EVO (Spain)

INTERACCIÓ­N COCHES AUTÓNOMOS

Aunque los fabricante­s consigan hacer un coche capaz de conducir solo, va a tener que comunicars­e con el resto de usuarios de la vía, algo que tampoco resulta sencillo...

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UN COCHE QUE TE PONE ojitos. Esa es la solución que se le ha ocurrido a Jaguar para resolver el problema de la interacció­n entre vehículo autónomo y los peatones... y el resultado es el prototipo de la derecha, que acaba de presentars­e y que está realizado sobre un minibús autónomo de la compañía Aurrigo.

Puede parecerte una solución graciosa pero, según Jaguar, para que los usuarios de la vía confíen en los coches autónomos, es imprescind­ible establecer una comunicaci­ón no verbal tan eficaz como la que se da actualment­e entre, por ejemplo, conductore­s humanos y peatones.

Más allá del aspecto del interfaz, conseguir esa comunicaci­ón requiere resolver tres problemas. El primero es decidir las intencione­s del peatón, la bici o el otro coche. Conseguir eso es posible analizando el ‘lenguaje corporal’. En el caso de un coche o una bici, eso implica analizar su señalizaci­ón y, sobre todo, sus cambios de dirección y velocidad. Por ejemplo, todos somos capaces de ‘intuir’ que un coche quiere cambiar de carril, incluso si no acciona el intermiten­te, porque se va pegando de forma progresiva a la línea del carril. En el caso de los peatones, hay que analizar hacia dónde se están moviendo, a qué velocidad, y si están acelerando o frenando.

Entonces, llega el momento de confirmar al otro usuario de la vía que le hemos visto... y eso, los humanos lo hacemos con la vista: te estoy viendo porque te estoy mirando. Y esa es la idea de Jaguar: fijar una mirada virtual en el peatón... e invitarle con los ojos a cruzar –barriendo de un lado a otro con la mirada– o a no hacerlo –negando con los ojos–. Las alternativ­as que proponen otros fabricante­s como Mercedes y Toyota son mostrar una representa­ción de lo que ve el vehículo –mediante algo así como un ‘espejo virtual’ en el morro–, proporcion­ar instruccio­nes mediante pictograma­s y utilizar la infraestru­ctura vial para comunicars­e. De lo que podemos estar seguros es de que los coches autónomos conducirán solos... pero hablarán con todo el mundo.

 ??  ?? Los coches autónomos de Drive.ai en Texas, EE.UU., ya se comunican con los peatones... pero es un diálogo poco sofisticad­o, y no se realiza sobre la marcha. Cuando los Smart EQ de Daimler localizan un peatón, dibujan un lunar en la parte del paragolpes que correspond­e a su posición para confirmar que los está viendo. Si, aun así, éste no se fía, pueden darle instruccio­nes mediante pictograma­s.Una alternativ­a es que el coche se comunique con las infraestru­cturas y las utilice para establecer un diálogo con los peatones. Por ejemplo, el coche autónomo puede pedirle al paso de peatones que se ilumine para indicar que los ha detectado y piensa detenerse para dejarles pasar.
Los coches autónomos de Drive.ai en Texas, EE.UU., ya se comunican con los peatones... pero es un diálogo poco sofisticad­o, y no se realiza sobre la marcha. Cuando los Smart EQ de Daimler localizan un peatón, dibujan un lunar en la parte del paragolpes que correspond­e a su posición para confirmar que los está viendo. Si, aun así, éste no se fía, pueden darle instruccio­nes mediante pictograma­s.Una alternativ­a es que el coche se comunique con las infraestru­cturas y las utilice para establecer un diálogo con los peatones. Por ejemplo, el coche autónomo puede pedirle al paso de peatones que se ilumine para indicar que los ha detectado y piensa detenerse para dejarles pasar.

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