Detección resistiva o método indirecto
Es el sistema de detección más extendido, sobre todo porque es el más barato, ya que sólo requiere una modificación en el software de la dirección asistida eléctrica. Se trata de una estimación indirecta. Funciona de la siguiente manera: al circular, las irregularidades de la carretera inducen pequeños movimientos parásitos en el volante –gran parte de los cuales componen eso que denominamos ‘tacto de dirección’–. En curva, a esos movimientos se suma el par de autocentrado que se genera debido a la propia geometría de la suspensión. Si el conductor está sujetando el volante, esos movimientos producen pequeñas oscilaciones en la fuerza que detecta el sensor de par de la dirección, y esas oscilaciones se emplean como confirmación de que alguien está sujetando el volante. En curva, esta técnica funciona razonablemente bien. Sin embargo, en recta cuenta con un buen número de inconvenientes que conducen a falsos positivos que, por ejemplo, en modelos de las marcas del grupo Volkswagen son tan frecuentes que pueden hacer que te decantes por desconectar el sistema. Ocurre en los siguientes casos. Por ejemplo, circulando en línea recta por carreteras muy bien asfaltadas, porque no se generan oscilaciones lo bastante grandes. También falla si se sujeta el volante con suavidad y ambas manos en una posición simétrica – en lugar de ‘reposar’ las manos en el volante–. Otro punto débil son las direcciones en las que el motor de asistencia está montado en la columna de dirección en lugar de sobre la cremallera, porque la masa del motor eléctrico hace de amortiguador natural de las oscilaciones de la dirección, elevando el umbral de detección. Finalmente, si el fabricante no pone las medidas oportunas, este tipo de detección es muy susceptible de ser trucada –ver abajo–.