MITJA BORKERT
Ha diseñado algunos de los coches más espectaculares de la historia del automóvil, primero en Porsche y, desde 2016, en la italiana Lamborghini.
Después de asumir puestos de responsabilidad en el departamento de diseño de Porsche, en 2016 Mitja fichó por Lamborghini para comandar retos tan importantes como el de trazar cómo serán los primeros modelos híbridos de la mítica firma italiana
cuanDo aÚn no era MÁS Que un
niÑo, Mitja Borkert ya soñaba con atravesar algún día el Telón de Acero para poder trabajar en Porsche. Nacido en la Alemania comunista, en la que era prácticamente imposible vislumbrar un vehículo de corte moderno y occidental –por las calles de la República Democrática Alemana sólo circulaba el clásico Trabant y modelos similares–, lo único que el pequeño Borkert podía hacer para contemplar los coches que fantaseaba con poder conducir de mayor, era coleccionar imágenes de revistas.
Pero la caída del Muro de Berlín, el consiguiente hundimiento del bloque comunista y la unificación de las dos Repúblicas alemanas, le abrió un mundo de posibilidades prácticamente inimaginables hasta entonces. En ese momento, Borkert se encontraba en plena adolescencia – contaba 15 años cuando cayó el Muro–, lo que le permitió cursar sus estudios universitarios en uno de los centros más prestigiosos de la antigua zona occidental. Borkert aprovechó la oportunidad y logró licenciarse en Diseño de Transporte por la Universidad de Ciencias Aplicadas de Pforzheim.
Muy pronto, en 1999 y con apenas 25 años, su esfuerzo tuvo premio e ingresó en Porsche. Así, comenzó a trabajar en el Departamento de Diseño que la compañía alemana tiene en el Centro de Desarrollo de Weissach, uno de los más modernos del mundo y la cuna de todos los modelos del fabricante. Allí ocupó diversos cargos, incluido el de director general de Diseño Avanzado y, desde 2014, el de director de Diseño Exterior.
Durante esa época, Borkert participó en la creación de vehículos como el Porsche Macan, el Cayenne o el 987 Boxster, muy influenciados por su trabajo, así como en concepts como el Panamera Sport Turismo o el Mission E.
Esa brillante etapa de su carrera profesional le sirvió, no sólo para cumplir su deseo de infancia, sino también para adquirir experiencia y aumentar conocimientos. Además, podía participar directamente –y con poder en la toma de decisiones– sobre el diseño de algunos de los coches más espectaculares que se hayan visto sobre las carreteras.
Pero, en abril del año 2016, recibió una oferta prácticamente irrechazable: dirigir el Centro de Estilo Lamborghini. La casa del Toro –su fundador, Ferruccio Lamborghini, era un enamorado de la tauromaquia, de ahí algunos nombres de sus modelos como Miura, Espada, Urraco– anunciaba oficialmente en el Salón de Ginebra de ese año su nombramiento como director de diseño, sucediendo a Filippo Perini.
El paso de Porsche a Lamborghini supuso un auténtico desafío profesional para Borkert, teniendo en cuenta las grandes dife-
rencias en los enfoques de diseño de ambas compañías. Había mucha curiosidad por ver cómo un diseñador de Porsche desde hacía muchos años aplicaba sus habilidades sobre los modelos de la marca italiana.
Aunque el alemán no se sintió intimidado en ningún momento: “durante mi etapa en Porsche trabajé en muchos modelos en Turín, así que tengo experiencia en el mercado y la cultura italianos. Para mí, es interesante adaptarse”. Incluso contaba con alguna ventaja: “siempre he sido un gran admirador del legado de Lamborghini y seguía muy de cerca lo que hacían Walter de Silva, Luc Donckerwolke y Filippo”.
Así, instalado en la factoría de Sant’Agata Bolognese, ahora es el máximo responsable de dar forma a los futuros vehículos de la mítica marca italiana de superdeportivos. “Lamborghini es el automóvil de mis sueños”, afirma entusiasmado cada vez que tiene oportunidad. “Todos los miembros del equipo somos conscientes de que estamos trabajando en un lugar especial”.
Y es que, Borkert está encantado de su nueva aventura en Italia: “es una vida genial para una persona creativa, con su amable gente, la cultura… es diferente a trabajar en una gran empresa como Porsche, donde todo lo que dices o haces llama mucho la atención y tiene gran repercusión”. El alemán está convencido de que, pese a que Lamborghini se caracteriza por la enorme potencia de sus coches, “nuestro legado es el diseño. Nuestros automóviles tienen un lenguaje de diseño completamente único. No hay más que visitar el Museo Lamborghini para comprobarlo”, explica con gran orgullo.
Borkert considera que un superdeportivo rápido tiene que ser aerodinámico, tener una forma funcional. Por eso, cree que es fundamental el trabajo conjunto entre diseñadores e ingenieros. De esa colaboración surgió el sistema ALA –acrónimo de Aerodinamica Lamborghini Attiva o Lamborghini Active Aerodynamics–, que gestiona la aerodinámica activa, adaptándose al estilo de conducción del piloto y a las condiciones de la carretera: así, puede aumentar la carga vertical para ayudar a la estabilidad en el paso de curvas o reducir la resistencia aerodinámica para ayudar a la aceleración y alcanzar la velocidad máxima.
“UNA DE SUS MISIONES SERÁ LA DE DECIDIR CÓMO ENCARAR TODO LO QUE RESPECTA A LOS COCHES AUTÓNOMOS Y ELÉCTRICOS ”
Su primer trabajo completo para el fabricante italiano fue el Centenario Roadster, presentado en la Monterey Car Week de California, en agosto del año 2016.
Le siguieron el Aventador S, que él mismo describe como “portavoz del purismo de la marca, con líneas refinadas y esenciales”, y el Huracán Performante. Todos ellos encajaban totalmente con la filosofía del fabricante italiano.
Muchos menos ortodoxo es el Urus, el SUV de Lamborghini, en el que también intervino de alguna manera. Aunque cuando llegó encontró el proyecto prácticamente finalizado, aún tuvo tiempo de refinar algunos detalles. Se trata de un sector muy extraño para los fabricantes de automóviles deportivos, pero Borkert se muestra optimista: “parece un verdadero Lamborghini y es el primer superSUV del mundo con unas proporciones que los demás soñarían con tener”.
Aunque su equipo está formado por diseñadores de todo el planeta –Argentina, Portugal, Bulgaria, Croacia, China…–, la mitad de ellos son italianos. Y Borkert tiene claro que, en el futuro, su intención es “permanecer en el lado italiano de las cosas. Quiero tener ese sabor italiano en todo lo que hacemos”. Define la rela- ción entre ellos como de “espíritu de equipo increíble. No he sentido esto en ningún otro sitio”.
Pero su afán perfeccionista le lleva a buscar constantemente nuevos talentos, “aunque no es fácil encontrar al tipo que se ajuste perfectamente a nuestro equipo. No quiero divas. Necesito carácter y talento, ambos tienen la misma importancia”. Y considera que las mujeres deben tener más protagonismo en una marca como Lamborghini: “aunque las propuestas que recibo son principalmente masculinas, no hay absolutamente ningún obstáculo para incorporar diseñadoras femeninas. De hecho, entre el tres y el cinco por ciento de nuestros clientes actuales son mujeres y el Urus podría cambiar eso, porque el segmento de los SUV en general es más atractivo para las clientas que el de los superdeportivos”.
Además, a su llegada también decidió introducir cambios en el modelo de organización. Si, cuando aterrizó, todo el diseño estaba centralizado, en este 2017 Borkert ha decidido crear dos departamentos separados: uno para los exteriores y otro para el diseño interior. “Debemos adaptarnos a medida que la empresa crece”, explica. Y no sólo en ese aspecto: “nuestros diseñadores pueden usar todas las herramien- tas: desde el lápiz hasta el modelado 3D, pasando por el vídeo o la realidad virtual”.
De cara al futuro, una de sus principales misiones será la de decidir cómo encarar todo lo que respecta a los coches autónomos y eléctricos. Estos, en teoría, tiene un difícil encaje con la filosofía de la marca. “Por ahora, sólo estamos centrados en fabricar vehículos que quieren ser conducidos”, afirma Borkert. Pero, en algún momento, se verán obligados a abordar la situación. Y el alemán lo tiene claro, será de una manera única: “mi filosofía es que siempre debemos hacer algo realmente nuevo. Esperar lo inesperado. Esto es lo que nos impulsa”.
Otro de los próximos retos de Borkert consistirá en servirse de la impresión en tres dimensiones para personalizar los vehículos: “la mayoría de nuestros clientes tienden a individualizar sus coches. Estamos diseñando patrones complejos y creo que la impresión 3D será muy importante para nosotros, pues permite una gran libertad de diseño”.
Con respecto a los proyectos en los que actualmente está trabajando no da demasiadas pistas. Eso sí, Borkert avisa: “el año pasado en Lamborghini fue el más creativo de toda mi carrera. Estamos pensando en muchas direcciones diferentes y creando un millón de modelos. Tal vez Lamborghini nunca ha visto tantos. Así que, de momento, habrá que esperar para conocer más detalles”. Entonces sabremos si Borkert es capaz de mantener el creciente ritmo de ventas de la marca: y es que 2016 fue otro año récord para Lamborghini, con 3.457 unidades vendidas en todo el mundo.