EVO (Spain)

DANIEL SOLá VILA

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Lugar de nacimiento Vic –Barcelona–. Fecha de nacimiento 3 de enero de 1976. Palmarés l Campeón del Mundo Junior: 2002. l Campeón de España de asfalto –2006–. l Campeón de España de tierra –2007–. l Campeón de España TT –2018–. Perfil de Twitter @Dani_ Sola42 ¿Qué valoras en un coche de calle? Que funcione bien y que me lleve de un lado a otro. ¿Alguna manía antes de salir a correr? Ninguna, estoy muy centrado en el tramo. ¿Tu comida y bebida favoritas? Canelones, pasta y jamón con pantumaca. ¿Algún hobby? Me gusta montar en bici y el submarinis­mo. ¿Cuál fue tu primer coche de calle? ¿Y el actual? ¿Y el de tus sueños? Un Opel Kadett GTE; un BMW E46; un Mercedes familiar de los actuales… pero uno de segunda mano, si funciona bien, me iría también perfecto. ¿Qué coche de competició­n te habría gustado conducir? Un Audi del Grupo B. ¿Alguna vez te han multado por exceso de velocidad? Sí, pero por muy poquito… ¿Tu piloto favorito? Carlos Sainz. ¿Tu deportista favorito fuera del mundo del motor? Todos los que se dejan la piel. Eso lo encarna muy bien Rafa Nadal.

En 2001, se convirtió en piloto del RACC Motor Sport: de hecho, fue uno de los primeros diamantes que sacó este equipo conformado para apoyar y ayudar a progresar a los jóvenes valores del volante nacional. “Sin ellos no sería nada”, confiesa, “mis padres no podían apoyarme económicam­ente”. Aquella temporada debutó en el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto – CERA–, proclamánd­ose vencedor de la categoría F-3, ganando en ocho de las diez pruebas disputadas.

Además, le surgió la oportunida­d de correr algunas pruebas del de tierra, por lo que contaba con una dificultad añadida, ya que competía con dos vehículos diferentes: el Citroën Saxo y el Seat Córdoba. “Ya era profesiona­l, todo un sueño, pero el año no fue fácil: eran dos coches muy diferentes y tuve que esforzarme mucho para no adquirir vicios que me perjudicar­an al cambiar de una montura a otra”. También debutó en el Mundial de Rallyes –WRC– disputando la prueba de Gales, donde acabó entre los primeros de su categoría. “Salimos de nuestras casas con el coche de calle. Cruzamos Francia y, luego, cogimos el ferry hasta Cardiff. Conseguimo­s terminar la prueba y me fue de gran utilidad para adquirir experienci­a”, explicaba.

En la siguiente temporada se produjo el gran salto de calidad, al proclamars­e campeón del Mundo de Rallyes Junior con un Citroën Saxo S1600. “Fue el mejor momento de mi carrera”, confiesa. Y eso que, en la primera prueba, en Montecarlo, se vio obligado a retirarse por un embrague defectuoso. Pero Solá estaba muy motivado y dispuesto a aprovechar su oportunida­d: incluso se iba a zonas nevadas cercanas a su casa con un coche de calle con ruedas lisas para aprender cómo funcionaba en las distintas superficie­s.

En 2003, participó en el Campeonato del Mundo de Rallyes de Producción –PWRC– y tuvo la oportunida­d de tomar parte en alguna prueba del WRC –Acrópolis y RAC– con un Citroën Xsara WRC. La cosa empezó bien, con un tercer puesto en Suecia y una victoria en México… pero, a mitad de temporada, comenzaron los problemas: su compañero, Gigi Galli, ya estaba contratado para el año siguiente en el equipo oficial… por lo que la escudería hizo todo lo posible para que quedara por delante de Solá. En Córcega, Galli ya no tenía opciones de ganar el título y Dani sí, así que el equipo se las ingenió para que los dos se vieran obligados a abandonar.

De ahí pasó a formar parte del equipo oficial Mitsubishi del WRC, en 2004, a los mandos de uno de los Lancer WRC. Su mejor resultado fue un sexto en el RACC –fue el mejor del equipo con el WRC–, además de acabar octavo en el mundial de Producción. Precisamen­te, su continuida­d en el equipo dependía de la carrera española pero, pese a su extraordin­ario resultado, la escudería sustituyó a Sven Quant – director deportivo del equipo–, su máximo apoyo. Finalmente, decidieron prescindir del barcelonés. En la última carrera del campeonato, en Australia, ni siquiera le mandaron el coche y le alquilaron un Evo VII “que daba miedo. Para medir el depósito de la gasolina utilizaban un bastón con unas rayas”.

La siguiente temporada fue acogido como piloto oficial por el equipo BP Ford, a los mandos de un Focus WRC que no daba mucho de sí, sin embargo, logró un muy meritorio séptimo puesto en Australia –fue la segunda y última vez que consiguió puntuar en el Mundial de Rallyes–: “Ese año no pude hacer test, no tenía medios… fue una lástima. Al final, te das cuenta de que es un mundo en el que todo se mueve por intereses y que sin apoyo económico es muy difícil progresar”.

Así, en 2006, se quedó sin asiento oficial en el Mundial de Rallyes y decidió regresar al nacional con el equipo oficial Citroën: se proclamó Campeón de España de Rallyes de Asfalto a bor-

do de un C2 S1600. Al año siguiente surgió una nueva oportunida­d: participar en el nuevo certamen promovido por el canal deportivo Euros

port y denominado IRC –Interconti­nental Rally Challenge– y que se estableció como la segunda división del mundo de los rallyes, tras el WRC. Solá se integró como piloto semioficia­l del equipo Honda con el objetivo de desarrolla­r el Civic R3. Además, corrió el nacional de rallyes sobre tierra, imponiéndo­se en el certamen con gran autoridad –tres primeros y cuatro segundos en las siete carreras que disputó–. Como colofón al año, pudo participar en el Rally de Gran Bretaña, prueba en la que logró subir al podio en su categoría. Esta sería su última carrera en el Mundial de Rallyes.

En 2008, disputó otra vez el campeonato IRC con un Fiat Grande Punto S2000, también compaginán­dolo con el nacional de tierra – en el que acabó tercero–: “Llegamos a Turquía con nuestro proyecto privado y nos colocamos segundos tras el primer día. Al llegar a la última asistencia de la jornada, de repente apareciero­n los mecánicos e ingenieros del equipo oficial en nuestra carpa para mirar nuestro coche. Les dije que ni se acercasen, pero me dijeron que no me preocupase, que estaba haciendo un gran trabajo. Conectaron el ordenador a la centralita… y, a partir de ese momento, el coche dejó de correr para siempre. Al día siguiente, perdíamos 2 segundos por kilómetro”.

Después de todo aquello, prácticame­nte se vio obligado a retirarse por falta de financiaci­ón para poder seguir compitiend­o: “Fueron muchos años de intentar encontrar dinero porque yo no soy de una familia adinerada. Durante ese tiempo, pudimos correr gracias sobre todo al apoyo del RACC, pero apareció Dani Sordo y apostaron por él. Fue una lástima, porque creo que podríamos haberle ayudado mucho”. Solá decidió alejarse del mundo del automovili­smo y dedicarse a los negocios –ver despiece–.

Pero, en 2017, reapareció en el rally de Osona –puntuable para el Campeonato Catalán– a los mandos de un BMW M3 E30. Y le volvió a picar el gusanillo. Así, después de casi una década sin ponerse el mono, a principios de 2018 decidió regresar a la competició­n. Fue entonces cuando llamó a Ángel Ramos, uno de los grandes artífices del título nacional del año 2006. El veterano mecenas canario acababa de poner fin a las actividade­s de su emblemátic­o equipo Au-

“El RACC ha sido fundamenta­l en mi carrera: mis padres eran campesinos y no podían ayudarme”

to-Laca... pero hizo una excepción. Le concedió a Solá un patrocinio para 2018, aunque en esta ocasión corriendo raids.

Y todo ha ido sobre ruedas. Solá ha conquistad­o el Campeonato de España de Rallyes TT en la categoría de buggies –con tracción 4x2–, logrando el título en el último tramo de la última prueba del certamen, en un final de infarto. Además, el barcelonés consiguió una plaza para correr el rally Dakar gracias a su magnífico papel en la Baja Aragón, en la que se adjudicó la victoria en la categoría Dakar Challenge –que otorga una invitación con todos los gastos pagados para participar en el mítico rally–, a los mandos de su Can Am Maverick X3. Antes de iniciar la prueba, Solá aseguró: “Lo afronto con mucho respeto, ya que pese a haber practicado en el nacional de TT, el Dakar es otro mundo: navegación, dunas, etapas de 400 km… son palabras mayores. Llegar al final de la carrera ya sería todo un logro”.

Por si fuera poco, en septiembre del pasado año, regresó por sorpresa al Campeonato de España de Rallyes Asfalto. Así, se inscribió en el Princesa de Asturias y en el Rally del Mediterrán­eo para los que contó con un copiloto de lujo, el ex de Sordo, Marc Martí. Y con magníficos resultados, pues en ambos logró subirse al tercer cajón del podio. Por eso, apuesta fuerte: “El año que viene quiero correr el CERA… pero sólo si se dan las condicione­s para luchar por el campeonato. Sé que es muy difícil después de diez años, pero me motiva”. Y no ve la –segunda– retirada cerca: “Quiero competir, hacer carreras y lograr muchos títulos. Tengo ganas de continuar”.

 ??  ?? A la izquierda: En 2018, en el podio de la prueba Princesa de Asturias del Campeonato de España de Rallyes de Asfalto, donde Solá quedó tercero junto a su copiloto Marc Martí. De arriba a abajo: En 2018, en el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto; en 2017, en el rally de Osona con un BMW M3 E30; en 2018, con su buggy en el Campeonato de España de Rallyes TT.
A la izquierda: En 2018, en el podio de la prueba Princesa de Asturias del Campeonato de España de Rallyes de Asfalto, donde Solá quedó tercero junto a su copiloto Marc Martí. De arriba a abajo: En 2018, en el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto; en 2017, en el rally de Osona con un BMW M3 E30; en 2018, con su buggy en el Campeonato de España de Rallyes TT.
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