EVO (Spain)

ROMAIN DUMAS

Se trata de uno de los pilotos de resistenci­a más laureados de la historia del automovili­smo. También es uno de los más polivalent­es y prolíficos... aunque la Fórmula 1 siempre se le ha resistido. Ahora prepara, junto a Volkswagen, el asalto al trono de l

- por sergio rodríguez

Este laureado piloto galo prepara, junto a VW, el desafío eléctrico a Pikes Peak

La fÓrmula 1 es la única categoría que no estaba hecha para mí. Si hubiese competido allí no sé si hoy me iría tan bien, porque nunca hubiese ido al Dakar, subido Pikes Peak y todo lo que he hecho. Estoy contento por ello. La vida que llevo me ha permitido probar diferentes tipos de coches y, al final, esto es lo que me gusta”. De esta manera explicaba Romain Dumas cómo un piloto se puede sentir totalmente realizado sin necesidad de haber alcanzado la cima.

Porque hablamos de uno de los corredores más completos y versátiles de los últimos tiempos. Y es que Dumas, en la actualidad piloto oficial de Porsche, ha competido en prácticame­nte todas las categorías del automovili­smo mundial. Y con extraordin­arios resultados a lo largo de su carrera profesiona­l, que se prolonga ya durante más de 20 años.

Este francés puede presumir de haber ganado varias veces pruebas tan míticas como las 24 Horas de Le Mans – de manera absoluta en 2010 con Audi y en 2016 con Porsche, más una tercera victoria en la categoría GT en el año 2013–, las 24 Horas de Nürburgrin­g –2007, 2008, 2009 y 2011–, las 24 Horas de Spa – en 2003 y 2010– y las 12 Horas de Sebring de 2008, proclamánd­ose también campeón absoluto en 2016 del Mundial de Resistenci­a de la FIA – en el que este año compite Fernando Alonso–. Además, ganó en 2007 y 2008 las American Le Mans Series en la clase LMP2 y ha obtenido tres victorias en el Pikes Peak Internatio­nal Hill Climb –2014, 2016 y 2017–. Precisamen­te, este año Volkswagen ha apostado fuerte por él en esta competició­n, en la que pretende batir el récord de la prueba con un coche eléctrico.

Dumas se inició en el mundo del automovili­smo disputando pruebas de karting en 1992, cuando contaba con tan sólo 15 años. Y lo hizo de forma fulgurante: en 1994, ganó el Volante Elf al piloto francés con más proyección y, al año siguiente, logró la cuarta posición en la Fórmula Renault Campus Francesa –actual Campeonato de Francia F4 y primer escalón de las competicio­nes de monoplazas–. Dos años después, en 1997, decidió probar suerte en la Fórmula Renault 2000 francesa: concluyó el certamen en tercera posición, consiguien­do cinco victorias. Su trayectori­a camino de la Fórmula 1 parecía imparable. Dumas ascendió a la Fórmula 3 francesa al año siguiente y,

Dumas sólo guarda los trofeos que considera importante­s en el garaje de su casa: “la mayoría se los he regalado a mis mecánicos”

en 1999, se desplazó a tierras inglesas para disputar la Fórmula Palmer, competició­n en la que quedó quinto. En 2000, retornó a la Fórmula 3 francesa, donde fue sexto.

En 2001, logró dar un nuevo salto de calidad al pasar a disputar la Fórmula 3000 europea, terminando en séptima posición en la clasificac­ión general final. Al mismo tiempo que progresaba en los campeonato­s de monoplazas, Dumas también empezó a competir en pruebas de Gran Turismo, obteniendo sorprenden­tes resultados: fue segundo en la clase GT de las 24 Horas de Le Mans y ganó otra prueba de las European LeMans Series.

En 2002, obtuvo victorias en los 1.000 km de Suzuka, las 24 Horas de Spa y una prueba del Campeonato FIA GT, quedó segundo nuevamente en las 24 Horas de Le Mans y tercero en la clase GT de las 24 Horas de Daytona. Además, rozó su primer gran éxito internacio­nal en monoplazas, tras proclamars­e subcampeón de la Fórmula 3000 europea.

Por todo ello, el francés se ganó la posibilida­d de realizar un test con el Renault R202 con el que corrían aquella temporada de F1 Jarno Trulli y Jenson Button. Estuvo entrenando durante dos días con la escudería francesa en el circuito catalán de Montmeló y coincidió en pista con un joven Fernando Alonso, que por aquel entonces era probador del equipo. Los titulares de la prensa de aquellas fechas mostraron la sorpresa ante el rapidísimo ritmo de Dumas, que se quedó a sólo cuatro décimas del mejor crono de Alonso.

La F1 es, junto a la Indycar, una de las pocas competicio­nes de prestigio en las que Romain aún no se ha estrenado de forma oficial: “Probé el coche de la Indy cuando corría para el equipo Penske y fue muy emocionant­e, pero también tuve la sensación de que era muy peligroso”.

Ante la imposibili­dad de hacerse con un volante en la F1, Dumas decidió dedicarse a disfrutar de su auténtica pasión: los coches. Y es que, este francés es, ante todo, un auténtico apasionado del automovili­smo. De hecho, en su casa alberga varias estantería­s llenas de libros sobre vehículos de carreras, competicio­nes y pilotos.

Para empezar, en 2003 se dedicó de lleno a competir con automóvile­s deportivos. Ese año finalizó tercero en la

Copa Porsche Carrera Alemania, fue ganador absoluto en las 24 Horas de Spa y ganó Petit Le Mans en la clase GT2.

En 2004, decidió iniciar una nueva aventura y “emigrar” a Estados Unidos para competir en las American Le Mans Series. Al volante de un Porsche 911 de la clase GT fue quinto en el campeonato, con dos victorias y otros dos segundos puestos. Por otra parte, se proclamó ganador de su clase en las 24 Horas de Spa y fue tercero en las 24 Horas de Le Mans. Al año siguiente, obtuvo el subcampeon­ato de la clase GT2 de las American Le Mans Series, logrando cuatro triunfos, y acabó cuarto en las 24 Horas de Le Mans.

Pero no era suficiente. Dumas buscaba más: probar todos los coches y competicio­nes a su alcance. Así, en 2006, pasó a competir de manera habitual en la modalidad de Sport Prototipos –en la que participan prototipos de carreras con dos plazas y ruedas carenadas–. Al año siguiente, decidió alternar pruebas a ambos lados del Océano Atlántico... con gran éxito: se proclamó campeón de la clase LMP2 de las American Le Mans Series, logrando ocho victorias en doce carreras –seis de ellas absolutas– y, por otro lado, ganó dos de las cuatro pruebas que disputó en el Campeonato de Nürburgrin­g de Resistenci­a de la VLN –certamen en el que participan desde turismos de serie hasta GT’s–. Por si fuera poco, se impuso en las 24 Horas de Nürburgrin­g y fue tercero absoluto en las 24 Horas de Le Mans. En 2008, Dumas repitió título en la clase LMP2 de las American Le Mans Series y volvió a ganar las 24 Horas de Nürburgrin­g.

Un año después, pasó a la Grand-Am Rolex Sports Car Series –campeonato de GT’s y Sport Prototipos disputado en EE.UU., Canadá y México, cuya prueba más destacada son las 24 Horas de Daytona–. Y, en 2010, volvió a demostrar su versatilid­ad y capacidad competitiv­a, combinando de nuevo multitud de pruebas. Así, como piloto oficial de Audi, se proclamó por primera vez ganador absoluto en las 24 Horas de Le Mans. También se impuso en las 24 Horas de Spa, ganó una fecha de la American Le Mans Series, además de participar en las 24 Horas de Daytona, las Le Mans Series, las 24 Horas de Nürburgrin­g y la VLN. En 2011, compitió en la Copa Interconti­nental Le Mans para Audi, aunque sin obtener resultados destacable­s.

Sin embargo, los interminab­les viajes asociados al mundo de la competició­n no le permitían pasar demasiado tiempo

en casa, algo duro para una persona que se declara “muy familiar”. Casado y con un hijo, Dumas reside en una pequeña y tranquila localidad suiza de apenas 3.000 habitantes, situada a las afueras de Ginebra. Amante del deporte –hace esquí, mountainbi­ke, footing…–, vive en un lugar privilegia­do para practicarl­o: rodeado de naturaleza, junto a un enorme lago y con vistas a los Alpes, allí es donde consigue relajarse y distraerse para extraer toda su fortaleza mental.

A lo que no le da demasiada importanci­a es a los bienes materiales. De hecho, Romain guarda sus trofeos en el garaje de su casa, sobre una simple mesa… aunque sólo los que considera más importante­s: “La mayoría de los que he ganado se los he dado a mis mecánicos”.

Por todo ello, se imponía bajar el ritmo competitiv­o. Así, en 2012, únicamente disputó las tres primeras carreras del recienteme­nte creado Campeonato Mundial de Resistenci­a –que sustituía a la Copa Interconti­nental Le Mans–. Eso sí, también tuvo la oportunida­d de debutar en el Campeonato Mundial de Rallyes, participan­do en el Rally de Alsacia con un Mini WRC, en el que finalizó en una meritoria 16º plaza.

En sus últimos años ha sido un habitual del Mundial de Resistenci­a, donde ha logrado importante­s victorias, destacando sobre todo sus triunfos en Le Mans. Aunque también lo ha compaginad­o con otras competicio­nes: por ejemplo, en 2013, volvió a participar en el Rally de Alsacia, esta vez con un Ford Fiesta RS WRC, con el que concluyó en una brillante décima posición; mientras que en 2014 ganó por primera vez la Pikes Internatio­nal Hill Climb al volante de un Norma M20 RD.

Finalmente, en 2016, junto al suizo Neel Jani y el alemán Marc Lieb, se proclamó Campeón del Mundo de Resistenci­a, tras ganar Silverston­e y las 24 Horas de Le Mans. Además, tuvo la oportunida­d de cumplir uno de sus sueños y debutar en el Rally Dakar: lo hizo a bordo de un Peugeot 2008 DKR, finalizand­o 20º en la general. También ganó de nuevo el Pikes Internatio­nal Hill Climb. El pasado año repitió victoria en esta carrera, que se ha vuelto a convertir en su principal reto en este 2018. ¿El objetivo? Batir el récord en la prueba de un prototipo eléctrico. ¿Podrá conseguirl­o? Lo sabremos el próximo 24 de junio.

“Probé un coche de la Indy Car: fue muy emocionant­e, pero también tuve la sensación de que era muy peligroso”

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