EVO (Spain)

CHARLES LECLERC

A sus 20 anos es el chico de moda en la Formula 1 y acaba fichar por Ferrari. Tras encadenar los titulos de las GP3 Series y la Formula 2, este ano se ha convertido en la revalcion de la temporada en el 'Gran Circo'

- SERGIO RODRIGUEZ

El nuevo piloto de Ferrari es una de las grandes promesas de la Fórmula 1

charles leclerc tenía sólo cuatro años cuando comenzó su aprendizaj­e en un kart. Fue en casa del piloto de F1 Jules Bianchi –fallecido en 2015 debido a las terribles secuelas que le produjo el accidente que sufrió durante el GP de F1 de Japón en octubre de 2014–, su amigo del alma desde la más tierna infancia, cuyo padre dirigía una pista de karting. Ambos eran inseparabl­es dentro y fuera de la pista, hasta el punto de que llegaban a fingir estar enfermos para no asistir a clase y poder practicar su verdadera pasión: el automovili­smo.

Ahora, este tipo cordial y extroverti­do es la gran sensación del paddock. Prácticame­nte todo el mundo da por hecho que, más pronto que tarde, se proclamará campeón del mundo de Fórmula 1. Le siguen de cerca tanto las grandes escuderías –Ferrari acaba de anunciar su fichaje para sustituir a Raikkonen en 2019– como las marcas de moda. Y su imagen comienza a cotizarse mucho en el mercado –ya cuenta con varios contratos de patrocinio–. Pese a ello, los que le conocen dicen que Leclerc es mucho más maduro de lo que correspond­e a su edad y que tiene los pies en el suelo. De hecho, una parte esencial de su preparació­n consiste en trabajar con expertos en rendimient­o y psicología deportiva. Además del automovili­smo, sus otras dos grandes vocaciones son el diseño de moda y la arquitectu­ra y sueña con acabar dedicándos­e a ellas cuando abandone las pistas. Admirador del mítico Ayrton Senna, se define como un piloto “cauto y cerebral, pero dispuesto a asumir riesgos si hace falta”.

Desde muy pronto, este monegasco –el cuarto piloto de su país en llegar a la Fórmula 1, el primero desde Olivier Beretta en 1994– destacó por su precocidad: y es que el joven Leclerc empezó a competir en el año 2005, con apenas 8 años… y directamen­te se hizo con el Campeonato PACA de Francia, título que revalidó un año después y en 2008. Además, en la temporada 2009 también se convirtió en el piloto más joven en proclamars­e campeón de la categoría cadete del campeonato francés. Leclerc pedía a gritos nuevos retos en los que pudiera medirse a rivales de más nivel. Un año después llegó a la KF3, donde su trayectori­a fue también fulgurante y continuó batiendo todos los registros, al proclamars­e el subcampeón más joven del campeonato francés en la modalidad junior, así como ganador de la prestigios­a Copa Kart de Mónaco.

Pese a todo, y según confesó hace poco el propio Leclerc, estuvo cerca de tener que abandonar las carreras. Aunque contaba con patrocinad­ores que cubrían todos los gastos necesarios para competir, el monegasco –mejor dicho, su padre Herve, ex piloto de F3 en la década de los 80 y los 90– tenía que pagar todos los viajes y los gastos que estos implicaban. A mediados del año 2010, sus ahorros apenas alcanzaban para concluir esa temporada.

En ese momento los Bianchi acudieron al rescate. Los progenitor­es, ambos pilotos, habían forjado una íntima amistad en las pistas. Por eso, Herve decidió hablar con la familia Bianchi para explicarle­s lo crítico de su situación. Jules se reunió con su mánager Nicolas Todt –hijo del capo de la FIA, Jean Todt– y le

“Le decía a mi padre que estaba muy enfermo y no podía ir a clase. Luego me iba con Bianchi a pilotar toda la tarde”

pidió que siguiera de cerca a Charles. Poco después, Todt accedió a reunirse con Leclerc y decidió que quería que este formase parte de su equipo de jóvenes talentos, el All Road Management.

Una vez solventado­s los problemas económicos, Leclerc continuó corriendo en la clase KF3 durante el curso 2011 y confirmó todos los pronóstico­s sobre su capacidad, alzándose con el Campeonato del Mundo de la categoría –una vez más, siendo el más joven de la historia en lograrlo–.

Al año siguiente ascendió a la categoría KF2 y, de nuevo, sorprendió a propios y extraños: en esa primera temporada se proclamó campeón de las WSK Euro Series, además de terminar segundo tanto en el Campeonato Europeo como en el Mundial Sub18 de la CIK-FIA –la comisión de la Federación Internacio­nal de Automovili­smo encargada de las competicio­nes de karts–. En su último año como piloto de esta modalidad –2013–, Leclerc logró la sexta posición en el Campeonato de Europa KZ y terminó segundo en el Campeonato Mundial KZ de la CIK-FIA, sólo superado por un tal Max Verstappen, otra de las grandes esperanzas de futuro de la Fórmula 1.

Al año siguiente, Leclerc se lanzó a una nueva aventura con la mirada puesta en alcanzar el ‘Gran Circo’. Comenzó a probar suerte en el mundo de los monoplazas. Debutó disputando el ya extinto campeonato de Fórmula Renault 2.0 Alpes, donde consiguió siete podios, incluyendo una doble victoria en Monza, para terminar segundo en el campeonato. Además, el monegasco también ganó el título de Mejor Novato del año. Por si fuera poco, Leclerc tuvo la oportunida­d de participar en algunas pruebas de la Eurocopa de Fórmula Renault 2.0: en las seis carreras que disputó logró pisar tres veces el podio.

En la temporada 2015 se le presentó la ocasión de alistarse en la Fórmula 3, disputando el Campeonato Europeo, una oportunida­d que no podía desaprovec­har. Y una vez más, sus resultados fueron especta-

“Soy un piloto cauto y cerebral, pero dispuesto a asumir riesgos si hace falta”

“Mi padre y Jules siempre me enseñaron

a mantener los pies en el suelo y a no parar de esforzarme”

culares de forma casi inmediata, logrando una victoria y un segundo puesto en las tres primeras pruebas de la temporada, disputadas en el mítico circuito inglés de Silverston­e. Posteriorm­ente, encadenó otros seis podios seguidos, incluyendo otros dos triunfos en dos templos del automovili­smo –Hockenheim y Spa-Francorcha­mps– y uno más en el circuito urbano alemán de Norisring. Sin embargo, la segunda parte del curso no fue tan favorable para el monegasco: no volvió a pisar el cajón en lo que restaba de temporada y, finalmente, concluyó el certamen en cuarta posición.

Para colmo, tuvo que afrontar el fallecimie­nto de su “hermano” Bianchi: “Él siempre fue para mí una referencia vital, el camino a seguir y una especie de hermano mayor”, declaraba hace poco Leclerc en una entrevista para el diario El País. Aunque ese episodio pareció darle aún más fuerza.

En febrero de 2016, Nyck de Vries –patrón del equipo ART– confirmó que Leclerc correría durante esa temporada las GP3 Series con su escudería. Apenas un mes más tarde se conoció que el monegasco sería uno de los dos conductore­s de la Academia de Pilotos Ferrari, así como piloto de desarrollo del equipo Haas, lo que le permitiría participar en las sesiones de entrenos libres de cuatro Grandes Premios de Fórmula 1 a lo largo de esa temporada. Mientras, en F3, se consagró campeón de la GP3 en su año de debut con ocho podios –incluyendo tres victorias–.

Su salto a la máxima competició­n como piloto titular era ya casi inevitable. En 2017 disputó la Fórmula 2, categoría inmediatam­ente anterior a la F1. Ante el asombro de todos, el monegasco – enrolado en el equipo Prema– se impuso en dos de los tres primeros Gran- des Premios del año. En octubre, tras sumar su sexta victoria de la temporada, conquistó el campeonato a falta de tres fechas para su conclusión. No se recuerda un dominio tan grande por parte de un piloto en la antesala de la F1, donde suele reinar una gran igualdad: finalmente concluyó el certamen logrando siete victorias, ocho poles y diez podios. Y todavía le dio tiempo para reemplazar a Marcus Ericsson –precisamen­te, su actual compañero– para disputar con Sauber los libres de los últimos GP’s de la temporada de Fórmula 1.

Irónicamen­te, ese mismo año sufrió uno de los golpes más duros de su vida: su padre falleció justo antes de la carrera de Bakú – que Leclerc ganó–. Sin embargo, reaccionó con una madurez impropia de su edad –no olvidemos que, pese a todo, es poco más que un adolescent­e de apenas 20 años–: “Nunca lo he superado, quizás nunca lo haré. Pero nunca tuve dudas sobre continuar. Todo lo que siempre he querido ha sido correr”, señalaba. Precisamen­te, a Herve van dedicadas todas sus victorias: “Cuando terminaba segundo, mi pa- dre no era el más feliz, así que me centré en las victorias. Sólo me vale ganar para asegurarme de que él aún sonríe. Mi padre y Jules siempre me enseñaron a mantener los pies en el suelo y a no parar de esforzarme. Creo que ellos estarían orgullosos viéndome ahora”, contaba.

Poco después de finalizar la pasada temporada se conoció la alianza entre la italiana Alfa Romeo y el equipo suizo Sauber para disputar conjuntame­nte este curso 2018 de la F1, y Leclerc fue confirmado como piloto titular de la escudería, remplazand­o a Pascal Wehrlein. Como no podía ser de otra forma, su debut en la máxima categoría tampoco está decepciona­ndo a quienes apuestan que este joven se convertirá en una leyenda del automovili­smo. En lo que llevamos de año ya ha logrado puntuar en cinco carreras, superando todas las expectativ­as y consiguien­do hitos como alcanzar la Q3 y finalizar octavo en el GP de Francia o una extraordin­aria sexta plaza en Azerbaiyán – el mejor puesto alcanzado por un Sauber desde 2015–, a sólo 9 segundos del ganador de la carrera y donde mantuvo a raya durante las últimas vueltas al mismísimo Fernando Alonso, que fue incapaz de superarle.

Cuando se llevan ya disputadas 14 pruebas del campeonato dobla en puntos a su compañero, el sueco Marcus Ericsson –mucho más experiment­ado, con casi 100 Grandes Premios a sus espaldas– y, al cierre de estas páginas, ocupa la decimoquin­ta plaza de la clasificac­ión, algo muy meritorio, ya que además de ser novato, hay que tener en cuenta que Sauber es el segundo peor coche de la parrilla, por lo que en teoría hay 18 monoplazas mejores que el suyo.

Así las cosas, Leclerc acaba de ver cumplido su gran sueño desde que empezó a pilotar: Ferrari, equipo al que se encuentra muy vinculado debido a su pertenenci­a a su programa de jóvenes talentos, le ha confirmado como piloto titular para la temporada 2019 –ver despiece–. ¿Estará ya preparado para luchar por el trono mundial? Muy pronto lo sabremos.

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En su temporada de debut en la F1, Leclerc ha logrado muy buenos resultados con el Sauber. Leclerc está disputando la temporada 2018 de Fórmula 1 con el equipo Alfa Romeo Sauber. El piloto monegasco en uno de los habituales desfiles antes de cada Gran Premio
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En 2019, Leclerc cumplirá uno de sus sueños: ser el piloto titular de Ferrari en Fórmula 1.

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