COCH E D E L A ÑO MCLAREN 600LT
En una edición dominada por coches con prestaciones para el mundo real, ¿cómo es que le hemos dado el primer lugar a un superdeportivo? Porque escupe llamas por los escapes.
Es broma. El lanzallamas que tiene encima del motor no hace que corra más, pero hay que reconocer que nos viene de perlas para que esa foto triunfe en las redes sociales.
La clave de McLaren es que fue una empresa criticada porque sus vehículos carecían de “alma”, especialmente contra la clase dominante establecida, y ahora se ha rehecho. Estaba demostrado que eran capaces de hacer coches veloces, pero muchos los criticaron por falta de una personalidad definible. ¡Cómo han cambiado las cosas!
En esta edición quedó claro desde el principio que tanto el 488 Pista como el 911 GT2 RS suponían un problema real. Ambos son reconocidos como increíbles obras de ingeniería, unos modelos que alcanzan un nivel dinámico surrealista y capaces de rodar en circuito a un ritmo endiablado. Pero el Ferrari ha combinado esto con una personalidad distante y un sutil desprecio por intentar implicar al conductor en la experiencia de conducción. Y en el Porsche resulta complicado llegar a disfrutar de sus habilidades en carretera.
McLaren, sin embargo, ha descubierto que los automóviles especiales deben serlo independientemente de la velocidad a la que viajes. El 600 LT perfecciona un producto como el 570S, y al final el hecho de que tenga 600 CV se convierte en algo extrañamente irrelevante. Lo que importa es cómo se percibe la primera vez que abordas una curva a 80 km/ h. Y que cada tramo recorrido se convierte en una experiencia inolvidable.
AL FINAL , LOS 600 CV DEL MCLAREN SE CONVIERTEN EN ALGO IRRELEVANTE