Antonio Garcia
Puede presumir de tener mejor palmarés que su gran amigo Fernando Alonso… en la especialidad de karting. Ha ganado en tres ocasiones las 24 Horas de Le Mans y dos veces el campeonato de resistencia más importante de Estados Unidos. Sin embargo, es un pilo
Ha forjado gran parte de su carrera en Estados Unidos, país donde es una estrella y al que “se trasladó” hace ya más de una década buscando suerte… y no le ha ido nada mal. De hecho, se acaba de proclamar por segundo año consecutivo ganador de la IMSA, el campeonato de resistencia más importante de Norteamérica. Sin embargo, Antonio García es un gran desconocido para el público español. “Seguramente sea por la lejanía, ya que he desarrollado casi toda mi trayectoria deportiva fuera de España”, explica. Y eso que estamos ante uno de los pilotos nacionales más laureados de la Historia. Hasta el punto de que su palmarés en la especialidad de karting, en la que lo ha ganado todo, –campeón de Madrid, Cataluña, España, Europa y mundial–, supera al de su gran amigo Fernando Alonso –ver despiece en pág. 82–.
Fue precisamente en el karting, como casi todos los chavales que quieren triunfar en el automovilismo, donde se inició en el mundo de las carreras en 1988, cuando sólo tenía 8 años: lo hizo en la categoría cadete del campeonato de Madrid y acabó en la 11º posición. Al año siguiente pasó al campeonato de España, en el que quedó en tercera posición. Pero hasta 1991 no se produjo su explosión definitiva: conquistó en la misma temporada los campeonatos de España, Madrid y Cataluña.
En 1992, ascendió a categoría Junior y en 1993 alternó con la Intercontinental A –actual KF2–: en ella logró ganar en 1994 el campeonato del mundo, “uno de los mejores momentos de mi carrera, ya que era algo que ningún español había conseguido antes”. La temporada siguiente se proclamó subcampeón del mundo, además de ser campeón de España y cuarto en el Europeo. En 1996, revalidó el campeonato de España y, en 1997, en la categoría de Fórmula A, se alzó con el campeonato de Europa, y con el prestigioso Trofeo Margutti. Precisamente, ese mismo año dio el salto a los monoplazas, compatibilizando las carreras de karting con la Fórmula Renault Elf Campus, y logró la tercera posición en la general final de campeonato con tres victorias y seis podios.
La temporada siguiente decidió probar suerte en el recién creado Euro-Open Fortuna by Nissan –actualmente conocido como las World Series Formula V8 3.5 y que antes fueron las World Series by Renault–, competición que había nacido de la mano de Jaime Alguersuari –padre del expiloto de Toro Rosso–, y que se convirtió rápidamente en trampolín para alcanzar la Fórmula 1. Así, se integró en el equipo del expiloto de F1 Adrián Campos –“una de las personas más importantes en mi carrera, por cómo creyó en mí”, afirma– y con Marc Gené como compañero de equipo – quien ganó el campeonato–, obtuvo dos victorias y cinco podios con los que concluiría sexto.
En 1999, se centró exclusivamente en los monoplazas. García tenía asiento en uno de los equipos punteros del campeonato, lo que sumado a su gran experiencia le convertía en uno de los favoritos para lograr un buen resultado en la clasificación final. Sin embargo, un jovencísimo y desconocido chaval arrasó en el campeonato; un tal Fernando Alonso. García logró aquel año una victoria y cinco podios, pero sólo le valió para lograr la quinta posición en la general. Finalmente, a la tercera fue la vencida y, en el año 2000, el madrileño conquistó el título de campeón de la Euro- Open Telefónica by Nissan –nueva denominación del certamen–, después de lograr cinco victorias y diez podios.
De esta forma, en 2001 le llegó la opor
tuniDaD de intentar aspirar a la soñada Fórmula 1. Para ello, era casi obligatorio pasar antes por la Fórmula 3000 –equivalente a la actual F2 y antesala del ‘Gran Circo’–. Y lo hizo en una escudería puntera como el Red Bull Junior Team. Pero la suerte no le acompa- Estado civil: Casado. Hijos: Dos. ¿Qué coche tienes? Un Chevrolet Corvette. ¿Qué coche de competición, de cualquier especialidad, te hubiera gustado conducir? Cualquiera del Grupo B del Mundial de Rallyes. ¿Te han multado alguna vez por exceso de velocidad? Reconozco que sí... pero por muy poquito. ¿Ves deporte por televisión? Me gustan mucho el esquí y el atletismo. ¿Y un deportista al que admiras? Rafa Nadal. ¿Música que escuchas en el coche? Rock y heavy, sobre todo Iron Maiden y Pink Floyd. ¿Manías antes de correr un GP? Antes las tenía, pero ahora ya no soy tan supersticioso. ¿Comida y bebida favoritas? Tortilla de patatas y un botellín de cerveza. ¿Algún hobby? Practicar esquí, correr, jugar al golf. ¿Un plan perfecto para el fin de semana? Esquiar justo después de una buena nevada.
ñó. “Creí en mis posibilidades; sin embargo, al que no conocía era a Helmut Marko, que por entonces era el propietario del equipo. No tuvo paciencia. Sólo me dejó disputar cuatro carreras y rescindieron mi contrato. Fue el primer batacazo de mi carrera deportiva”, explica. Así, a mitad de temporada se vio obligado a cambiar de aires, firmando por el equipo italiano Durango –que en 2010 incluso anunció su intención de ingresar en la F1, de la mano del canadiense Jacques Villeneuve, aunque finalmente no fructificó–.
Tras el fiasco que supuso la aventura en la Fórmula 3000, alcanzar la máxima competición del automovilismo mundial parecía casi imposible. “Al principio sí que joroba, por supuesto que me hubiera gustado correr alguna temporada de F1… pero ahora miro atrás y no cambiaría absolutamente nada”. Así que, García decidió dar un giro a su carrera y probar fortuna en otras especialidades. Se enroló en las World Series by Nissan – en las que logró tres podios y un quinto puesto final–, así como en el campeonato mundial FIA GT: en este, además de subirse al podio cinco veces en las seis carreras que disputó, se impuso en las míticas 24 Horas de Spa, única prueba de resistencia del certamen.
Tras esa victoria, García recibió una oferta de BMW para correr en el Campeonato Europeo de Turismos. Después de mucho pensarlo, el madrileño se decidió a dar el paso y se centró en afrontar el nuevo reto. De esta forma, en el año 2003 debutó a los mandos de un BMW oficial, con el que obtuvo cuatro podios a lo largo de la temporada, finalizando octavo en la clasificación general. La temporada siguiente continuó en la misma escudería, aunque esta vez disputando el Campeonato del Mundo de la especialidad –WTCC–, consiguiendo tres podios que lo ubicaron séptimo en la clasificación final. Esa misma temporada también tomó parte en la Belcar Series – el campeonato de Bélgica de GT–, imponiéndose en el legendario circuito de Nürburgring.
El año 2005 no fue, precisamente, el más provechoso de su carrera, ya que sólo pudo ser noveno en el WTCC. Se imponía un cambio de aires y la temporada 2006 fue el inicio de su trayectoria en las carreras de resistencia, donde finalmente ha forjado su extraordinario desarrollo profesional. Comenzó corriendo en la categoría GT1 de las European Le Mans Series, en las filas del Team Modena y a los mandos de un Aston Martin DBR9. La cosa no pudo empezar mejor, pues logró una victoria y varios podios, que le sirvieron para alcanzar el subcampeonato. Además, debutó en las 24 Horas de Le Mans terminando en cuarta posición. Precisamente, allí descubrió uno de sus grandes puntos fuertes: en su debut nocturno y con lluvia en el circuito francés rindió a un altísimo nivel: “La noche en Le Mans es complicada. Aquel primer año encima me llovió, y no había rodado nunca en esas condiciones. Me di cuenta de que con lluvia y de noche todo se hace muy automático. Vas más de memoria que de vista, más por sensación que por lo que realmente ves; vas cogiendo ciertas referencias para frenada y aceleración… y no necesitas ver más”.
Al año siguiente consiguió dos nuevos podios en las Le Mans Series, de nuevo formando parte del equipo Modena, a la vez que comenzó a probar suerte al otro lado del charco, disputando una carrera de las American Le Mans Series –las 12 Horas de Sebring, en las que logró subirse al tercer escalón del podio–.
Fue en la teMporada 2008 Cuando dio
ese salto de calidad que llevaba tiempo buscando. Ese año consiguió tres victorias y cuatro podios en las European Le Mans Series, pero tocó la cima obteniendo la victoria en las 24 Horas de Le Mans – carrera que ya ha disputado en 13 ocasiones, siendo el piloto español con más participaciones en la historia de esta prueba, junto a Jesús Pareja–: lo hizo en la categoría GT1 a bordo de un Aston Martin DBR9 con el equipo oficial de la escudería. Sería el primero de sus tres triunfos en la carrera de resistencia por antonomasia. También se impuso en 2009 de nuevo en GT1 y, en 2011, en la categoría GTE Pro, además de
“La IMSA es el campeonato en el que más me he disfrutado. Hay muchas marcas oficiales y es muy emocionabte”
subirse al podio en 2014 (segundo) y 2017 (tercero), estas tres últimas corriendo para Corvette. En 2009, también se subiría a lo más alto del cajón de otra de las carreras de resistencia más codiciadas del mundo, las 24 Horas de Daytona – en la categoría absoluta con el equipo estadounidense Brumos Racing y a bordo de un Riley Porsche–.
Durante los siguientes años alternaría las pruebas europeas y americanas de las Le Mans Series hasta que, en 2012, se incorporó al equipo oficial de Corvette en Estados Unidos, centrando definitivamente su carrera en territorio americano. Para empezar, obtuvo cinco podios en diez carreras y acabó quinto en la clase GT, colaborando de forma decisiva a que su escudería lograra el título por equipos. Un año más tarde, el madrileño consiguió tres victorias y seis podios en las nueve carreras del campeonato, haciéndose con el doblete, ya que conquistó tanto el título de pilotos como el de escuderías.
En 2014, se produjo la fusión de las American Le Mans Series y la Grand Am – de la que también había disputado algunas pruebas en los años precedentes– en la United SportsCar Championship. Allí continuó con el equipo Corvette. Logró cuatro victorias y un cuarto puesto, finalizando tercero en el campeonato de pilotos de la clase GT Le Mans. Además, tuvo tiempo de participar en dos carreras de la temporada inaugural de la Fórmula E, el campeonato del mundo de monoplazas eléctricos –aunque no puntuó en ninguna–.
El año 2015 comenzó con muy buen pie: en las dos primeras carreras de la temporada se volvió a proclamar vencedor de las 24 Horas de Daytona – esta vez en la categoría GT Le Mans– y también conquistó la victoria de su clase en las 12 Horas de Sebring. Todo pa- recía indicar que García y su compañero, el danés Jan Magnussen, tenían todas las papeletas para hacerse con el título. Sin embargo, sólo pudieron lograr dos podios y dos cuartos puestos en el resto de las pruebas del certamen, lo que les condenó a la tercera plaza en el campeonato de pilotos –puesto que repetirían en 2016, ya bajo la denominación IMSA Sportscar Championship–.
En cuanto a los dos últimos años, sólo se pueden definir como tremendamente exitosos: ha ganado en 2017 y 2018 la IMSA, el campeonato de resistencia más importante de Estados Unidos. “Es la competición en la que más me he divertido compitiendo. Tanto porque hay muchas marcas oficiales corriendo, como por el concepto de carreras americanas, en las que la estrategia tiene mucho peso y en cualquier momento puede pasar cualquier cosa y cambiarlo todo”. Por ello, su intención es continuar participando en ella, aunque en el futuro, cuando deje las carreras, querría trabajar junto a Adrián Campos en su cantera de pilotos, de la que ya ejerce como socio: “Me gustaría poder aportar algo más al proyecto”, reconoce.