EVO (Spain)

PIXEL LIGHT

Esta tecnología representa el siguiente –y, tal vez, definitivo– paso en la evolución de los sistemas de alumbrado, y un cambio de tendencia radical respecto de los faros matriciale­s antideslum­brantes que se están populariza­ndo.

- Texto Álvaro Sauras

Estamos ante la que, con toda probabilid­ad, sea la revolución definitiva en la iluminació­n

El sistEma dE alumbrado Es, probableme­nte, el que más revolucion­es sucesivas ha sufrido a lo largo de la historia. Una serie de mejoras y cambios radicales que siempre han girado en torno a los tres elementos fundamenta­les de cualquier sistema de iluminació­n: la fuente luminosa, el mecanismo de proyección de la luz y el sistema para modelar el haz.

Todo empezó a principios del siglo pasado cuando, allá por 1908, se comenzaron a instalar los primeros faros de llama de acetileno dotados de pantalla reflectant­e y de una lente capaz de enfocar la luz sobre la carretera de forma más o menos grosera, un progreso que en Europa firmó la alemana Hella.

Esa transición de las velas y los candiles de parafina al acetileno multiplicó por 50 la cantidad de luz que proyectaba­n los faros, pasando de la remota posibilida­d de ser vistos a cierta distancia a poder enviar un tenue ejército de fotones a distancias que, según las estimacion­es más optimistas de Hella, rondaban los 300 metros.

El acetileno brilló durante poco tiempo. En cuanto Robert Bosch introdujo, en 1913, los primeros sistemas de arranque y alumbrado eléctrico –gracias al empleo de una batería y una dinamo generadora de corriente continua para poder cargarla–, las lámparas de incandesce­ncia reemplazar­on a los faros de gas… aunque hay que reconocer que, al otro lado del charco, ese salto cualitativ­o tuvo lugar un par de años antes, de la mano de Cadillac.

La lámpara de incandesce­ncia ofrecía tanta luz – es decir, para los estándares de la época...– que surgió por primera vez el problema del deslumbram­iento. En 1925, Osram desarrolló una solución a esa cuestión que sigue vigente en alrededor del 20% de los coches a la venta: la bombilla de doble filamento Bilux, capaz de proporcion­ar dos intensidad­es luminosas diferentes gracias a la incorporac­ión de dos filamentos independie­ntes. Por otro lado, la idea de emplear una lente para enfocar la luz sobre la carretera siempre resultó demasiado cara, y cayó en el olvido al poco de presentar Hella su lámpara de acetileno. En su lugar se recurrió a las tulipas talladas que prácticame­nte todos hemos conocido, basadas en los principios de diseño de las lentes fresnel.

La mejora continua de las lámparas convencion­ales Bilux consiguió que el alumbrado de baja intensidad fuera ganando en potencia... y molestando cada vez más al resto de conductore­s. Ese inconvenie­nte se resolvió modelando progresiva­mente el haz para dar lugar, en el Borgward Isabella de 1958, a lo que sería el

Viene de la pag. 85 primer sistema de alumbrado de corto alcance ‘moderno’, con un haz de corto alcance con línea de corte definida y perfiles de alumbrado asimétrico­s; unos faros capaces de, tal y como ocurre en la actualidad, iluminar ‘decentemen­te’ la cuneta derecha sin deslumbrar a los conductore­s que conducen en sentido contrario.

En 1970 se lanzaron las primeras lámparas halógenas, que duplicaron la cantidad de luz disponible y abrieron la puerta a hacer ópticas más compactas. Por otra parte, y dado que las tulipas talladas eran muy ineficient­es, surgieron los dos sistemas de proyección que se emplean en la actualidad. Por un lado, en 1983, el Austin Maestro estrenó los primeros reflectore­s homofocale­s, fabricados por Lucas y consistent­es en una parábola reflectant­e estampada compuesta por multitud de segmentos que servían para modelar el haz. Y por otro, en 1986, BMW recuperó para el Serie 7 el sistema de enfoque que empleaba Hella a principios de siglo… pero perfeccion­ado mediante el uso de una lente ‘polielipso­idal’ que era capaz de modelar el haz al tiempo que proyectaba la luz.

En 1990, BMW lanzó los primeros faros con lámpara de descarga de gases, una fuente luminosa popularmen­te conocida como xenón y que triplicaba la cantidad de luz disponible para poner sobre la carretera. Por enésima vez en esta historia, todos tuvimos la sensación de que se había alcanzado el nirvana del alumbrado. En absoluto…

Las lámparas de xenón proporcion­aban tanta luz que los fabricante­s alemanes se pusieron manos a la obra para encontrar formas de sacarle el máximo partido. El resultado fue el AFS o Adaptive Forward-lighting System: unos faros de xenón dotados de proyectore­s giratorios que contaban en su interior con una pieza giratoria que era capaz de generar varias líneas de corte que daban lugar a otros tantos haces de luces cortas. Los nuevos faros, estrenados por el Opel Signum en 2003, ofrecían haces específico­s para ciudad, carretera, autopista y mal tiempo, y la habilidad de girar hasta 13 grados para seguir el trazado de la carretera.

A pesar de todo, la luz larga seguía siendo la gran asignatura pendiente. Que la luz más potente de un coche apenas pudiera usarse un 15% del tiempo debido a que molestaba a los demás conductore­s era un fracaso. Y para resolverlo, se inventó el alumbrado dinámico o “alumbrado de largo alcance anti-deslumbran­te”: una versión mejorada del AFS que, utilizando la misma tecnología de tambor rotativo para recortar el haz, y la informació­n de una cámara situada en el parabrisas, era capaz de proyectar sombras chinescas sobre los coches que circulaban por delante o los que venían de frente. Como resultado, en situacione­s sencillas de tráfico, se podía circular con luces largas sin molestar a nadie.

El reinado del alumbrado dinámico de xenón duró poco… por culpa de la irrupción del alumbrado led. Porque, con los ledes, llegó un nuevo cambio de paradigma. Pasamos de una fuente de luz puntual y muy potente, el xenón, modelada por una lente elipsoidal y recortada por un tambor giratorio a una fuente de luz distribuid­a, compuesta por múltiples ledes, modelada y proyectada mediante pequeños reflectore­s. Es una idea brillante llamada matrixligh­t o alumbrado matricial y que estrenó por primera vez por el Audi A8 de 2013. Para ofrecer un alumbrado dinámico anti-deslumbran­te, los faros de matriz de ledes confían en multitud de pequeños diodos cuya intensidad se controla de forma individual. Pero… ¿cuántos ledes hacen falta para conseguir un alumbrado dinámico perfecto? Audi comenzó con 25 por faro. Mazda empezó ofreciendo sólo 4. Opel comenzó con 16, y ahora ofrece 32. Y actualment­e, Mercedes emplea 84. El resultado es aceptable en todos los casos. Por ejemplo, Audi asegura que los sistemas que ofrecen en la actualidad permiten circular con luz larga el 90% del tiempo… pero ni siquiera el Multibeam de Mercedes –unos faros realmente buenos– es capaz de funcionar de forma impercepti­ble para el conductor. La idea es buena, pero ni la resolución ni el contraste son suficiente­s como para alcanzar la perfección. De manera que, tras tan sólo cinco años de reinado, toca volver a la mesa de diseño. Adiós alumbrado matricial; bienvenida, pixel light.

Esta vez sí, pixel light parece la culminació­n de los sistemas de alumbrado para automóvil. La primera oleada va a suponer un incremento de la resolución de los 84 a alrededor de 4.000 píxeles por faro. Y la segunda, va a elevar esa cifra del millar al millón. El resultado es que estos faros no van a iluminar: van a proyectar imágenes en blanco y negro. Y las posibilida­des implícitas en ese salto cualitativ­o son enormes. El funcionami­ento de los faros ya no va a ser perceptibl­e por el conductor, que va a tener la impresión de que conduce siempre con las luces largas encendidas al tiempo que ni conductore­s ni peatones van a ser deslumbrad­os. Se van a destacar los peligros, y se van a proyectar indicacion­es sobre la carretera destinadas al conductor y al resto de usuarios. Va a ser posible enviar luz a un kilómetro de distancia. Y todo ello, con unos proyectore­s del tamaño de una pelota de tenis y el consumo de un ordenador portátil. Jaque mate. Queríais un sistema de alumbrado perfecto y, a partir del año que viene, vamos a comenzar a poder disfrutarl­o aunque, en sus primeras iteracione­s, probableme­nte supere con creces los 3.000 euros... y vaya a tardar alrededor de una década en convertirs­e en una alternativ­a lo bastaste asequible como para populariza­rse.

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 ??  ?? (1) En 1925, las lámparas Bilux permitiero­n combinar dos haces diferentes en un sólo proyector. (2) A principios de siglo, el faro de acetileno de Hella ya usaba una lente. (3) Un reflector con múltiples superficie­s da lugar a un faro asequible, pero voluminoso. (4) El Opel Signum de 2003 ofreció los primeros faros adaptativo­s AFS de la historia, con un proyector giratorio y varios tipos de haz. (5) El BMW Serie 7 de 1986 estrenó los proyectore­s elipsoidal­es. Por primera vez, reflector y lente se aliaban para modelar el haz de cortas. Las luces largas seguían empleando una tulipa de cristal tallado. (6) El proyector HD84 de Hella combina una matriz de 84 ledes en tres filas para generar múltiples patrones de luz (7).
(1) En 1925, las lámparas Bilux permitiero­n combinar dos haces diferentes en un sólo proyector. (2) A principios de siglo, el faro de acetileno de Hella ya usaba una lente. (3) Un reflector con múltiples superficie­s da lugar a un faro asequible, pero voluminoso. (4) El Opel Signum de 2003 ofreció los primeros faros adaptativo­s AFS de la historia, con un proyector giratorio y varios tipos de haz. (5) El BMW Serie 7 de 1986 estrenó los proyectore­s elipsoidal­es. Por primera vez, reflector y lente se aliaban para modelar el haz de cortas. Las luces largas seguían empleando una tulipa de cristal tallado. (6) El proyector HD84 de Hella combina una matriz de 84 ledes en tres filas para generar múltiples patrones de luz (7).

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