HITOS TECNOLóGICOS
El desarrollo de tecnologías: desde el motor bóxer a los primeros frenos cerámicos
La arquitectura de seis cilindros opuestos en movimiento especular o bóxer es la principal seña de identidad del 911. Esta arquitectura está plagada de ventajas… aunque tampoco está exenta de algunos inconvenientes. Destaca por una construcción compacta y por un funcionamiento muy suave, debido a la ausencia de vibraciones de primer y segundo orden, resultado de que los pistones se mueven dentro de los cilindros como si se mirasen en un espejo. Con una muñequilla por pistón y ocho apoyos para el cigüeñal, se trata también de una arquitectura muy robusta. Fue un motor diseñado con la vista puesta en el futuro. Nació con una cilindrada de dos litros, 130 CV de potencia máxima y la idea de incrementar la cilindrada progresivamente hasta los 2.7 litros. A principios de la década de los años 70, nadie podría haber predicho que se mantendría en su configuración básica hasta 1988 o que la cilindrada alcanzaría finalmente los 3.8 litros. El motor bóxer siguió con refrigeración por aire después del lanzamiento de la generación 993. El paso a la refrigeración líquida, en 1997, causó un gran impacto y contribuyó a seguir aumentando el rendimiento. Este desarrollo, inicialmente controvertido para la comunidad Porsche, pronto se celebró como un verdadero paso adelante. Con una cilindrada de 3.4 litros y entregando una potencia de 300 CV (221 kW), el nuevo motor era bastante más corto, más plano y tenía un régimen de giro más alto. También fue la primera vez que el intercambio de los gases en el motor del 911 se controlaba mediante cuatro válvulas por cilindro. En 2008, el motor bóxer fue reinventado prácticamente por completo. Un cárter de una sola pieza, con cojinetes de cigüeñal integrados, sustituyó al bloque de dos piezas separadas con alojamientos para los cojinetes que se había utilizado anteriormente. También se rediseñaron el cigüeñal, la geometría de las cámaras de combustión, la bomba de aceite y la bomba del agua, así como la admisión. En comparación con su predecesor, el nuevo motor lograba un ahorro de peso de alrededor de 6 kilos. Además, Porsche introdujo la inyección directa de gasolina. Todos los propulsores actuales del 911 son versiones evolucionadas de este motor.