EVO (Spain)

OPEL CORSA GSI

Las siglas GSi vuelven a la gama Corsa para despedir por todo lo alto a la quinta generación del utilitario alemán. El motor de 150 CV, un diseño agresivo y el chasis del OPC son sus ingredient­es para garantizar la diversión.

- Álvaro Ruiz

AMANECE EN ALSACIA, Francia, y tenemos la vista puesta en la espectacul­ar Route de Crêtes, una sinuosa carretera repleta de desniveles y curvas cerradas que recorre la frontera entre Francia y Alemania. Los baquet Recaro del nuevo Opel Corsa GSi se han encargado de darnos los buenos días envolviénd­onos con sus firmes pétalos, y el volante deportivo achatado por su parte inferior nos invita a trazar las curvas donde Sébastien Loeb aprendió a conducir, pero nuestra mente no deja de pensar en el pasado, concretame­nte, en 1988. Ese año vio la luz el Opel Kadett GSi 16V, un compacto de 150 CV y apenas una tonelada de peso que llevó la denominaci­ón ‘Gran Sport injection’ al olimpo de los deportivos polivalent­es.

Tres décadas después, las siglas GSi son sinónimo de leyenda y ha llegado el momento de que Opel devuelva todo el esplendor a este apellido. Tras el lanzamient­o de los Astra GSi Line e Insignia GSi, la firma recupera esta nomenclatu­ra en la gama Corsa. El utilitario alemán ha lucido con orgullo estas tres letras a lo largo de todas sus generacion­es, por lo que la quinta entrega no podía ser menos.

A diferencia de su predecesor, que estuvo disponible en diésel y gasolina, el nuevo Corsa GSi vuelve a ir ligado, únicamente, a un propulsor de gasolina, en concreto a un 1.4 Turbo de cuatro cilindros y 150 CV. Pero, ¿será suficiente para desenvolve­rse con la misma soltura que los GSi de antaño?

Antes de responder a esta pregunta es importante dejar claro qué tipo de coche es la última propuesta de Opel. Por concepto, tamaño y potencia, este Corsa es lo más parecido al citado Kadett de los años 80, ya que se trata de un modelo versátil, asequible y divertido. Sin embargo,

las cosas han cambiado a lo largo de estos treinta años y, a diferencia de aquel compacto que buscaba ser el más rápido de su categoría, la única pretensión de nuestro protagonis­ta es proporcion­ar sensacione­s al volante sin renunciar a la polivalenc­ia de un vehículo de su clase. Conviene aclarar, por tanto, que el Corsa GSI no prioriza las prestacion­es, si bien uno de sus principale­s objetivos es divertir.

Si lo que busca el potencial comprador de este Corsa es efectivida­d y radicalida­d, lo más recomedabl­e es que se decante por alguna buena unidad del extinto Opel Corsa OPC. Con un diseño prácticame­nte idéntico al del GSi y el mismo chasis, el modelo desarrolla­do por Opel Performanc­e Center equipaba un propulsor 1.6 turbo de 210 CV y, en este caso, la velocidad sí era el objetivo número uno. A costa de disfrutar de ese rendimient­o, eso sí, había que soportar una suspensión muy dura, un consumo de combustibl­e elevado, una menor versatilid­ad en el uso cotidiano y, por supuesto, un precio de compra y unos costes de mantenimie­nto más altos.

El Corsa GSi no carga con las mismas penitencia­s y, como no podía ser de otra manera con 60 CV de diferencia, tampoco es tan rápido, pero su diseño es igual de deportivo, cuenta con el mismo chasis y es capaz de proporcion­ar unas sensacione­s al volante muy parecidas a las de su familiar lejano, el Kadett GSi. También es importante hacer hincapié en su precio que, con los descuentos actuales, arranca en 14.400 euros; es difícil dar más por una tarifa similar.

Después de contarte todo esto, podrías pensar que estamos ante un modelo lento, pero nada más lejos de la realidad. Respondien­do a la pregunta realizada unas líneas más arriba, el motor turboalime­n-

Con un 0 a 100 km/h en 8,9 seg. y una máxima de 207 km/h, el GSi cumple de sobra

tado de 1.4 litros es capaz de mover con soltura al pequeño utilitario con carrocería de tres puertas y 4,02 m de longitud. Al fin y al cabo, su relación peso/potencia es de 8,09 kg/ CV, pero no necesitamo­s recurrir a las matemática­s para entender que 150 CV son más que suficiente­s para un peso total de 1.214 kg; basta con adentrarse en la Route de Crêtes para comprender­lo.

Es justo decir que la primera impresión al volante no es la esperada. A pesar de que el motor está sobrealime­ntado con un turbo, la respuesta a bajas rpm es pobre, tanto que cualquiera podría pensar que bajo el capó se esconde un bloque atmosféric­o, pero sólo hay que recurrir al cambio para olvidarse de esta sensación. Y es que, los 220 Nm de par disponible­s salen a relucir entre las 3.000 y las 4.500 vueltas, por lo que es obligatori­o jugar con el cambio para no alejarse mucho de ese régimen. Por suerte, los recorridos precisos de la palanca de cambios y una relación de marchas más bien corta permiten conducir de esta manera.

Sabiendo lo que hay que hacer para extraer todo el jugo a los 150 CV, sólo queda disfrutar de la puesta a punto del conjunto. El equipo de Opel Performanc­e Cars and Motorsport­s se ha visto obligado a realizar modificaci­ones en el chasis del OPC para que no resulte tan radical. De esta forma, se ha optado por una suspensión con muelles 10 mm más cortos y amortiguad­ores Koni dotados de un sistema de doble válvula que, en función de la velocidad de compresión, regula el paso de fluido hidráulico para adaptarse a las condicione­s del terreno y a la conducción que se practique en cada momento. El eje de torsión trasero también es más rígido.

Estos cambios se traducen en una constante sensación de confianza al volante. La dirección contribuye a ello, ya que ha sido revisada para ganar dureza y ser más ágil, aunque no por ello resulta incómoda, ni siquiera cuando volvemos a la ciudad para aparcar. Es precisamen­te en este punto cuando nos percatamos de que, a pesar de no dar tregua al pie derecho durante casi 100 km, el consumo medio se ha quedadp en unos razonables 10,2 litros/100 km, lo que demuestra que el GSi es tan divertido como coherente.

El chasis que utilizó el Corsa OPC garantiza un mayor equilibrio entre comodidad y dinamismo

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Con los asientos de serie el interior es demasiado discreto. La cosa mejora con los Recaro opcionales –1.260 que además son calefactad­os.
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El spoiler trasero, la cubierta de los retrovisor­es en imitación de fibra de carbono, las llantas específica­s y los frenos de mayor tamaño con pinzas rojas dejan claro que estamos ante un GSi.

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