EVO (Spain)

Bromas, las justas

- arodriguez@luike.com @tonejo_rodriguez Te xto: Antonio Rodr íguez ‘ Toñejo’ RR23

Igual que a los europeos nos gustan mucho los coches americanos, a ellos les apasionan los aparatos europeos de todo tipo. En Estados Unidos, existe una modalidad muy particular y simpática de comprar un coche nuevo europeo, y es la de viajar directamen­te hasta Europa para aprovechar su coche yéndose un tiempo de vacaciones con él. La opción es súper apetitosa, pero os preguntaré­is cómo hacen para enviar el coche a USA y tener todos los papeles en regla cumpliendo con las exigencias gubernamen­tales, pues bien, pondré de ejemplo un Mercedes nuevo que está en Alemania. El cliente se acerca al concesiona­rio de Estados Unidos y dice que quiere comprarse un Mercedes en la fábrica, y después desea hacerse un viaje por Europa con el coche.

El concesiona­rio se ocupa de todo; el comprador paga y puede irse a Alemania a recoger el coche con la especifica­ciones USA, hacer su viaje y, después, dejarlo en el mismo sitio donde lo recogió para que ellos se lo manden a Estados Unidos. Si bien es cierto que esto no se hace continuame­nte, pasa más veces de lo que puedas pensar.

Otra de las pasiones europeas que tienen los americanos es importar coches y todoterren­o clásicos. Sí, hasta aquí llega la fiebre de los clásicos y lo bueno es que no hay una homologaci­ón como en Europa, y cuando traes un coche de estos quien tiene toda la potestad es la aduana. El caso que os quiero contar, se debe precisamen­te a una importació­n de un Land Rover Defender del año 1990 desde Inglaterra (Europa). Un ciudadano americano se trajo de manera particular ese 4x4 y, al llegar el barco al puerto de Miami, la naviera entregó la documentac­ión a la aduana para proceder a la importació­n del coche. Normalment­e, una vez se comprueba que todo está en regla, se paga el arancel (2%), se procede a la visualizac­ión del coche y, si no hay nada raro, ya está todo listo para la matriculac­ión que consiste en el pago de un 7% de tasas y los 400 $ de la matrícula si no la tienes; si tienes una de otro coche, esto último te lo ahorras.

En el coche que nos ocupa, uno de los agentes observó algo raro en el motor y decidieron examinarlo a conciencia. Cuando pasa algo así, si el vehículo viene en un contenedor con otro, se bloquean los dos aunque no tenga nada que ver uno con el otro por si es un caso de importació­n fraudulent­a. Si descubren que hay algo mal, paran la importació­n y te pueden cobrar entre 8.000 y 10.000 $ hasta que esté todo bien. Pero esto no ocurría en el Defender; era un coche de los años 90, aunque le habían instalado un motor moderno. Tras hacer una investigac­ión exhaustiva en la aduana, con todos los medios existentes en el mundo, llamaron al nuevo propietari­o del vehículo y le demostraro­n con todos los datos que tenían que el coche no cumplía las exigencias y le insinuaron que les había querido engañar. Y no hay cosa que más enfade o duela a una autoridad americana que le engañes, ahí lo tienes todo perdido.

Si es así, el coche no podrá entrar nunca en el país y lo peor es que no te dejan devolverlo. Me contaron que hace mucho lo que se hacía era intentar que entrase por otra frontera y, ante esto, se decidió hacer lo de ahora. ¿Sabéis lo que hacen los agentes de aduanas? Los destruyen, sí, lo que estás leyendo. Los hacen añicos, y además de ponerte una multa de 45.000 $ pueden meterte hasta 5 años de cárcel. ¿Qué os parece? Así que, aquí, bromas las justas y la ley lo dice bien claro: Si usted quiere importar al país un coche clásico, tiene que ser todo original.

Una vez que hayas importado el coche, sólo tienes que ir a tráfico (DMW) para que le hagan una inspección y allí te den la autorizaci­ón para poder matricular­lo. Lo puedes hacer el mismo día en un Agency Tax – como tráfico, pero aquí hay muchos–.

Una vez todo en regla, puedes hacer con el coche lo que te dé la gana, ya que no vas a ir a un ITV jamás. Puedes cambiar el motor y ponerle el de un Lamborghin­i, pero para traer el coche a USA te exigen que sea absolutame­nte original.

En Europa, cuando importas un clásico, además de la homologaci­ón, tiene que pasar anualmente la ITV para demostrar que el vehículo cumple con todo y, si no lo hace, lo inmoviliza­n. Sin embargo, en USA si lo haces mal al principio, te ponen una buena multa y además te trituran el coche y les da igual que sea un Porsche 550 o cualquier otra joya.

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