Hyundai i30 N
La ambición deportiva de Hyundai es cada vez más manifiesta, y ya lucha por ganar su primer Mundial de Rallyes. Ahora, también será una más en el mercado de los hothatches .
Q UIÉN LE IBA A DECIR, HACE 30 AÑOS, al VW Golf GTI que llegaría un día en el que su casi nula competencia acabaría siendo tan grande y dispar que contaría con rivales procedentes de lugares tan impredecibles como Corea del Sur. El Golf GTI sigue siendo una referencia entre los hot hatches, pero hoy en día ya existen alternativas muy competentes, y otras que se van incorporando, como el Hyundai i30 N.
La ‘N’, por cierto, hace referencia a las instalaciones de Namyang – Corea–, donde Hyundai tiene su centro de I+D, que es el lugar en el que se ha germinado el i30 N. Aunque el coche se fabricará en la planta de Nosovice, en la República Checa, únicamente con carrocería de cinco puertas.
Su aspecto está muy logrado, con paragolpes más aristados, aletas levemente ensanchadas, una parrilla específica, un alerón y muchos detalles rematados en color negro, que contrastan genial con el tono ‘Azul Performance’ exclusivo de esta versión, inspirado en la decoración de Hyundai en el Mundial de Rallyes –también existen otros cinco colores disponibles–. Dentro, hay unos asientos y un volante deportivos, un palanca del cambio de recorridos cortos y datos telemétricos en la pantalla central –fuerzas G, entrega de potencia y par, etc.–.
En cuanto a su motor, emplea un propulsor 2.0 turbo con 250 CV capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos, pero existirá una versión, denominada Performance, que eleva la potencia hasta los 275 CV – de 0 a 100 km/h en 6,1 seg.– y añade mejores frenos y un diferencial autoblocante. En cualquier caso, el par máximo es de 353 Nm; la tracción, a las ruedas delanteras; y la caja de cambio, manual de seis velocidades.
La dirección, por su parte, está asistida por medio de un motor eléctrico que se ubica en la cremallera –ofrece mejor tacto que si se emplazase en la propia columna–, y el ESP es desconectable, además de contar con un modo deportivo. Por otro lado, hay cinco programas de conducción que afectan a la respuesta del acelerador, el sonido de escape, la dureza de la suspensión y la dirección, la intervención del ESP; y en la versión Performance también al funcionamiento del diferencial.