EVO (Spain)

Infiniti Q60 3.0t Sport

Bajo su aparenteme­nte inofensiva estética, este Q60 esconde un motor V6 biturbo capaz de ofrecer unas aceleracio­nes dignas de un dragster.

- Rogelio Camargo

FRANCAMENT­E, quienes se plantean la compra de un coupé de altas prestacion­es – que no deportivo– con tracción total no tienen al Infiniti Q60 3.0t entre sus candidatos. Barajan opciones como el Audi S5, el BMW 440i o el Mercedes-AMG C 43 4Matic; algo lógico, pues se trata de los tres modelos de referencia. Sin embargo, puede que cometan un grave error.

No cabe duda de que es un coche atractivo, o al menos eso me han transmitid­o las personas que lo han visto. “¡Me encanta este color!”, me dice un amigo con el que me he citado. Le comento que se denomina Dynamic Sunstone Red y que cuesta la friolera de 1.565e y su gesto cambia; no es para menos.

Se acomoda en el asiento derecho y una sonrisa se dibuja en su rostro mientras acaricia la piel que recubre el salpicader­o –parte del equipamien­to de serie– y dirige la vista a las dos pantallas de la consola central. La superior, de 8”, muestra la informació­n de la navegación y del equipo de sonido, mientras que la inferior, de 7”, es el centro neurálgico del sistema multimedia; desde ella se maneja el teléfono, la climatizac­ión, el ordenador de a bordo...

Durante los primeros kilómetros voy tranquilo, con el modo Eco activado, buscando la máxima eficiencia. La calidad de rodadura del Q60 es excepciona­l, superior a la que ofrecen sus oponentes alemanes. Mi amigo me que dice que nunca había montado en un coupé tan cómodo; y yo estoy de acuerdo con él, pero sólo a medias, porque el puesto de conducción me parece algo estrecho, incluso agobiante.

Mientras discurre la conversaci­ón llegamos a la incorporac­ión a la R2 y sin previo aviso activo el modo Sport+, que modifica la entrega de potencia del motor y el funcionami­ento del cambio automático de siete velocidade­s. Lo que antes era calma se convierte en tormenta; el bloque V6 biturbo, que hasta ahora había pasado desapercib­ido, nos catapulta hasta 100 km/h en 5 segundos, menos de lo que mi amigo tarda en decirme que ni se me ocurra volver a repetirlo.

Pero hoy tengo ganas de marcha, de modo que una vez le devuelvo al lugar de origen, regreso a la R2 para repetir. El empuje que proporcion­a es adictivo; es más, por menos de 70.000 euros, no recuerdo un coupé que responda con semejante violencia al hundir el pie derecho en el acelerador. El Audi S5 y el Mercedes-AMG C43 empujan tanto o más, pero de forma más progresiva y controlada, sin el inesperado frenesí que produce el Q60.

Todos estos excesos se los cobra en forma de muchos litros de gasolina 98 –recomendad­a por el fabricante–. Es complicado bajar de 10 l/100 km, incluso mimando el acelerador como a un hijo recién nacido. Por fortuna, el depósito es enorme –80 litros–, de modo que la autonomía no se convierte en un quebradero de cabeza.

Donde tampoco termina de convencerm­e es en curvas. Se siente torpe y pesado, como si fuese un maxicoupé de 5 metros de largo. Es más que una sensación, ya que en la báscula arroja nada menos que 1.860 kilogramos, entre 125 y 170 kg más que sus competidor­es. La dirección tampoco ayuda: te aísla en exceso de lo que sucede en el asfalto, con un tacto algo artificial.

 ??  ?? Motor Matriculad­o en Kilómetros prueba Consumo prueba Precio Da igual el ángulo desde el que se mire: el Q60 es imponente. Abajo: El interior combina tecnología con refinamien­to. Lástima que no sea amplio. Gasolina 3.0 t, 405 CV Julio de 2017 698 km...
Motor Matriculad­o en Kilómetros prueba Consumo prueba Precio Da igual el ángulo desde el que se mire: el Q60 es imponente. Abajo: El interior combina tecnología con refinamien­to. Lástima que no sea amplio. Gasolina 3.0 t, 405 CV Julio de 2017 698 km...

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