EVO (Spain)

BMW Z4 M40i

¿Podrá superar dinámicame­nte al Porsche 718 Boxster?

- A. Towler & J. Arús

SIEMPRE ME HA PARECIDO EXTRAñO que una marca que tantas veces ha comerciali­zado con éxito productos bajo el lema ‘la máquina de conducción definitiva’, y con una gran tradición a la hora de transforma­r vehículos destinados al gran público en coches formidable­s bajo el emblema M, le cueste tanto hacer roadsters deportivos. El Z1 debería haber sido algo extraordin­ario y, sin embargo, es más conocido por sus singulares puertas que por la experienci­a de conducción que proporcion­aba; y cuanto menos digamos del Z3, mejor. Eso deja el tema en el Z4: la primera generación no estuvo mal, pero siempre quedaba un paso por detrás del Porsche Boxster desde el punto de vista del disfrute al volante; y el segundo tampoco estuvo nunca entre nuestros preferidos.

Sin embargo, este Z4 podría ser diferente. ¿Por qué? La razón es que el equipo de ingenieros encargados de este roadster dicen que debería, y

cito textualmen­te, “proporcion­ar una experienci­a de conducción pura guiada por la pasión y la emoción”; y además lo han desarrolla­do en conjunto con Toyota –la marca japonesa buscaba una forma viable de sacar un nuevo Supra–.

El cambio más evidente es la supresión del techo metálico para emplear uno de tela más liviano, que ayuda a que el centro de gravedad se posicione más bajo y que la distribuci­ón del peso se quede en 50:50. Esta versión M40i cuenta con una serie de elementos dinámicos y tecnológic­os que le permiten ser más rápido en Nürburgrin­g que un M2; y si a esto añadimos que el 718 Boxster lleva un motor de sólo cuatro cilindros, el Z4 con propulsor de seis cilindros en línea turbo gana en atractivo.

Habrá un par de Z4 con un motor 2 litros turbo, con 197 CV para el 20i y 258 CV para el 30i, aunque para esta prueba en el más convenient­e es el más deportivo, el M Performanc­e M40i... asociado a

El Z4 M40i es capaz de dar una vuelta al circuito de Nürburgrin­g más rápido que el M2

Un coche rápido, cómodo y con un buen chasis... pero menos divertido de lo esperado

una transmisió­n automática de ocho marchas. Con 340 CV y 500 Nm de par, el M40i pesa 1.535 kg y es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos.

A veces se puede decir mucho sobre un automóvil simplement­e por su aspecto. En vivo, el nuevo Z4 se percibe ancho y bajito, con un morro que sobresale considerab­lemente. La razón de todo esto es que el coche es más largo, ancho y alto que el modelo precedente, con vías más anchas y una distancia entre ejes más corta –se queda en 2,47 metros, lo mismo que un Porsche 718 Boxster–.

Debajo de la sugerente carrocería encontramo­s una nueva suspensión delantera y un esquema multibrazo en la trasera con amortiguad­ores de dureza variable, además de una dirección de desmultipl­icación variable y un diferencia­l trasero autoblocan­te controlado electrónic­amente. Pero, sobre todo, la marca hace hincapié en la rigidez del conjunto –ver Tecno–.

La postura de conducción es excelente, aunque el coche se percibe muy ancho y resulta complicado ver las esquinas. El interior, de calidad y bien rematado, no sugiere que estamos a los mandos de un vehículo deportivo; el amplio túnel central y las pantallas pegan más en un modelo como el Serie 5.

Con el seis cilindros arrancado y emitiendo un gorgojeo bastante silencioso, engrano la D y afronto la ruta por algunas de las carreteras más tortuosas de Portugal. Lo primero que noto, y es una sensación que permanece constante, es que la estructura del coche es muy sólida. Para ser un modelo descapotab­le, resulta ejemplar lo bien que es capaz de rodar incluso por las vías con el asfalto más deteriorad­o. Además, en modo Comfort –también cuenta con los habituales Sport y Sport+–, es un coche que no plantea ninguna exigencia al conductor, con un buen grado de comodidad que lo asemeja a un Serie 4 descapotab­le. El cambio de convertido­r de par no te incita a emplear las levas para cambiar de marcha, y pronto me encuentro circulando a buen ritmo admirando el paisaje y pensando que, en este modo Confort, este Z4 no funciona nada mal.

Cuando cambio a los modos más deportivos, descubro una nueva banda sonora del motor 3 litros, más agresiva; además, la dirección adquiere cierta resistenci­a, pero de una manera muy artificial. Es una pena que este Z no llegue a conectar de una forma más íntima con el conductor, ya que cuando encuentras una carretera de curvas enlazadas y rápida, el coche demuestra tener una inherente agilidad, un buen nivel de tracción y un eje trasero que entra en juego lo justo y sólo cuando lo provocas. Cuando estás conduciend­o a un ritmo rápido, la dirección es realmente el punto débil del coche, ya que no te permite sacar todo el partido que quisieras al chasis. Y esto, te puedes imaginar, es algo que se acentúa cuando rodamos en circuito. Por tanto, el coche nunca llega a colmar tus expectativ­as a nivel de emoción de conducción, lo cual es una verdadera pena dados los buenos mimbres para conseguirl­o.

Por tanto, si buscas un descapotab­le que te permita circular a buen ritmo, el Z4 cumple de sobra. Pero si lo que quieres es pasión y emoción, como decíamos al principio de esta prueba, es probable que este Z4 no alcance el nivel esperado. Parece que el mercado manda, y dice que el tipo de cliente de estos coches busca más un planteamie­nto de GT que el de un deportivo sin techo. Una pena.

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 ??  ?? El Toyota Supra y el BMW Z4 son fruto de la colaboraci­ón entre ambas marcas. Izda.: La postura de conducción es excelente; el interior es más lujoso que deportivo.
El Toyota Supra y el BMW Z4 son fruto de la colaboraci­ón entre ambas marcas. Izda.: La postura de conducción es excelente; el interior es más lujoso que deportivo.
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