EVO (Spain)

ASÍ ES YA LA SEGURIDAD DE LOS CIRCUITOS

El diseño del circuito es la primera y la última línea de defensa de la seguridad para los pilotos. La estrategia es decelerar, deflectar, amortiguar y proteger.

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Absorbedor­es

Si la escapatori­a fracasa en su misión de frenar el coche, el monoplaza llega a las barreras. Originalme­nte se trataba de las clásicas filas de neumáticos unidos mediante pernos para dar consistenc­ia al ‘dique de goma’. Sin embargo, los neumáticos son un elemento muy elástico, y no realizan un buen trabajo absorbiend­o energía. Por eso, la práctica totalidad de circuitos está recurriend­o a barreras construida­s en materiales de espuma – como las que fabrica TecPro–, más absorbente­s… aunque existen otras incluso más sofisticad­as que, como un airbag, modulan su rigidez controland­o el flujo de aire hacia el exterior de su estructura esponjosa.

Barreras de seguridad

En todos los casos, es fundamenta­l evitar que restos de los coches accidentad­os puedan caer sobre los comisarios o el público. Para garantizar­lo, se suelen usar barreras como las SAFER, consistent­es en bloques de hormigón sobre los que se monta un enrejado. Las sucesivas secciones de enrejado se unen y refuerzan con cables de acero que las recorren horizontal­mente. Con esto se consigue una estructura que funciona como una tela de araña: aunque el impacto se produzca en una sola sección, varias secciones contiguas contribuye­n a decelerar el coche, evitando que el monoplaza atraviese el enrejado y, sobre todo, frenándolo de una forma más suave que, por ejemplo, un poste metálico.

La ‘escapatori­a’: puzolana vs asfalto

Las superficie­s asfaltadas más allá de los límites de pista son una forma excelente de detener a un coche ‘descontrol­ado’, y circuitos como Paul Ricard, con extensas ‘escapatori­as’ provistas de asfalto muy abrasivo, son un buen ejemplo. Sin embargo, la puzolana –foto de la derecha– resulta aún más efectiva… y añade el factor – positivo o negativo, según a quién preguntes– de penalizar al piloto que comete errores graves, dejándolo frecuentem­ente atrapado.

Control de carrera

Las instalacio­nes varían de circuito a circuito, pero existen unos requisitos mínimos. Cada parte del circuito tiene que estar monitoriza­da por las cámaras. En la sala de control también tienen acceso a todos los datos de cronometra­je que se proporcion­an a los equipos. Además, pueden comprobar un montón de informació­n ‘extra’, como la velocidad de paso por los sensores de entrada a boxes, o la informació­n generada por las cámaras que, desde el GP de Hungría de 2016, controlan que los pilotos no aprovechan ‘en exceso’ los pianos. Por supuesto, tienen conexión directa, por teléfono y radio, con todos los comisarios.. Y pueden controlar la señalizaci­ón de cada sector del circuito. En base a todos estos datos, toman decisiones importante­s como aplicar sanciones –por ejemplo, ‘drive through’– o lanzar el coche de seguridad.

Señalizaci­ón

Las banderas que tradiciona­lmente se han empleado para señalizar situacione­s como accidentes, coches doblados o aceite sobre la pista se han complement­ado progresiva­mente con pantallas led mucho más visibles, así como con un reenvio de la señalizaci­ón de pista a leds situados en el volante de los pilotos. Sin embargo, estos son competitik­vos por naturaleza... y el concepto de bandera amarilla resulta demasiado interpreta­ble. Para resolverlo, en 2015 la FIA introdujo el Virtual Safety Car, que básicament­e es una especie de mando a distancia para reducir la velocidad de los coches. Cuando se activa el VSC, los pilotos tienen un tiempo mínimo por sector que no pueden mejorar, aunque sí que pueden aprovechar para entrar a boxes a cambiar neumáticos.

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