048 MAZDA 3
Con su cuarta generación, el compacto japonés nada a contrarriente para convertirse en una de las referencias de la categoría a nivel dinámico.
UANDO EL NUEVO Mazda 3 cinco puertas se presentó oficialmente en el Salón de Los Ángeles, muchos creyeron que se trataba de un prototipo. Lo cierto es que no iban desencaminados, puesto que los diseñadores del compacto nipón han conseguido trasladar a la calle las líneas del Mazda Kai Concept desvelado en el Salón de Tokio de 2017. Gracias a ello, la cuarta generación del Mazda 3 tiene un aspecto más deportivo que el de su predecesor y hace del diseño uno de sus principales reclamos, aunque cuenta con más argumentos para convertirse en la referencia del segmento.
Y es que, sus líneas agresivas invitan a pensar que también ha dado un paso adelante en el apartado dinámico. Para combrobarlo, nos subimos a una de las unidades equipadas con el motor de gasolina Skyactiv-G de 122 CV que nos esperan en el aeropuerto de Lisboa –Portugal– para realizar la toma de contacto.
Nada más entrar al habitáculo nos encontramos un interior completamente nuevo, con un aspecto más limpio y materiales de mayor calidad. La postura de conducción es más cómoda y apenas hay elementos que distraigan de la carretera, de hecho, la pantalla central no es táctil.
Este es el mejor ejemplo de que estamos ante un compacto diferente y, nada más iniciar la marcha, el bloque atmosférico deja claro que el Mazda 3 va a contracorriente. En lugar de recurrir al turbo para reducir el consumo y las emisiones, Mazda ha optado por un sistema Mild-Hybrid de 24V con un pequeño motor eléctrico que actúa como generador/arrancador. De esta forma, el Mazda 3 es más eficiente que antes –tiene la etiqueta ECO– y mantiene un propulsor de aspiración natural que mejora la experiencia de conducción frente a un turbo, ya que tiene una respuesta más inmediata y es más lineal a la hora de acelerar.
La entrega de par, eso sí, se produce en la parte más alta del cuentavueltas, por lo que es obligatorio recurrir al cambio de marchas para obtener los 213 Nm de par disponibles, si bien la palanca de
cambios tiene un tacto inmejorable e invita a cambiar de marcha constantemente. También se ofrece un cambio automático por convertidor de par que funciona muy bien, aunque la transmisión manual es la mejor opción para aprovechar al máximo los 122 CV del bloque Skyactiv-G.
Bien es cierto que este motor se queda corto para cualquiera que busque un compacto de aspiraciones deportivas, pero mueve con soltura los 1.276 kg de nuestro protagonista y es la alternativa más potente de la gama hasta que llegue en otoño el revolucionario Skyactiv-X con encendido por compresión... que, con sus 181 CV, se postula como la mejor alternativa para sacar el máximo partido de un chasis que está preparado para soportar mucho más.
Con la nueva plataforma SkyactivVehicle Architecture, una dirección más rápida y una suspensión algo más dura, el Mazda 3 se muestra más ágil que su predecesor y es más divertido de conducir, tanto que invita a pensar en el regreso de las siglas MPS a una gama que pide a gritos una versión de alto rendimiento.
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