EVO (Spain)

DARá QUE HABLAR: 5G Y EL AUTOMóVIL

- Texto Álvaro Sauras

Así influirá en la conducción y en la tecnología de los vehículos.

5G. Grábate a fuego esas siglas porque, a partir de 2021, no se va a hablar de otra cosa. Y la denominada ‘ Revolución Móvil’ no se va a limitar a los teléfonos: va a tener consecuenc­ias de la talla de la Revolución Industrial y, por supuesto, va a cambiar para siempre el autómovil.

AActuAlmen­te, lAs telecomuni­cAciones en el Automóvil se encuentran en la Edad Media. Esa afirmación no es del todo cierta si tenemos en cuenta que, a día de hoy, ya hay más de 100 millones de vehículos en circulació­n dotados de una conexión a la red que se utiliza para cosas tan dispares como recibir datos de navegación en tiempo real, actualizar cartografí­as o enviar llamadas de socorro de manera automática mediante eCall cuando ocurre un accidente. En los casos más ambiciosos, como es el de los fabricante­s alemanes y sus sistema de cartografí­a Here, los coches ya están enviando datos anónimos con informació­n sobre posición y velocidad, reconocimi­ento de señales de tráfico o fenómenos meteorológ­icos para actualizar sus cartografí­as y avisar a otros conductore­s de incidencia­s en la ruta. Sin embargo, comparado con lo que se avecina, todo eso es el medievo.

Todas las generacion­es de telefonía móvil han supuesto una mejora sensible respecto de lo anterior… pero nunca se había dado un salto tan cualitativ­o como el que va a representa­r el 5G, una tecnología más barata que sus predecesor­es y con prestacion­es tan abrumadora­s que va a volver obsoletas incluso a nuestras flamantes redes de fibra óptica domésticas.

En la telefonía móvil, el 5G se va a traducir en una mejora paulatina e incrementa­l de lo que ya conocemos. Va

Nunca se había dado un salto tan cualitativ­o como el que va a representa­r la telefonía 5G

5G va a permitir aplicacion­es de ciencia ficción, como conducir a distancia nuestro coche desde el móvil

a representa­r un cambio grande… pero no radical. En el caso del automóvil, en cambio, va a marcar un antes y un después. El 5G va a permitir disponer de coches dotados de una conexión a Internet que, en lugar de resultar lenta, intermiten­te y costosa – es decir, útil solamente para ofrecer puntualmen­te aplicacion­es con poco valor añadido–, va a ser permanente, fiable, ultra rápida y barata, de manera que se va a convertir en una caracterís­tica fundamenta­l del coche.

Ya sabes cómo ha evoluciona­do esto en la telefonía móvil: un día te cobraban 50 céntimos por enviar una brujería llamada Mensaje Multimedia Corto que incluía una fotografía borrosa de 30 kb y, al día siguiente, te despertast­e viendo vídeos a 4K en YouTube.

En el automóvil, esta revolución va a tener dos facetas, ambas amparadas bajo el paraguas del retorcido acrónimo C-V2X o Vehicle-to-Everything Communicat­ions.

Por un lado, está el cambio que va a provocar V2N o Vehicle-to-Network. Como decíamos, básicament­e se trata de contar con una conexión a Internet más rápida y fiable. Disponer de un gran ancho de banda va a permitir disfrutar de la misma clase de aplicacion­es multimedia que brinda actualment­e un móvil, de manera que cada uno viaje viendo su propia película. Y, por otro lado, la mejora de la latencia – del tiempo que tarda un mensaje en ir al servidor y regresar– va a permitir desarrolla­r aplicacion­es en tiempo real de ciencia ficción, como por ejemplo conducir a distancia un coche desde un centro de control o nuestro propio móvil.

De hecho, la latencia de 5G va a ser tan baja que, para aprovechar­la bien, va a haber que mover ciertos servicios del Cloud o Nube a una nueva estrategia de computació­n denominada ‘de borde’ o Edge, en la que los datos se procesan en un centro relativame­nte próximo al usuario. El motivo es que, aunque suene surrealist­a, nos vamos a empezar a acercar al límite que impone la velocidad de la luz: para garantizar una latencia de un milisegund­o, el alcance de la señal está limitado a unos 150 kilómetros por la combinació­n de radio y fibra óptica. Parece ciencia ficción, pero vamos a tenerlo aquí en unos 30 meses.

La segunda faceta va a ser la comunicaci­ón directa entre los usuarios, prescindie­ndo de la infraestru­ctura de la red. Este tipo de comunicaci­ón ‘comunal’ y totalmente altruista también va a representa­r una novedad absoluta en el mundo de las comunicaci­ones… y se espera que aporte ventajas notables en términos de seguridad y eficiencia.

Por ejemplo, la 5G Automotive Alliance estima que la generaliza­ción de los servicios C-ITS, y en concreto el uso de las funciones de ‘Protección a Usuarios Vulnerable­s’, ‘See-through’, ‘Cambio cooperativ­o de carril’ y ‘Asistente para intersecci­ones’ podrían evitar 29.000 muertes y 275.000 heridos graves sólo en la Unión Europea de aquí a 2040.

De manera que, en un par de años, los coches van a ser mucho más que eso que dicen de “una tablet con ruedas”. El automóvil, por fin, va a recuperar todo el terreno perdido en materia de telecomuni­caciones. Y con creces.

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Conducción remota de un vehículo autónomo para resolver una incidencia puntual en su funcionami­ento.

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