KIA CEED 1.4 T- GDi
La noticia es que el Kia Ceed se ha renovado. Y quizá no tendría mayor transcendencia si no fuese porque tiene muchas virtudes para ser uno de los compactos generalistas más equilibrados del momento.
LAS INNUMERABLES MARCAS negras que decoran el asfalto no dejan lugar a dudas: esto ha sido un tramo de algún rally no hace demasiado tiempo. Se nota hasta dónde han apurado la frenada, cómo han aprovechado al máximo la trazada y, en algunos sitios, casi puedo adivinar cómo de espectacular fue la derrapada a la salida de una curva.
El tramo es muy bonito, con multitud de curvas enlazadas, cambios de ritmo, pequeños rasantes… Vamos, una carretera de las más bonitas que hay para disfrutar conduciendo. Por eso, que Kia la haya elegido para que los periodistas podamos descubrir las bondades de su nuevo Ceed no deja de ser una clarísima declaración de intenciones.
Y sí, la verdad es que el Kia Ceed 1.4 T-GDI que estoy conduciendo por estas carreteras del Algarve portugués se siente muy a gusto. La dirección ha ganado un poco de tacto frente a la generación anterior, uno de los pocos puntos que a muchos no terminaba de convencer.
Si hay algo que me gusta de este coche es la puesta a punto de la suspensión. Es de esos conjuntos que, al principio, parece que van demasiado blandos. Lo sospechas cuando ves que los baches los absorbe con mucha suavidad, o cuando en el primer giro que haces observas que el morro tiende a inclinarse más de la cuenta.
Sin embargo, llevo un buen rato atacando cada curva como si estuviese entrenando para el rally, y el Ceed no hace más que devolverme todos y cada uno de mis reveses con total elegancia. Lejos de descomponerse o retorcer los neumáticos Michelin Pilot Sport 4 hasta el límite de adherencia, el nuevo compacto de Kia cambia de dirección sin titubear, con una agilidad que por momentos te hace sentir que el motor no debe pesar mucho más de 50 kilos.
Eso no es lo único bueno. El eje trasero es nobleza pura, no hay forma de sacarle de sus casillas. La suspensión, esa que antes parecía demasiado blanda, es de las que te hacen darte cuenta de cuánto estabas de equivocado al pensar que, cuanto más dura, mejor. El Ceed controla sin problema los movimientos de la carrocería, no hay un balanceo excesivo y su respuesta es suficientemente rápida como para no pillarla extendida cuando no debe estarlo o excesivamente comprimida cuando aún se necesita un poco más de recorrido de suspensión. Sin duda, el resultado es sobresaliente.
Con lo bien que va, es una pena que todavía no podamos subirnos a una versión más potente, pues hasta final de año no llegarán las variantes más deportivas. De momento, la versión más rápida de este compacto, de 4,31 m –que, por cierto, ya no se venderá con tres puertas– y 1.315 kilos, es este 1.4 T-GDI de 140 CV, que se muestra voluntarioso, con una buena respuesta a bajo y medio régimen y unas correctas prestaciones para que pueda pasar de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos.
Va bien, pero ten en cuenta que esto no es un deportivo, así que no esperes una respuesta rabiosa ni tampoco un sonido más sugerente de lo debido, algo que casaría muy bien con la deportiva
apariencia de la carrocería o con el sobrado chasis que ya te he comentado. Puede ir asociado a un preciso cambio manual de seis marchas o a uno automático de doble embrague y siete relaciones que funciona bastante bien y cuesta 1.700 euros. Cualquiera de los dos es buena opción.
Tenía tantas ganas de contarte lo bien que va el chasis que he dejado para el final el interior, y no creas que es porque no me ha gustado. Más bien al contrario. En Kia siguen huyendo de reducirlo todo a simples pantallas, apostando por clásicos botones que, al final, le hacen la vida mucho más fácil al conductor a la hora de manipularlos en marcha. Además, en la marca coreana suelen emplear unos botones grandes, así que yo me siento especialmente a gusto. También resulta sencillo encontrar la postura ideal al volante, el asiento sujeta lo que debe y su calidad no tiene nada que envidiar a la de cualquier buen modelo generalista. Dentro, lo más destacable es un generoso maletero de 395 litros, y unas plazas traseras amplias para que dos adultos viajen sin problema. Y todo por un precio que, de nuevo, se sitúa incluso un poco por debajo de la media de su segmento.
En curva va muy bien, y gran parte de la culpa es de la suspensión