cinco puertas – más práctica–, asientos de tela – con el mítico tartán– y un color discreto. Sólo hemos encontrado un par de cosas mejorables...
EL VW GOLF GTI es el paradigma de compacto deportivo equilibrado. Sirve para todo. Con esta carrocería de cinco puertas es un coche muy práctico, con un maletero más que suficiente para una familia. Y, además, si lo que quieres es darte una vuelta por tu carretera de curvas favorita, el motor 2.0 TSI de 230 CV ofrece prestaciones más que de sobra para que saques todo el partido al excelente chasis.
Es un modelo fácil de conducir rápido y del que se puede extraer todo su potencial sin una especial habilidad por parte del conductor. Es eficaz, todo lo hace bien y, si como esta unidad, está pintado en un discreto color gris, pasa desapercibido como para dejarlo aparcado en cualquier lugar sin que llame la atención de gente indeseable.
Sin embargo, puestos a recomendar un VW Golf GTI, es conveniente que tengas en cuenta un par de detalles para que lo que dejes ‘redondo’. Este modelo puede tener un problema para algunos usuarios, y es que es tan eficaz... que puede llegar a resultar aburrido pasado algún tiempo. Por eso, a esta unidad le haríamos dos cosas.
Lo primero sería elegir la variante Performance: esto supone un aumento de potencia hasta los 245 CV, unos frenos de mejor rendimiento y un diferencial autoblocante para trasladar mejor la fuerza al suelo. Y, además, nos ‘ahorraríamos’ las llantas de 19’’ – un extra que cuesta 1.250 euros– y dejaríamos las de serie, de 18’’. Con esto ganarás en tacto de dirección y en eficacia, ya que la suspensión trabajará mejor en carreteras bacheadas. Además, con el dinero que te ahorras, puedes invertir en la suspensión adaptativa DCC –1.035 euros–, probablemente una de las mejores de su clase.