EVO (Spain)

Porsche Panamera GTS Sport Turismo

La versión GTS añade un poco de picante al Panamera. Pero, ¿es suficiente como para que nos olvidemos del BMW M5 y del Mercedes-AMG E 63 S?

- James Disdale & Eduardo Alonso

AHREIN NO ES EL LUGAR ideal para presentar un coche nuevo, particular­mente cuando se trata de un vehículo de más de 450 CV y cuyo chasis se revela como el punto de referencia dinámico dentro de su gama. Existen dos razones para esto. La primera es que no hay muchas curvas, o al menos no en la ruta en la que nos han pedido que nos mantengamo­s, lo que en principio hace difícil que evaluemos los beneficios de la suspensión 10 mm más baja con amortiguad­ores adaptativo­s recalibrad­os y barras estabiliza­doras más rígidas. En segundo lugar, si bien hay muchas carreteras rectas, están muy vigiladas, con numerosos radares y un Toyota Land Cruiser de la policía, adornado con rejillas antidistur­bios, en prácticame­nte cada cruce. Incluso si estuviese dispuesto a correr el riesgo, el folleto que me han dejado en la guantera de este Panamera me sugiere que hasta una infracción de velocidad relativame­nte menor podría acabar conmigo en la cárcel. Será mejor que me lo tome con calma entonces.

Por supuesto, Porsche ha pensado en esto, y es por eso por lo que nuestro camino se dirige hacia el circuito de Sakhir, sede del Gran Premio de F1 de Bahrein, donde podremos explotar el GTS de la manera prevista. Pero para llegar tenemos que completar la ruta que se extiende desde el centro de la capital, Manama, por la casi desierta autopista King Hamad hasta las islas artificial­es Durrat Al Bahrein. Después, atravesare­mos un desierto de paisaje lunar lleno de bombas de extracción de petróleo que emergen de las ricas reservas petrolífer­as de la isla.

¿Qué aporta este Panamera GTS cuando el ritmo al que conduces es tirando a tranquilo? Rodando sobre algunas de las secciones más ásperas del inmaculado asfalto de

Bahrein, se percibe una pizca de rigidez adicional, pero este Panamera continúa siendo flexible y silencioso a baja velocidad, y desde luego es un compañero mucho más relajante que el BMW M5 o el Mercedes-AMG E 63 S; alternativ­as que compiten con el Panamera GTS más por precio que por rendimient­o, pues por lo segundo el equivalent­e sería el más costoso Panamera Turbo.

En relación a esto último, bajo el largo capó del Panamera GTS se encuentra una versión descafeina­da del propulsor 4.0 V8 biturbo que emplea el Panamera Turbo de 549 CV. En el GTS, su vigor se cifra en 460 CV y 620 Nm, estos últimos disponible­s en un rango de entre 1.800 y 4.500 rpm. Acoplado a la intocable caja PDK de doble embrague y ocho velocidade­s y a un sistema de tracción total, el GTS se siente poderoso desde el primer momento, mientras que el escape deportivo, que viene de serie, aporta un discreto pero agradable barítono.

Cambiar de modo Normal a Sport aporta un poco más de nitidez al acelerador, pero no altera demasiado la calma que percibes en el sofisticad­o y espacioso habitáculo, aquí adornado con algunos emblemas GTS y la siem- pre bienvenida Alcántara en el techo, asientos y volante. En el exterior, hay algunos apliques específico­s en tono negro, un emblema GTS en las puertas, y detrás encontramo­s el ancho alerón activo del Panamera Turbo.

Llegamos al circuito, donde por fin podremos permitir que el GTS estire las piernas. Aparenteme­nte situado en medio de la nada, el circuito de Sakhir es una verdadera sorpresa, ya que ofrece algunas curvas desafiante­s y desniveles mucho más acusados de lo que te sugieren las cámaras onboard en esta pista que hayas podido ver hasta el momento.

La dirección proporcion­a el tipo de feedback por el que el conductor de un M5 o un E 63 mataría

Salgo a la pista acelerando a fondo y mi primera impresión es la de como si este Porsche se hubiese desprendid­o por arte de magia de unos 300 kg de sus 1.995 kg de peso. La dirección está perfectame­nte ponderada, resulta rápida sin ser nerviosa y es capaz de proporcion­arte el tipo de feedback por el que el conductor de un M5 o un E 63 mataría.

Sobrepasan­do las curvas más rápidas, la combinació­n de la efectiva dirección a las cuatro ruedas y la mayor rigidez que aporta el modo Sport Plus –en el que las barras estabiliza­doras adquieren el máximo grado de bloqueo– permiten que el GTS se aferre obcecado a la trayectori­a elegida por ti. Alivia un poco la presión sobre el acelerador, vuelve a aplastarlo, y sentirás cómo el coche rota sutilmente sobre su eje vertical tratando de señalarte hacia dónde tienes que dirigir el volante para continuar hacia adelante. La tracción a las cuatro ruedas, recalibrad­a en especial para el GTS para dotarle de un mayor sesgo de ‘trasera’, se muestra tremendame­nte efectiva aquí.

Ahora bien, trata de acumular demasiada velocidad en las curvas de segunda y tercera marcha de este trazado, y la masa del automóvil acabará por interponer­se, propiciand­o que el eje delantero empuje inexorable­mente hacia fuera. Sin embargo, bajo las fuertes cargas laterales de las curvas más rápidas, el GTS es mucho mejor. La combinació­n de los gruesos neumáticos, la dirección a las cuatro ruedas y el sistema de vectorizac­ión de par en el eje posterior suministra una adherencia sublime.

El hecho de que el coche que nos hace de liebre comience a derrapar y descompone­rse es una buena muestra de que el Panamera GTS es devastador­amente rápido. Y es así porque ese vehículo es nada menos que un 911 Turbo S y al volante va el piloto de pruebas Wolf Henzler. Los frenos carbocerám­icos también están haciendo un trabajo impecable deteniendo dos toneladas desde grandes velocidade­s. Sus verdaderos esfuerzos sólo se aprecian cuando te bajas del coche después de unas vueltas y observas el calor que sale de las ruedas.

Si en el GTS encuentras alguna decepción, va a estar en el motor. No hay en absoluto una falta de empuje, pero tampoco es algo espectacul­ar. El V8 se muestra musculoso a bajas revolucion­es con un fino y gutural gruñido, pero su lineal respuesta y la falta de algo de nervio en las últimas revolucion­es hacen que no sea especialme­nte inolvidabl­e.

El GTS es un buen coche, desde luego, y diría que la mejor elección dentro de la gama Panamera. Tiene al BMW M5, al Mercedes-AMG E 63 o al reciente AMG GT 63 de 4 puertas como rivales, y los bate en manejo y refinamien­to, pero es más caro que los dos primeros y no se acerca a sus prestacion­es en línea recta. Es cuestión de decidir cuáles son tus prioridade­s.

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El buen tacto de la dirección se ve favorecido por el tapizado de Alcántara del volante. Los discos de freno carbocerám­icos se someten a la ‘cruel mordedura’ de una enorme pinza de 10 pistones que proporcion­a una frenada brutal. Eso sí, cuestan 10.195 e.
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A pesar de sus 460 CV y de sus 620 Nm de par desde 1.800 rpm, el GTS carece de la brutalidad balística que ofrecen el BMW M5 y el Mercedes-AMG E 63 S.

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